El bebé JJ, que pasó los primeros 18 meses de su vida sin ningún documento oficial que demostrara su existencia, tendrá por fin un certificado de nacimiento.
En una vista virtual celebrada este martes 5 de marzo en el Tribunal Superior de Washington D.C., la juez Darlene M. Soltys escuchó a los padres de JJ, Teresa y Jeff Williams, explicar cómo algo tan sencillo como conseguir un certificado de nacimiento se convirtió en un calvario de casi dos años. Durante ese tiempo, los funcionarios municipales dijeron que la pareja carecía de pruebas suficientes para demostrar que JJ había nacido en su casa. Pero en menos de 10 minutos, Soltys declaró que creía a la familia Williams.
Soltys les dijo que ordenaría a la División de Registros Civiles de Washington D.C. que inscribiera el nacimiento de JJ y expidiera un certificado de nacimiento. “Estoy convencida”, dijo Soltys. Y añadió: “Muchas gracias por toda su documentación, y siento que se hayan visto atrapados en la burocracia, pero al menos ahora podemos resolver su problema.”
El proceso para conseguir el certificado de nacimiento de JJ se complicó por la forma en que nació: en una bañera hinchable en el salón de la familia, en el suroeste de Washington, sin asistencia médica. Aquel día de agosto de 2022, los únicos que estaban allí eran Teresa, Jeff y su hija, Tamar. La familia se había decidido por un parto en casa sin asistencia.
Cuando solicitaron su certificado de nacimiento, el Departamento de Salud pidió documentación, como una declaración firmada por el profesional sanitario o la institución médica que examinó al bebé al nacer o un informe del parto. Pero esa documentación no existía.
Sam Sewell, comadrona profesional licenciada y certificada que ha atendido a clientes de toda la región de Washington D.C., declaró anteriormente a The Washington Post que la situación de los Williams no es sorprendente. Según su experiencia, el proceso para obtener un certificado de nacimiento es más sencillo y fácil en Maryland y Virginia. D.C. Salud argumentó que la agencia tiene directrices más flexibles que las jurisdicciones circundantes, pero Sewell dijo que el Distrito tiene una mayor carga de la prueba y más papeleo para los padres.
Tras la denegación de la solicitud, el único camino que le quedaba a la familia era presentar una petición ante el Tribunal Superior de Washington. Recurrieron a la ayuda de Melody Webb, abogada y directora ejecutiva de Mother’s Outreach Network, una organización de justicia racial y lucha contra la pobreza, y funcionó.
La decisión del tribunal se produce menos de tres semanas después de que The Post publicara la crónica de la lucha de la familia por obtener el certificado de nacimiento de su hijo. Cuando Soltys comunicó su decisión a la familia, Teresa estaba radiante. Jeff, que asistía virtualmente desde el trabajo, miró a su hijo a través de la pantalla. “Me dedicó una sonrisa como diciendo: ‘Gracias, papá’”, dijo Jeff. “Eso es todo lo que necesitaba”.
En cuanto Teresa salió de la audiencia virtual, levantó a JJ en el aire y le dio la noticia: “¡Eh! Te van a dar el certificado de nacimiento”. Su nombre “oficial” -una vez tenga documentos- será Jeff Niklaus Williams.
Con la partida de nacimiento, Teresa y Jeff podrán conseguirle a su pequeño un número de la Seguridad Social y un pasaporte. Ya no tendrán que preocuparse por la revocación de las prestaciones SNAP de su familia y sabrán que si tienen que ir al hospital, tendrán los papeles para demostrar que JJ es suyo. En su salón, con JJ y Tamar correteando a su alrededor, Teresa respiró aliviada: “Por fin se acabó”.
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