Seúl - Esta semana, el líder norcoreano Kim Jong Un declaró a Corea del Sur como un estado enemigo y abandonó formalmente la idea de reunificar pacíficamente las dos mitades de la península, una declaración explosiva incluso para sus propios estándares incendiarios.
Este anuncio representa una ruptura drástica con el principio establecido por su abuelo y reforzado por su padre, agravada por su declaración de que las armas nucleares del Norte ya no son solo para la disuasión.
El discurso de Kim llegó justo un día después de que Corea del Norte afirmara haber disparado un misil de alcance medio con una ojiva hipersónica, lo cual -de ser cierto- le daría un arma altamente maniobrable capaz de viajar a bajas altitudes y a cinco veces la velocidad del sonido. Perfecta para enviar al Sur y eludir sistemas antimisiles. Corea del Norte también dijo que había probado otro drone submarino no tripulado con capacidad nuclear en respuesta a ejercicios conjuntos frente a la costa de Corea del Sur.
El régimen es conocido por hacer amenazas desmesuradas, pero la retórica se ha vuelto notablemente más agresiva en los últimos meses, un cambio alarmante que algunos analistas dicen podría llevarlo a justificar el uso de armas convencionales o nucleares contra el Sur.
Ahora, algunos observadores de Corea del Norte se preguntan: ¿Se está preparando Kim para la guerra?
Dos destacados académicos -ninguno de ellos conocido por tener puntos de vista belicistas- advirtieron la semana pasada que los cálculos de Kim han cambiado significativamente desde la última vez que se sentó a negociaciones nucleares, en 2019. Dicen que los políticos estadounidenses que esperan “más de lo mismo” de Kim no están preparados para las medidas potencialmente peligrosas que él ahora está preparando para tomar.
“Deberíamos prestar atención a la posibilidad de que Kim Jong Un haya descubierto de alguna manera cómo podría preparar y comenzar algún tipo de conflicto militar y ser capaz de salirse con la suya”, dijo Siegfried Hecker, un renombrado científico nuclear estadounidense que ha visitado Corea del Norte en numerosas ocasiones.
Él y Robert Carlin, anteriormente el principal analista de Corea del Norte de la CIA y un acucioso lector de la propaganda de Pyongyang, escribieron el artículo advirtiendo que Corea del Norte podría estar seriamente moviéndose hacia una postura de guerra.
Cambio en la estrategia norcoreana
Desde 2022 hay señales de que Pyongyang está reorientando sus prioridades en relaciones exteriores.
Kim señaló a través de discursos que buscaba reforzar lazos con Rusia y China -a pesar de la compleja relación de Pyongyang con ambos- y consideraba que el compromiso con Estados Unidos era inútil.
Justo esta semana, la ministra de Relaciones Exteriores, Choe Son Hui, ha estado en Moscú, donde sus anfitriones rusos reiteraron su compromiso con el desarrollo de relaciones con Corea del Norte “en todas las áreas, incluyendo las sensibles”.
En cuanto a las relaciones con Estados Unidos, Kim aprobó una nueva ley nuclear en 2022 y declaró que no habría “absolutamente ninguna desnuclearización, ninguna negociación y ningún elemento de negociación para intercambiar”, lo que indica que no volvería a las conversaciones si la desnuclearización estuviera en la agenda.
Washington ha dicho repetidamente que se reunirá con Corea del Norte “en cualquier lugar, en cualquier momento, sin condiciones previas”. Pero muchos expertos coinciden en que los actuales esfuerzos de Estados Unidos para interactuar con Corea del Norte no solo son ineficaces, sino que también simplemente posponen el problema mientras Pyongyang expande y moderniza su arsenal nuclear.
“Corea del Norte ya no ve ninguna utilidad en buscar conversaciones con Estados Unidos, al menos en los términos que la administración de Biden está estableciendo”, dijo Frank Aum, un experto en Asia Noreste del Instituto de la Paz de Estados Unidos.
Mientras tanto, las tensiones en la península coreana van en aumento. El presidente surcoreano Yoon Suk Yeol, que asumió el cargo en 2022, ha adoptado un enfoque de acción y reacción, con su propia retórica dura y demostraciones de fuerza militar.
Estados Unidos y Corea del Sur ahora realizan ejercicios militares regulares, y el año pasado, Estados Unidos desplegó un submarino balístico nuclear por primera vez desde la década de 1980. El Norte ve estos movimientos como hostiles a su seguridad nacional y los utiliza para justificar su armamento y programa nuclear.
