"Mesías" o "Hugo Chávez mexicano": Andrés Manuel López Obrador más cerca que nunca de la presidencia

Tras 12 años de intentos fallidos, las encuestas ubican el aspirante de la izquierda como el favorito para las elecciones del año próximo. Expectativas y temores

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Andrés Manuel López Obrador
Andrés Manuel López Obrador

En 2006, el politólogo estadounidense George Grayson lo llamó "El Mesías mexicano", la revista The Economist se refirió a él como una versión mexicana del venezolano Hugo Chávez. Estos dos calificativos dejan claro que cuando se trata del izquierdista Andrés Manuel López Obrador hay que ir a los extremos: o lo aman o lo odian.

Independiente de las filias y fobias que despierta en todos los círculos, el político mexicano, presidente del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), lleva más de una década de campaña en su búsqueda de la presidencia de México.

En 2018, México celebrará elecciones presidenciales. Oficialmente aún no arrancan las campañas, pero AMLO –las siglas de su nombre con las que se lo llama en la prensa- ya está preparado para competir por tercera vez en la búsqueda por ser el primer mandatario mexicano emanado de un partido de izquierda.

En 2006 estuvo cerca de lograrlo, pero perdió ante el derechista Felipe Calderón Hinojosa del Partido Acción Nacional (PAN) por sólo 0,56% de los votos. Desde entonces, el país ha pasado por la alternancia y después de dos sexenios de gobiernos panistas regresó al Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero la constante es que López Obrador sigue ahí. La diferencia es que ahora, como dice una analista política puede estar "en el momento de su vida".

Una encuesta del diario mexicano El Financiero publicada el 31 de enero lo coloca como puntero en las preferencias de precandidatos a la presidencia, con 33% de la intención de voto, seguido por la derechista Margarita Zavala –esposa de Calderón Hinojosa- con 27% y muy lejos por el secretario de Gobernación (ministro del Interior), el oficialista Miguel Ángel Osorio Chong, con apenas el 20%.

Pero, a juicio de analistas políticos, AMLO no puede cantar victoria porque para la elección mexicana faltan más de 60 semanas, en las que tendrá que enfrentarse a uno de sus peores enemigos: él mismo.

Los rasgos chavistas de AMLO

En la revisión que hizo sobre el izquierdista, The Economist reconoció la importancia de López Obrador en la política nacional y la importancia de sus discursos en contra de la corrupción, los privilegios de la clase política y las promesas de una vida mejor para los pobres.

"Muchos escuchan en ese mensaje la amenaza de un populista carismático que castiga la empresa, debilita las instituciones y hace retroceder las reformas. Los más preocupados lo ven como una versión mexicana del fallecido Hugo Chávez, un autócrata que destrozó la economía venezolana y socavó su democracia", destacó la publicación británica.

"Hay elementos que tienen que ver con Chávez como el autoritarismo y el verticalismo", dijo a Infobae Telésforo Nava, académico de la Universidad Autónoma Metroplitana (UAM) y experto en el análisis de los movimientos de izquierda en México.

El académico consideró que López Obrador es "una persona que no va a dar disculpas ni se va a bajar de su pedestal… El peor contrincante de López Obrador es López Obrador, su estrategia de meter zancadillas y no rectificar a tiempo". Recordó un incidente en 2006 en el que acusó al entonces presidente Vicente Fox Quesada de entrometerse en las campañas electorales y para evitarlo le envió la frase "cállate chachalaca (una especie de ave rara con un canto áspero y ronco)", lo cual despertó una serie de comentarios adversos por su falta de respeto a la figura presidencial. Hace unos días, también despertó críticas cuando discutió con uno de los padres del caso de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa y lo llamó "provocador".

A otros analistas les parecen excesivos las comparaciones con el fallecido mandatario venezolano, pero todos coinciden en que el carácter de AMLO es difícil y, en el pasado, a pesar de la moderación de su discurso, lastimó a sectores importantes, como sucedió durante su campaña de 2006 con los empresarios.

Ante sus constantes ataques, la clase empresarial llegó a considerarlo "un peligro para México", por lo que grandes hombres de negocios aportaron importantes sumas para financiar a sus contrincantes. Cuando perdió la elección, acusó a Ignacio Cobos, socio minoritario del magnate Carlos Slim de haber realizado una guerra sucia en su contra

Cinco años después, en 2011, el izquierdista y una parte de los hombres del dinero se reconciliaron gracias a la mediación de los empresarios Alfonso Romo y Fernando Turner, quienes lo acompañaron durante su segunda campaña a la presidencia.

"Tenía un discurso muy radicalizado en los pobres y había olvidado a algunos sectores. Los empresarios hasta daban dinero para evitar el triunfo de AMLO, pero desencantados como están ahora puede que le den la razón", dijo a Infobae el politólogo Carlos Villa Guzmán.

Carlos Barranchina, académico de la Universidad Anáhuac, también rechazó la comparación entre AMLO y Hugo Chávez, aunque reconoció que después de 12 años en campaña, el abanderado de la izquierda no tiene algo nuevo que ofrecer.

"Él es parte de la clase política tradicional –en referencia a su vieja militancia en el PRI-. Es un autoritario, y el problema no es que vaya a cambiar radicalmente las cosas sino que vaya a ser un continuismo de las cosas. El tema es que hay mucha gente que tiene esperanzas porque en el sistema político todos son iguales, nadie hace nada, ni el PAN, ni el PRI ni PRD -Partido de la Revolución Democrática, también de izquierda", expresó.

El momento de AMLO

Los analistas consultados comparten la visión de que el 2018 puede ser finalmente el momento de López Obrador, pero no porque sea el mejor de los candidatos, sino porque no existe un verdadero bloque ciudadano que haga contrapeso al sistema de partidos y ante la decepción que para los mexicanos ha representado la transición PAN-PRI, la izquierda es lo que falta por probar.

Para probar que López Obrador no es un peligro para México, señalaron, está su gestión como jefe de gobierno de la capital entre 2000 y 2005.

"Está teniendo relevancia el hecho de que haya gobernado la capital del país y los resultados fueron favorables, esto es una de sus armas políticas. También hace uso de su tenacidad retroalimentando el discurso con temas como el de Ayotzinapa que es una bomba y el que mete el dedo se quema porque es un infierno para el país que no baja de intensidad", expresó Villa Guzmán.

Si bien es cierto que AMLO puede finalmente cumplir su objetivo, el camino está lleno de obstáculos y de las personas cercanas a su figura. Según Nava, "dentro de Morena hay bastantes problemas porque son muchos grupos y cada uno tiene sus intereses porque cada personaje aspira a un puesto político, ya se sienten secretarios, subsecretarios, gobernadores y las disputas ya se están dando fuerte. Él tiene la autoridad que le da el poder ser presidente del partido".

Pero esta vez López Obrador parece que arrasa todo a su paso: tanto en el PRD como en Movimiento Ciudadano (MC) se han registrado en las últimas semanas deserciones de figuras importantes para sumarse a la campaña de López Obrador.

Los entrevistados creen que el izquierdista finalmente puede ganar la presidencia si logra salir limpio de la guerra sucia que se librará durante la campaña electoral.

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