Una nave espacial china sin tripulación aterrizó el domingo 2 de junio en la cara oculta de la Luna, según informó la agencia espacial china, lo que supone su segunda misión a una región lunar en la que ningún otro país ha aterrizado, en medio de una creciente rivalidad internacional en torno a la exploración espacial.
Si tiene éxito, será la primera misión de la historia en recoger muestras de la cara oculta de la Luna.
La Administración Espacial Nacional de China envió la sonda lunar Chang’e 6 para recoger rocas y otros materiales cerca y alrededor de un cráter de impacto llamado cuenca Apolo, que forma parte de la cuenca mayor Polo Sur-Aitken de la Luna, según la agencia oficial de noticias del país, Xinhua.
El Chang’e 6 aterrizó a las 6:23 de la mañana, hora local, tras ser lanzado al espacio el 3 de mayo de 2024 desde el Centro de Lanzamiento Espacial de Wenchang, situado en la isla meridional de Hainan. En la mitología china, Chang’e es la diosa de la Luna.
China, Estados Unidos, Japón, India y Rusia han realizado grandes inversiones en exploración espacial en los últimos años, abarrotando un campo que a lo largo de la historia se ha promocionado como símbolo del poder y el progreso nacionales.
Para China y Estados Unidos, en particular, se está intensificando la rivalidad en torno a las fronteras científicas en el espacio; ambas naciones aspiran al galardón de haber enviado seres humanos a la Luna por segunda vez en la historia, con Estados Unidos planeando hacerlo tan pronto como 2026 y China planeando lo mismo para 2030. (Estados Unidos fue el primer país en alunizar con la misión Apolo 11 en 1969).
La cara oculta de la Luna es el hemisferio lunar que siempre mira en dirección opuesta a la Tierra. La palabra “oscuro” no se refiere a la falta de luz, sino al hecho de que los científicos saben muy poco sobre este hemisferio.
Los astronautas de la misión Apolo 8 fueron los primeros en ver el lado oscuro en 1968, y el Chang’e 4 realizó el primer aterrizaje de la historia allí en enero de 2019.
Las comunicaciones son más difíciles en el lado lejano porque las ondas de radio están bloqueadas por rocas gruesas y sólidas, lo que obliga a los científicos a utilizar un satélite de retransmisión para enviar señales a la nave espacial y a trabajar con una ventana más corta para la recogida de muestras. El terreno accidentado también dificulta los aterrizajes.
Se espera que la Chang’e 6 tarde unas 15 horas en recoger las muestras. Para ajustarse a ese breve plazo, los científicos de la CNSA desarrollaron la nave espacial para que tomara decisiones autónomas ejecutando menos comandos que en misiones anteriores, según Xinhua.
El objetivo de la misión es desarrollar tecnología clave de muestreo, así como capacidades de despegue y ascenso desde la cara oculta de la Luna, añadió Xinhua.
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