El senador J.D. Vance y el gobernador de Minnesota Tim Walz participaron este martes por la noche en el único debate vicepresidencial programado para las elecciones de 2024, y que parece ser el último enfrentamiento electoral de este ciclo.
La ocasión se presentó como una oportunidad para que Vance intentara mejorar su imagen, mientras que para los republicanos representó una chance de desafiar a Walz, algo que hasta ahora no habían logrado.
La finalidad del debate no era tanto destacar sus propias candidaturas, sino fortalecer a sus compañeros de fórmula. ¿Cómo les fue y cuáles fueron los momentos clave?
Walz mostró dificultades, Vance intentó reformular su imagen
Antes del debate, la campaña de la vicepresidenta Kamala Harris expresó su preocupación por el desempeño de Walz como orador, lo cual se podría haber interpretado como una táctica para reducir las expectativas, pero en realidad había motivos para inquietarse.
Walz comenzó con una respuesta poco clara sobre las tensiones entre Irán e Israel, repitiendo ideas y tropezando con sus palabras en un momento en que muchos votantes lo veían por primera vez. Tras cada intervención, solía mirar hacia abajo, denotando nerviosismo, sobre todo al principio.
Incluso al atacar al ex presidente Donald Trump y a Vance, no lograba conectar con los espectadores ocasionales. Por ejemplo, mencionó que Vance había dicho que “inventaría historias” sobre migrantes en Springfield, Ohio, sin especificar que se refería a las declaraciones de Vance en las que defendía sus afirmaciones infundadas de que migrantes haitianos comían mascotas en la localidad.
El momento más difícil para Walz llegó cuando fue cuestionado sobre sus afirmaciones de haber estado en Hong Kong durante las protestas de la Plaza de Tiananmen en 1989. Intentó eludir el tema centrándose en su experiencia en China, pero acabó diciendo: “No he sido perfecto y, a veces, soy un tonto”.
La moderadora, Margaret Brennan, insistió en una respuesta más concreta. “Llegué ese verano y me equivoqué al hablar de esto. Eso es todo lo que he dicho”, respondió Walz.
Por otro lado, Vance se mostró más seguro y trató de proyectar una versión más conciliadora de sí mismo, en contraste con el conservador acérrimo que ha sido en los últimos años.
Su desempeño dejó una imagen más moderada y empática, en comparación con las declaraciones previas en las que criticaba a mujeres sin hijos y defendía posiciones extremas.
Vance intentó suavizar su postura sobre el aborto
El aborto ha sido uno de los temas que más problemas ha causado a la campaña republicana, especialmente tras la decisión de la Corte Suprema en 2022 de anular Roe vs. Wade.
Trump ha intentado evitar posiciones específicas, señalando que el tema debería ser competencia estatal. La intervención de Vance subrayó esta postura. Habló en tono moderado y evitó detalles controvertidos.
Mencionó a una mujer que conocía, en una relación abusiva, para quien un aborto “probablemente le salvó la vida”. También reconoció que los republicanos deben “hacer un mejor trabajo para recuperar la confianza del pueblo estadounidense en este tema, ya que, francamente, no confían en nosotros”. Aunque evitó cambiar su postura sobre el aborto, promovió políticas para facilitar la crianza de los hijos.
Cuando se le presionó para reconciliar sus comentarios sobre recuperar la confianza con su posición antiaborto, Vance afirmó: “Nunca apoyé una prohibición nacional. Solo quería un estándar nacional mínimo”. Sin embargo, en años recientes, se ha descrito a sí mismo como “100% Pro-Vida”.
Vance insistió en el tema de los migrantes haitianos
Vance ha sostenido afirmaciones infundadas sobre migrantes haitianos que roban y comen mascotas en Springfield. Walz abordó este tema de manera superficial, sin profundizar en la acusación específica. Pero Vance defendió sus comentarios y mantuvo su enfoque en los problemas causados por los migrantes, incluso cuando la pregunta era sobre el papel del Congreso en la frontera.
Cuando Brennan trató de cerrar el segmento señalando que los migrantes haitianos cuentan con estatus de protección temporal, Vance insistió en discutir los detalles del estatus migratorio. “Las reglas decían que ustedes no iban a hacer verificaciones de datos”, dijo Vance.
Finalmente, los micrófonos de ambos candidatos fueron apagados cuando continuaron debatiendo el tema, lo que dejó un momento que perdurará.
Debate notablemente civil
Tanto Vance como Walz se enfocaron en presentar sus capacidades, evitando ataques personales. En lugar de criticar abiertamente a Vance, Walz intentó retratarlo como alguien razonable, en contraste con Trump. “Creo que el senador Vance quiere resolver esto”, dijo sobre la inmigración, “pero al estar junto a Donald Trump, se convierte en un punto de discusión más”.
Vance también expresó su acuerdo con Walz en algunos temas y evitó aprovechar los momentos menos sólidos de su adversario. Ambos candidatos parecían creer que el debate no cambiaría mucho la carrera, y optaron por mostrar su competencia en lugar de caer en discusiones acaloradas.
Walz destacó en el tema del 6 de enero
Hacia el final del debate, Walz tuvo uno de sus momentos más fuertes al referirse al ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021. Vance comparó el 6 de enero con las denuncias demócratas sobre la injerencia rusa y señaló que era importante respetar los resultados electorales.
Walz aprovechó para presionar a Vance sobre si Trump realmente perdió las elecciones de 2020, a lo que Vance respondió hablando sobre los esfuerzos del gobierno de Biden en torno a la desinformación sobre la covid.
“Enero 6 no fue publicidad en Facebook”, replicó Walz, en referencia a los intentos rusos de ayudar a Trump en 2016.
Walz agregó: “Esa es una respuesta contundente”.
De hecho, fue difícil ver cómo Vance compatibilizó su énfasis en el respeto a los resultados electorales con las numerosas afirmaciones falsas de Trump sobre el fraude electoral, en las que Trump sigue centrándose hasta el día de hoy. Y Walz lo dejó bien claro.
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