Algunas ciudades de Massachusetts quieren despedirse del tabaco para siempre

La idea era ingeniosa, pensó Richard Lopez: una forma lenta pero implacable de eliminar el tabaco para siempre.

López preside la junta de sanidad de Reading, Massachusetts, una ciudad de 25.000 habitantes al norte de Boston. El mes pasado, la junta aprobó una normativa para crear lo que los defensores llaman una “generación sin nicotina”.

Los nacidos en 2004 o después no podrán comprar cigarrillos ni productos de nicotina en Reading cuando cumplan 21 años, la edad legal para comprarlos.

La política no afectará a los fumadores de más edad, que son libres de continuar con su hábito, dijo López. Pero con cada año que pase, se prohibirá la compra a más personas. Es “el fin del tabaco y la nicotina”, dijo.

Reading no es la única: otros cinco comunidades de Massachusetts han tomado la misma medida en los últimos meses, siguiendo el ejemplo de Brookline, un suburbio de Boston, en 2020. Al menos otras dos ciudades del estado contemplan la posibilidad de unirse a ellas.

Estas medidas sitúan a Massachusetts a la vanguardia de un movimiento mundial. Gran Bretaña está estudiando prohibir la venta de cigarrillos a los nacidos en 2009 o después. Nueva Zelanda, por su parte, había adoptado una prohibición similar, pero dio marcha atrás tras un cambio de liderazgo.

No está claro si el impulso de un puñado de comunidades de Massachusetts para prohibir gradualmente el tabaco se extenderá o se desvanecerá. Los compradores pueden evitar las restricciones simplemente desplazándose uno o dos kilómetros a otra ciudad.

Pero sus defensores afirman que otros límites al tabaco -pensemos en la prohibición de fumar en restaurantes o la elevación a 21 años de la edad mínima para comprar cigarrillos- también empezaron siendo pequeños.

Los opositores han tomado nota. Peter Brennan es director ejecutivo de la Asociación de comercializadores de energía y tiendas de conveniencia de Nueva Inglaterra, un grupo que representa a más de 7.000 minoristas de la región junto con sus proveedores.

“No hace falta ser un consumidor de nicotina para pensar que esto es un poco ridículo”, dijo Brennan. “Las autoridades locales actuaron “con tanta rapidez que la mayoría de los habitantes de las ciudades ni siquiera saben que ha ocurrido”, añadió.

A nivel nacional, las tasas de tabaquismo entre los adultos han tendido a la baja durante décadas y se situarán por debajo del 11% por primera vez en el último año, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

El tabaquismo sigue siendo la principal causa de muerte evitable en Estados Unidos, matando a 480.000 personas cada año, más que los accidentes de tráfico, los asesinatos, los suicidios y las sobredosis de drogas juntos.

Los activistas antitabaco están alarmados por la creciente popularidad de los cigarrillos electrónicos y las bolsitas de nicotina aromatizadas que, según ellos, están dirigidas a los jóvenes. Uno de cada 10 estudiantes de secundaria declaró haber consumido cigarrillos electrónicos el año pasado.

En Massachusetts, un estado liberal con un historial de innovación en materia de salud pública, quizá no resulte sorprendente que se haya impulsado la prohibición generacional del tabaco. En 2005, la ciudad de Needham, a las afueras de Boston, se convirtió en el primer lugar del país en elevar a 21 años la edad legal para adquirir productos del tabaco.

Años más tarde, la norma comenzó a extenderse por el estado y finalmente se promulgó en todo el país durante la administración Trump. En Brookline, una ciudad acomodada de 63.000 habitantes, la propuesta de prohibir gradualmente la venta de tabaco fue encabezada por Katharine Silbaugh, profesora de Derecho, y Anthony Ishak, farmacéutico.

En 2020, la ciudad votó a favor de aprobar una ordenanza que prohibía la venta de nicotina a cualquier persona nacida en el siglo XXI. La norma entró en vigor a finales de 2021, lo que otorga a Brookline la distinción de ser el único lugar del mundo donde está en vigor una política de generación sin tabaco. (La ciudad de Balanga, en Filipinas, había adoptado esta política en 2016, pero las tabacaleras lanzaron una demanda que más tarde bloqueó su aplicación).

