Qué le espera a Canadá tras la renuncia de Justin Trudeau como primer ministro

El primer ministro Justin Trudeau anunció este lunes su renuncia, afirmando que es momento de un “reinicio” y que no es la mejor persona para liderar el país hacia nuevas elecciones si, al mismo tiempo, debe enfrentar “batallas internas”.

Trudeau, quien llegó al poder en 2015 prometiendo “caminos soleados” y fue visto en todo el mundo como un referente del liberalismo y la política progresista, señaló que continuará ejerciendo como primer ministro hasta que se elija a su sucesor.

El anuncio se produjo después de una rebelión dentro de su caucus que se intensificó tras la renuncia de Chrystia Freeland, su viceprimera ministra y ministra de Finanzas, quien dejó el gabinete el mes pasado con una carta que puso en duda el liderazgo de Trudeau.

Trudeau, hijo del ex primer ministro Pierre Elliott Trudeau, llegó al poder en 2015 y ganó la reelección en 2019 y 2021. Sin embargo, su popularidad ha ido disminuyendo, y es raro en la política canadiense que un primer ministro consiga cuatro victorias electorales consecutivas.

Los liberales de Trudeau están 20 puntos por detrás de los conservadores de Pierre Poilievre en las encuestas, y será difícil para cualquier sucesor cerrar esa brecha antes de las elecciones federales, que deben celebrarse en octubre, aunque podrían adelantarse.

“Es un cambio de caminos soleados a la neblina y los escombros que quedan tras 10 años de Justin Trudeau al frente del Partido Liberal”, afirmó Shachi Kurl, presidente del Instituto Angus Reid, una encuestadora.

La popularidad de Trudeau ha estado en declive durante mucho tiempo. Como muchos líderes en Occidente después de la pandemia, ha enfrentado el descontento de los votantes por el alto costo de los bienes, el aumento de las tasas de interés, una escasez de vivienda a nivel nacional y percepciones negativas sobre la inmigración.

Poilievre, un populista incendiario, también ha emergido como un rival político formidable. Ha culpado al gobierno por los problemas económicos del país y ha ofrecido eslóganes simples: “Eliminar el impuesto al carbono, construir las viviendas, arreglar el presupuesto, detener el crimen”.

Sin embargo, fue la renuncia de Freeland la que provocó la decisión de Trudeau de dimitir. Freeland, una ex periodista, era una de sus lugartenientes más leales y estaba a cargo de tantos temas importantes que se la apodó la “Ministra de Todo”.

Freeland afirmó que Trudeau la había destituido como ministra de Finanzas y le ofreció un nuevo cargo en el gabinete, pero que lo consideró una degradación y decidió renunciar. También señaló que él no estaba lo suficientemente preparado para manejar la administración Trump.

“Agradezco a Justin Trudeau por sus años de servicio a Canadá y los canadienses”, escribió Freeland el lunes en una publicación en X. “Le deseo a él y a su familia lo mejor”.

Trudeau anunció este lunes que el Partido Liberal llevará a cabo un concurso nacional de liderazgo para seleccionar a su sucesor. Sachit Mehra, presidente del Partido Liberal, dijo en X que la junta nacional se reunirá esta semana para iniciar el proceso.

Mientras tanto, Trudeau agregó que la gobernadora general Mary Simon, representante en Canadá del rey Carlos III, otorgó su solicitud para prorrogar, o suspender, el Parlamento hasta el 24 de marzo.

Una nueva sesión del Parlamento se abrirá con un Discurso del Trono, que establece la agenda del gobierno. Este discurso generalmente se somete a votación, y el gobierno debe ganarla para mantenerse en el poder.

Entre los posibles contendientes están el ministro de Finanzas, Dominic LeBlanc; la ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly; el ministro de Innovación, François-Philippe Champagne; y Freeland. También hay posibles candidatos externos que podrían considerar postularse, como Christy Clark, ex primera ministra de Columbia Británica, y Mark Carney, ex gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra.

El próximo líder heredará una larga lista de desafíos: el alto precio de los bienes, la escasez de vivienda, un público canadiense que parece haberse desencantado con los liberales después de casi una década en el poder y un nuevo presidente estadounidense que ha prometido aranceles severos.

Sin embargo, el sucesor de Trudeau podría no ser primer ministro por mucho tiempo, ya que uno de los desafíos más inmediatos podría ser enfrentar nuevas elecciones.

Trudeau lidera un gobierno en minoría, que depende del apoyo de los partidos de oposición para mantenerse en el poder y aprobar legislación. Varios partidos han señalado que planean derrocar al gobierno cuando comience una nueva sesión parlamentaria, lo que desencadenaría nuevas elecciones.

Yves-François Blanchet, líder del partido separatista Bloc Québécois, afirmó el lunes que deberían celebrarse elecciones lo antes posible. “No hay una diferencia significativa entre el Partido Liberal que conocemos y el que se nos presentará tras la elección de un nuevo líder”, dijo.

Las relaciones bilaterales sufrieron durante la primera administración de Trump, pero mejoraron bajo el mandato del presidente Joe Biden. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, elogió este lunes a Trudeau como un “amigo inquebrantable de Estados Unidos”.

Muchos economistas y ex funcionarios gubernamentales en Canadá consideran al presidente electo Donald Trump como una amenaza existencial, y los analistas afirman que la agitación política en Ottawa ha dejado al país enfocado en asuntos internos a pocas semanas de su regreso.

Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25 % a los bienes canadienses en su primer día de mandato si Canadá no reduce lo que él llama una “invasión” de drogas y migrantes. Estos aranceles podrían causar un golpe devastador a la economía canadiense, sumiendo al país en una posible recesión.

No hay muchos datos que respalden las afirmaciones de Trump sobre una “invasión”. Solo el 1.5 % de los migrantes detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y el 0.2 % del fentanilo incautado en las fronteras terrestres de Estados Unidos en el año fiscal más reciente provinieron de Canadá.

LeBlanc y Joly presentaron un plan a la próxima administración para reforzar la frontera, pero no hay señales de que Trump vaya a ceder. Las repetidas quejas de Trump sobre el déficit comercial de Estados Unidos con Canadá han alimentado temores de que sus críticas fronterizas sean solo un pretexto para los aranceles.

Otra incertidumbre es si los miembros del gabinete de Trudeau deberán renunciar a sus cargos si deciden postularse para sucederlo. Esto podría privar a Canadá de varios funcionarios que han buscado tender puentes con el equipo de Trump.

Trump también ha burlado a Trudeau, llamándolo el “gobernador” del “estado 51 de Canadá”. Los funcionarios canadienses han tratado de descartar las burlas como bromas, pero otros en Canadá las ven como una amenaza a la soberanía del país y consideran que la respuesta del gobierno hasta ahora ha sido insuficiente.

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