Organizaciones de protección de los derechos de los animales denunciaron un exterminio de perros callejeros en Cozumel, ciudad del estado de Quintana Roo y uno de los principales destinos turísticos de México, luego de que aparecieran incinerados 22 canes en tambos de basura.
De acuerdo con las versiones de activistas, los perros se encontraban en el Centro de Control Animal (la perrera municipal), donde según las autoridades se dio un contagio de moquillo, una enfermedad mortal que afecta el sistema nervioso de los animales. Pero versiones de medios locales señalan que el municipio ya no podía pagar el costo del alimento y por eso optó por "dormirlos".
La prensa documenta que sólo dos animales habían sido reportados con la enfermedad, por lo que no había que sacrificar al resto.
La Sociedad Humanitaria de Cozumel, organización que trabaja en el cuidado, rescate y atención de perros callejeros, reportó hace unas semanas algunos casos de la enfermedad entre animales rescatados, pero los separó del resto que se encuentra en sus albergues, con lo que evitó que el contagio se extendiera y tampoco tuvieron que "dormir" a los canes afectados.
En su página de Facebook, la organización destaca que durante tres meses capacitó sin costo alguno a funcionarios municipales para atender casos de moquillo "que bien pudieron haber evitado el brote que mencionan".
Se denuncia que la autoridad municipal intentó esconder el caso cuando el pasado 8 de febrero llevó los cuerpos de los perros a instalaciones de Promotora Ambiental, empresa especializada en la recolección de desechos, para quemarlos, pero no se los recibieron porque ya era tarde.
Los perros fueron llevados nuevamente a instalaciones del municipio donde fueron quemados en grandes botes de basura. Luego, al filtrarse el caso, abandonaron los botes en un lugar despoblado.
"Las autoridades municipales fueron advertidas por un grupo de expertos médicos veterinarios sobre el peligro que se desataría en caso de aplicar mal el protocolo para sacrificar a los animales, haciendo caso omiso, causa que motivó a integrantes de diversos grupos defensores de los derechos de los animales a denunciar públicamente lo sucedido", señaló en un comunicado la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que ya intervino en el caso.
El organismo inició una investigación por considerar que hubo afectaciones a la salud de las personas, al ser incinerados los perros sin el más mínimo protocolo de seguridad, así como indebido ejercicio de la función pública.
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