Durante 18 días, la ciudad fronteriza de Tijuana envió al mar 230 millones de litros de aguas residuales que contaminaron playas de California y el Océano Pacífico. El hedor de las descargas provocó la ira de residentes en ciudades fronterizas de Estados Unidos, así como el cierre de algunas playas.
El lunes, habitantes de la zona de Imperial Beach, ubicada a unos 15 kilómetros de Tijuana, en Baja California (Norte), enviaron cartas de protesta al Congreso por el cierre de más de 20 días de las playas por la contaminación del agua.
El Alcalde de la ciudad californiana, Serge Dedina, aseguró que el mar nunca había estado tan contaminado y acusó que México le estaba mandando un "tsunami de aguas residuales".
"Lo peor, es que me parece que esto fue deliberado", agregó. "Se ahorran (del lado mexicano) mucho dinero de los costos de bombeo (del agua), y en última instancia, pueden salirse con la suya y hacerlo todo el tiempo, solo que en una escala mucho menor".
Funcionarios estadounidenses aseguraron que desde el 6 de febrero alertaron a las autoridades mexicanas sobre el mal olor que provenía del agua, pero la respuesta llegó 20 días después.
En un primer momento, las autoridades mexicanas reconocieron que el derrame había sido provocado por el colapso de un colector que no soportó las fuertes lluvias y que las aguas negras habían corrido sólo entre el 1 y 4 de febrero.
Sin embargo, el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, Miguel Lemus Zendejas, admitió este martes, según Radio Fórmula, que no había sido uno sino cuatro colectores los colapsados y para su reparación es necesaria una inversión de 40 millones de pesos (unos USD 2 millones).
Lemus Zendejas declaró este martes a medios de comunicación que Tijuana podría emitir una declaratoria de emergencia en materia de saneamiento para así obtener recursos federales para reparar los colectores.
Previamente declaró a la agencia Associated Press que el mal olor en las playas norteamericanas se produjo porque las aguas residuales quedaron estancadas en Estados Unidos.
Añadió que espera que EEUU y México desarrollen mejores protocolos de comunicación a fin de evitar "que se dé a malos entendidos, o como ahora que están dando información que no es del todo correcta".
La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), un organismo binacional que atiende disputas fronterizas sobre aguas y otros temas, entregará un reporte en 25 días. La CILA explicó que su análisis determinará cuánta agua residual y por cuánto tiempo fue derramada, e identificará los errores en la comunicación binacional.
En octubre del año pasado, Surfer Monk Project, una organización que busca evitar que la contaminación llegue a los mares, inició una colecta de firmas electrónicas a través dela plataforma Change.org para pedirle a la ciudadanía y tomar acciones para evitar que el drenaje de Tijuana desemboque en las playas.
Según la petición, el agua en Tijuana presenta un color amarillo con espuma extraña y expone a la población a enfermedades de la piel.
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