La guerra por las palomitas de maíz, otra batalla entre México y Estados Unidos

La lucha de un empresario mexicano que intenta recuperar el cultivo de maíz palomero en su país. Hoy, el 99% de las 80 mil toneladas que se consumen al año son importadas del vecino del norte

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México es conocido a nivel mundial por ser centro de origen del maíz, lo que pocos saben es que entre estás variedades del grano se encuentra también el que se usa para preparar palomitas, rositas, potufas, crispetas, pochoclo o poporofos, como se les dice en distintos países de América Latina.

El maíz palomero es además el más antiguo de todos los maíces. Sus primeros rastros datan de hace más de 8.000 años, por lo que se le considera "el padre de todos los maíces".

Sin embargo, éste es un mercado que Estados Unidos le arrancó a México, toda vez que el 99% de las palomitas que se consumen en el país son de origen norteamericano. Por ello, el empresario social Rafael Mier se ha dado a la tarea de localizar a los productores de maíz palomero en el país, como un paso para reconquistar el mercado nacional.

Al año, México consume 80.000 toneladas de maíz palomero, según el empresario, de las que solamente el 1% se produce en el país, en el Estado de Tamaulipas (Norte).

"Estados Unidos tiene 70 años desarrollando sus maíces y nosotros seguimos igual: en lugar de mejorarlo lo dejamos desaparecer", dijo a Infobae Rafael Mier, quien hace año y medio fundó la Organización Tortilla, que busca rescatar a los maíces mexicanos.

Rafael Mier quiere recuperar el maíz palomero mexicano
Rafael Mier quiere recuperar el maíz palomero mexicano

Recordó que el tema de las palomitas surgió porque tenía la inquietud de sembrar maíz palomero, pero al no encontrar otros productores tuvo que recurrir a un banco de semilla que le facilitó parte de la que tenía congelada desde los años 50, cuando se empezaron a levantar los primeros registros del grano en el país.

"Me pareció triste que se perdiera el maíz palomero sin que nadie dijera nada", expresó, y fue entonces cuando se dio a la tarea de localizar a los pocos productores que aún quedan en México, la mayoría en zonas indígenas del Estado de México (Centro) y en el estado de Tlaxcala.

Hasta ahora sólo ha localizado 15 que siguen cultivando a muy baja escala, lo que le despierta la esperanza de que puede haber otros más, con los que poco a poco se pueda reconquistar el mercado que perdieron en manos de las importaciones por parte de empresas que fabrican botanas.

La tradición y el mercado

"México consumo mucha palomita. No sólo se trata de rescatar el mercado sino también la tradición. Eran importantes en los rituales prehispánicos, era un tributo de belleza, se le veía como la flor del maíz", manifestó el empresario.

En algunas comunidades se conserva la tradición de usar las palomitas de maíz en los adornos para sus festividades religiosas. En zonas mazahuas (una etnia que aún sobrevive) del Estado de México se preparan al viejo estilo: en ollas de barro y con arena, que se usa para transmitir el calor y tiene el mismo efecto que el aceite y la mantequilla.

En algunos lugares de México, se mantiene la costumbre de adornar las Iglesias con palomitas de maíz
En algunos lugares de México, se mantiene la costumbre de adornar las Iglesias con palomitas de maíz

Un reto que Mier y los productores buscan es regresar al maíz palomera su pureza, pues en la mayoría de los casos, en Estados Unidos está sembrado en los mismos campos donde cultiva el grano que tiene otros usos, lo que influye en el reventado, es decir, hay más granos que no se revientan.

Lo mismo sucede con los productores que quedan en México, lo que hace que su rendimiento sea menor. El maíz estadounidense tiene un rendimiento de 45 tazas de palomitas por cada taza de maíz, mientras que el azteca rinde 30 tazas.

Mier está consciente de que lograr su objetivo es difícil, pero afirma que tanto autoridades como empresas –en este caso las dos grandes cadenas de cine del país Cinépolis y Cinemex- han escuchado su proyecto, por lo que confía no sólo en la recuperación del mercado sino en que las palomitas se conviertan en una fuente de ingresos para las comunidades indígenas que aún conservan la tradición.

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