Una nave espacial robótica entró en órbita lunar este miércoles 21 de febrero, preparando un alunizaje histórico previsto para la tarde del jueves, cuando una nave espacial estadounidense tomará contacto con la superficie lunar por primera vez en más de 50 años.
La nave, desarrollada por Intuitive Machines, gozaba de “excelente salud”, según informó la empresa con sede en Houston, y giraba alrededor de la Luna a una altitud de unos 9 kilómetros, mientras se preparaba para alunizar el jueves a las 5:49 p.m. hora del este. En caso de éxito, sería el primer vehículo comercial que aterriza en la superficie lunar y la primera nave espacial estadounidense desde el Apolo 17 en 1972.
La misión se lleva a cabo en virtud de un contrato de 118 millones de dólares con la NASA, que paga a la empresa por llevar a la Luna seis cargas útiles científicas y tecnológicas. El módulo de aterrizaje Nova-C de 4,2 metros de altura de Intuitive Machines, bautizado Odysseus, es una de las varias naves espaciales robóticas que está desarrollando el sector privado y que la NASA espera que lleguen a la Luna en los próximos años, ayudando a la agencia espacial a alunizar astronautas como parte de su programa Artemis.
A diferencia del programa Apolo, que envió astronautas a las regiones ecuatoriales de la Luna, Artemis pretende alunizar en el polo sur lunar, una región inexplorada pero potencialmente fructífera donde hay agua, en forma de hielo, en sus cráteres permanentemente ensombrecidos. El lugar de alunizaje de Odysseus se encuentra en esa zona, cerca de un cráter llamado Malapert A, que lleva el nombre de un astrónomo belga del siglo XVII, y que es uno de los lugares de alunizaje que se están estudiando para el programa Artemis.
La entrada en órbita lunar fue un hito importante para Intuitive Machines, que se produjo seis días después de que la nave despegara en un cohete Falcon 9 de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy de Florida. “Durante el próximo día, mientras el módulo de aterrizaje permanezca en órbita lunar, los controladores de vuelo analizarán los datos completos del vuelo y transmitirán imágenes de la Luna”, declaró Intuitive Machines en un post en X.
El alunizaje, sin embargo, es un reto importante. El mes pasado, otra empresa espacial comercial, Astrobotic, lo intentó pero fracasó cuando su nave sufrió un problema en el motor que provocó una fuga de combustible. Astrobotic ha declarado que volverá a intentarlo, quizá este mismo año.
Mientras vuela alrededor de la cara oculta de la Luna, Odysseus perderá el contacto con el suelo durante unos 45 minutos. Cada pasada supondrá también un reto para la nave espacial, ya que alternará entre el calor directo del sol y la fría oscuridad tras la Luna, lo que requerirá “calor extraído de las baterías para mantener caliente su sistema”, según la empresa.
Cuando el vehículo inicie su descenso hacia la superficie, encenderá su motor para descender de 100 kilómetros a poco más de 10 metros. A continuación, sus cámaras y láseres enviarán datos a los ordenadores de navegación de a bordo, que lo guiarán de forma autónoma hasta un lugar seguro en la superficie.
A unos 30 metros, se colocará en posición vertical con las patas de aterrizaje apuntando hacia abajo. Durante el descenso, el empuje del motor disminuirá continuamente a medida que el módulo de aterrizaje queme combustible y, como resultado, se vuelva cada vez más ligero.
Odysseus también lleva un instrumento de la NASA diseñado para captar imágenes de la columna de polvo levantada por los motores de la nave. Dado que la agencia espacial prevé el aterrizaje de varias naves espaciales cerca unas de otras, desea comprender mejor los efectos de los alunizajes sobre la superficie y el medio ambiente lunares.
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