El ex presidente Barack Obama encabezó su primera recaudación de fondos en solitario para Kamala Harris en Los Ángeles el viernes 20 de septiembre por la noche, recaudando cuatro millones de dólares para su campaña mientras enmarcaba las elecciones como una lucha contra las fuerzas radicales en Estados Unidos que quieren hacer retroceder al país.
El acto formó parte del papel cada vez más activo que Obama está desempeñando en la campaña de Harris, ya que aprovecha su popularidad dentro del Partido Demócrata para impulsar la recaudación de fondos entre las bases y animar a los votantes más jóvenes a que acudan a las urnas en lo que podría ser una contienda en la que el margen de error es mínimo.
La campaña de Harris incluyó recientemente fragmentos de su discurso en la Convención Nacional Demócrata en los que se burlaba de la “extraña obsesión de Donald Trump con el tamaño de las multitudes” en uno de sus anuncios para molestar al candidato republicano justo antes de su debate con Harris.
En lo que va del ciclo de la campaña presidencial, los actos en los que ha aparecido Obama y los llamamientos de recaudación de fondos de base que ha firmado han generado al menos 76 millones de dólares, según su oficina.
En el poco tiempo que lleva en la carrera presidencial, Harris ha abierto una amplia ventaja en efectivo sobre Trump. El viernes por la noche, los informes presentados ante la Comisión Federal Electoral mostraron que ella recaudó más de cuatro veces más que Trump en agosto.
El evento privado del viernes por la noche se celebró en la casa de Los Ángeles de James Costos, que fue embajador de Estados Unidos en España y Andorra bajo el mandato de Obama, y su socio, Michael S. Smith, que fue decorador de la Casa Blanca cuando Obama era presidente.
Ante más de 65 personas, Obama argumentó que el país y el mundo se encuentran en “una encrucijada” en la que los cambios demográficos, la globalización y la revolución de la información han “alterado el viejo orden” y nos han hecho “vulnerables a los llamamientos del miedo, la ira y la tribu”, según extractos de su discurso facilitados por su oficina.
Obama describió la campaña de Harris como un esfuerzo para protegerse de esas fuerzas destructivas y marcar el comienzo de un futuro que crearía una economía “en la que todo el mundo tiene suficiente” y los estadounidenses no ven los cambios que se están produciendo en la sociedad como un juego de suma cero en el que “si alguien gana, alguien tiene que perder”.
“De eso trataba mi elección en 2008 (...) y ahora llevamos 16 años de lucha continua para avanzar en una dirección en la que no sea radical”, dijo Obama. Dijo a los asistentes que Harris, que es su amiga desde hace dos décadas, “puede hacer que nos sintamos orgullosos en la escena mundial de lo que Estados Unidos representa, en lugar de avergonzarnos”.
“Vamos a seguir teniendo mercados libres y vamos a seguir teniendo nuestras libertades, y los estadounidenses van a seguir haciendo las cosas raras que hacemos. Pero podemos asegurarnos de que sea un poco más suave, un poco más amable, un poco más generoso, un poco menos desigual, un poco más inclusivo”.
Obama y Harris se conocieron cuando él era candidato al Senado por Illinois. Ella se convirtió en uno de los primeros partidarios de su candidatura a la presidencia en 2008, viajando a Iowa para llamar a puertas en su favor en un momento en que muchos de los poderosos del Partido Demócrata se habían alineado en torno a Hillary Clinton.
Obama sirvió de caja de resonancia para Harris cuando se convirtió en vicepresidenta. También recaudó dinero activamente para el presidente Joe Biden, su antiguo vicepresidente, cuando aún estaba en la carrera. Entre otras cosas, en junio organizó una recaudación de fondos en Los Ángeles con George Clooney y Julia Roberts y en marzo en Nueva York con Biden y el ex presidente Bill Clinton.
Tras la titubeante actuación de Biden en el debate contra Trump, Obama dijo a sus aliados que el camino de Biden hacia la victoria había disminuido y que necesitaba considerar seriamente la viabilidad de su candidatura, lo que creó cierto resentimiento entre los leales a Biden.
Harris y Obama han mantenido un contacto especialmente estrecho en los últimos dos meses, ya que ella fue elevada a la cabeza de la candidatura después de que Biden se retirara de la carrera.
El ex presidente se ha ofrecido a ayudar con asesoramiento estratégico, recaudación de fondos y campañas de captación de votantes, incluida una gran campaña con creadores en las redes sociales esta semana para el Día Nacional del Registro de Votantes. Varios de los principales asesores de sus campañas presidenciales participan ahora en la campaña de Harris.
Ambos líderes se han enfrentado a ataques similares de Trump y la derecha conservadora sobre su herencia mestiza. Durante años, Trump afirmó falsamente que Obama no había nacido en Estados Unidos mientras cuestionaba las cualificaciones del expresidente para el cargo.
Después de que Harris se convirtiera en la compañera de fórmula de Biden en 2020, Trump intentó tácticas similares al afirmar falsamente que había dudas sobre su elegibilidad, ya que estaba a punto de convertirse en la primera vicepresidenta negra y asiática estadounidense.
Cuando Trump cuestionó sin fundamento la identidad racial de Harris -hija de madre india y padre jamaicano- durante un foro organizado por la Asociación Nacional de Periodistas Negros, Harris rebatió su afirmación de que “casualmente se había vuelto negra” aludiendo a sus muchos años perpetuando las mentiras del movimiento “birther” sobre Obama. “El mismo viejo y manido libro de jugadas”, dijo durante una entrevista en la CNN. “Siguiente pregunta, por favor”.
Entre los asistentes a la recaudación de fondos de Obama para Harris en Los Ángeles se encontraban el codirector ejecutivo de Netflix, Ted Sarandos, y su esposa, Nicole Avant, productora y escritora que fue embajadora de Estados Unidos en las Bahamas durante la administración de Obama. Otros asistentes fueron la actriz Jennifer Coolidge y el cómico Conan O’Brien.
El ex presidente dijo el viernes que ojalá tuviera un plan de cuatro o cinco puntos para ganar las elecciones, pero “la verdad, el plan es que vamos a salir adelante”.
“Si ganamos -cuando ganemos- no resolveremos toda la locura que hay ahí fuera”, dijo. “Pero cada vez que ganamos, consolidamos este nuevo futuro. Es el preludio de estas nuevas posibilidades. Con el tiempo, eso se convertirá en la nueva normalidad y la nueva realidad”.
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