Un "TLC social" con Canadá, la alternativa que necesita México

Edgardo Buscaglia, investigador principal en Derecho y Economía en la Universidad de Columbia en Estados Unidos, explicó que el gobierno de Enrique Peña Nieto podría romper su dependencia económica de EEUU si a través de una alianza con Justin Trudeau, logra que sus millones de comerciantes informales puedan desarrollarse como pequeñas empresas

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México necesita rediseñar su políticas de acuerdos comerciales y, en lugar de tratar de rescatar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dar un giro inesperado y proponer a Canadá un nuevo tratado que incluya un componente social que a la vez ayude a combatir sin armas a la delincuencia organizada, así lo sugirió Edgardo Buscaglia, investigador principal en Derecho y Economía en la Universidad de Columbia en Estados Unidos.

Buscaglia aseguró que tratar de salvar el TLCAN —firmado con Estados Unidos y Canadá—, que desde hace 23 años es la principal negociación comercial de México en el mundo, es ya un imposible para el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien tiene enfrente a un Donald Trump que sólo aceptará renegociaciones que beneficien a su país.

Edgardo Buscaglia
Edgardo Buscaglia

Una alternativa que le daría resultados a México, dijo el especialista a Infobae, es proponer a Justin Trudeau un Tratado de Libre Comercio con un componente social para lograr que el comercio internacional se concentre en los millones de personas que ahora están en la economía informal en los dos países.

Canadá podría otorgar asistencia técnica para ayudar a desarrollar a los casi 30 millones de mexicanos que viven de la economía informal con capacitación, asistencia y abriendo el mercado para que puedan colocar sus productos. Entre ambos se podrían organizar para que en ambos países se produzca lo que el otro necesita y que no ha podido desarrollar por distintas condiciones, como la falta de mano de obra, apoyos ficales o las condiciones climáticas, entre otras.

"Este tratado social tiene una justificación muy importante: millones de personas que ahora están en los sectores informales de la economía sirven a la delincuencia organizada, que tiene empobrecida a toda esta gente. Esto sería una revolución y ayudaría a desarrollar social y económicamente a México y a otros países, porque le estarían quitando un caldo de cultivo a la delincuencia organizada, pero no se les ocurre un nuevo diseño de un tratado social. Eso Trudeau lo aceptaría porque Canadá es un país con una conciencia social muy fuerte", expresó.

El problema, a juicio de Buscagalia, es que en México no existen liderazgos que impulsen este tipo de iniciativas ni dentro ni fuera del Gobierno.

La "mexicanización" de Trump

En lugar de un TLC con un componente social, Buscaglia considera que las reuniones entre los equipos de trabajo de Estados Unidos y México, como las que ya se registraron con ministros y gobernadores, sólo servirán para que se extienda lo que llama la "mexicanización" de la Administración Trump.

"Con un presidente empresario y con  tantos intereses, Estados Unidos va adoptar un modelo de negocios mexicano que le está costando al país desde hace mucho tiempo. Ese modelo dirigista de los años 50 en que si tú querías algo, ibas a hablar con los hombres del presidente y ellos te dejaban hacerlo a cambio del pago de un derecho de piso con capitales para invertirlos en los sectores económicos protegidos, y en ese caso Trump lo está haciendo al más puro estilo del México más corrupto", afirmó.

El también autor de los libros Vacíos de poder en México y Lavado de dinero y corrupción política aseguró que, por esta causa, se ha puesto al frente del equipo negociador mexicano al canciller Luis Videgaray, "porque sabe negociar al viejo estilo mexicano y proteger los intereses de un reducido grupo".

"Todos van a perder en México, pero el Gobierno va a negociar bajo reglas que conoce muy bien, las del 'capitalismo de cuates', y en el corto plazo vas a encontrar a México invirtiendo en el sector automotriz de EEUU. Se va a negociar bajo las mismas reglas corruptas de siempre, pero hay que estar muy atentos porque Videgaray y Peña van a negociar bajo condiciones de ciudadanos de segunda, pero van a ofrecer los pocos sectores mexicanos donde Estados Unidos todavía no se puede meter".

Augura que no habrá una guerra comercial entre ambos países, a pesar de la postura de Trump, simplemente todo este debate traerá más corrupción en ambos lados de la frontera.

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