Brookline también se enfrentó a una batalla legal. En marzo, sin embargo, el tribunal supremo del estado falló en contra de los propietarios de las tiendas que habían impugnado la nueva norma, desestimando sus argumentos de que la ordenanza era inconstitucional y que los municipios carecían de autoridad para imponer tales restricciones.

Desestimó sus argumentos de que la ordenanza era inconstitucional y de que los ayuntamientos carecían de autoridad para imponer tales restricciones. Otras ciudades y pueblos habían estado observando de cerca. En una sucesión relativamente rápida, Stoneham, Wakefield, Melrose, Winchester, Malden y Reading adoptaron sus propias prohibiciones generacionales de venta de tabaco y cigarrillos electrónicos.

Las normas entrarán en vigor el 1 de enero de 2025, cuando los nacidos en 2004 empiecen a cumplir 21 años. Las ciudades de Medford y Newton también están estudiando medidas similares.

Maureen Buzby lleva más de una década trabajando como coordinadora regional del control del tabaco para varias de estas ciudades. Describe su trabajo como un juego de topo, en el que intenta ir por delante de una industria que sigue encontrando formas baratas y elegantes de suministrar nicotina.

Las restricciones anteriores al tabaco eran “tiritas”, dice Buzby. En cambio, la prohibición generacional “protege realmente a los jóvenes” sin quitar “nada a los que ya tienen 21 años”, pero los críticos discrepan.

“Estas políticas de tipo prohibicionista sencillamente no funcionan”, afirma David Spross, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Expendedurías de Tabaco. Los mayores de 21 años son “legalmente capaces de tomar cualquier otro tipo de decisión racional adulta”.

En Brookline, la ordenanza es motivo de orgullo para algunos y de profunda frustración para otros. En 2022, la ciudad impuso multas de 300 dólares a cuatro estancos después de que las inspecciones revelaran que no cumplían la norma, según Sigalle Reiss, directora de salud pública de Brookline.

Los clientes nacidos después del 1 de enero de 2000 -la fecha límite en Brookline- a menudo reaccionan con ira e incomprensión ante la noticia de que no pueden comprar productos del tabaco, dijo el personal de tres gasolineras. “Dicen: ‘Puedo beber alcohol y comprar marihuana, ¿qué es esto?’”, dijo Zameen Khan, que ha trabajado en una gasolinera y tienda de Brookline durante 30 años.

Omar Audy, de 49 años, es propietario de dos gasolineras en Brookline junto con su padre Elias, uno de los demandantes en el caso contra la ordenanza. Calcula que sus ventas de tabaco han caído un 30% desde 2021: “Un adulto debería poder hacerlo”, dice Audy con exasperación. “Me siento muy culpable diciéndole a gente que tiene 24 años que no puede comprar cigarrillos.

Mientras Audy echaba humo, un hombre barbudo en chanclas entró en la pequeña tienda. Audy le había informado antes de que no podía comprar tabaco. “¡Tengo 24 años!”, dijo el hombre enfadado. “Es una locura, ¿no?”

Unos minutos más tarde, una mujer en camiseta y pantalones cortos vaqueros se acerca a la caja registradora. Le quedaba un cigarrillo. La prohibición no le afectaba (nació en 1996), pero se mostró prudentemente de acuerdo.

“Supongo que es más sano”, dijo. “Brennan, director ejecutivo de la asociación de tiendas de conveniencia, no descartó la posibilidad de presentar más recursos. Dijo que el grupo estaba explorando sus opciones, incluida una posible apelación de la decisión de marzo ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

Reiss, el funcionario de Brookline, dijo que es demasiado pronto para saber si la prohibición está teniendo un impacto en el mundo real. La política de salud pública es más eficaz cuando se aplica en múltiples zonas geográficas, dijo, pero “hay que empezar por algún sitio”. Brookline es un lugar que está dispuesto a “ir un poco más allá” para crear una comunidad más sana, añadió Reiss. “Supongo que estoy bastante orgullosa”.

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