“Washington y Seúl parecen creer que las medidas de disuasión mejoradas y otras tácticas de presión son suficientes para mitigar las tensiones elevadas y contener cualquier situación antes de que se convierta en una crisis”, dijo Aum. “Pero estas medidas coercitivas y basadas en la presión ... están exacerbando los riesgos” y llevan al Norte a enfocarse en desarrollar sus propias capacidades de disuasión.
El aumento de la retórica suscita alarma
Contra este telón de fondo, las sugerencias de que Corea del Norte s
e estaba preparando para la guerra comenzaron a aparecer regularmente en 2023 en declaraciones de altos funcionarios, incluyendo a Kim, según Hecker y Carlin.
Comenzaron en enero del año pasado, cuando Kim prometió un año de “hacer preparativos para movilizar para la guerra y mejorar la capacidad de guerra real” del Norte.
Después de que la principal organización militar del país mantuvo una cantidad inusual de reuniones a mediados del año pasado, Kim pidió “preparativos para una guerra revolucionaria para lograr” la reunificación, anotan los autores.
Kim cerró el año diciendo que un “enfrentamiento físico puede ser causado y escalado incluso por un factor accidental leve” cerca de la frontera intercoreana. Su poderosa hermana, Kim Yo Jong, reforzó el punto advirtiendo que el Norte “iniciaría un ataque militar inmediato si el enemigo hace incluso una ligera provocación”.
Esto es más que la habitual fanfarronería, dicen los dos expertos.
“Lo que hemos notado ahora durante el último año es simplemente más y más cosas empujando en esta dirección militar”, dijo Hecker.
Junto con la retórica escalada, Pyongyang está fortaleciendo sus fuerzas militares. Kim prometió expandir aún más su arsenal de armas en 2024 lanzando nuevos satélites espía, construyendo drones militares y produciendo más materiales nucleares.
Después de un año de frenesí de pruebas de armamento, Corea del Norte disparó el domingo el misil que afirmó estaba equipado con una ojiva hipersónica y motores de combustible sólido.
Incluso si esto es exagerado, el progreso tangible del régimen en otras áreas de tecnología de misiles en los últimos años demuestra que Corea del Norte ha logrado muchas de las ambiciones que ha señalado.
¿Qué podría significar todo esto?
El temor del régimen a la aniquilación -si Corea del Norte iniciara una guerra, rápidamente sentiría la fuerza total de una respuesta militar estadounidense- ha mantenido una paz frágil en la península. Pero los cálculos de Kim podrían estar cambiando.
Hecker y Carlin dicen que “el peligro ya está lejos más allá de las advertencias rutinarias en Washington, Seúl y Tokio sobre las ‘provocaciones’ de Pyongyang”.
“Escuchen, él no es suicida”, dijo Hecker. “Pero lo que simplemente no entendemos, exactamente, es ¿cómo ve este mundo en el que está ahora? ¿Cómo vería un camino hacia la victoria?”
Los expertos reconocen ampliamente un riesgo claro y creciente de confrontación militar potencial en la península, incluso involuntarias.
Aunque Pyongyang casi con seguridad sabe que no sobreviviría a una guerra nuclear total, podría encontrar formas limitadas de usar un arma nuclear dentro de la próxima década para desafiar la alianza EE.UU.-Corea del Sur, según un estudio de noviembre del Consejo Atlántico, un grupo de reflexión en Washington, con aportes de más de 100 expertos y partes interesadas.
La creciente confianza de Pyongyang en su disuasión nuclear podría llevarle a encontrar más opciones para la escalada, especialmente si puede jugar a Pekín y Washington entre sí, encontró el estudio.
Sin embargo, algunos expertos dicen que las preocupaciones de guerra son muy lejanas.
Corea del Norte tiene un historial de aprovechar estratégicamente sus campañas militares para ganar concesiones de enemigos, y la retórica incendiaria ayuda a inculcar un sentido de unidad nacional, dijo Lee Ho-ryung, experta militar norcoreana en el Instituto Coreano de Análisis de Defensa en Seúl.
“Si el régimen de Kim fuera serio sobre la preparación para la guerra, estaría acumulando sus armas y municiones en lugar de enviar una gran cantidad de ellas al exterior [a Rusia]”, dijo Lee.
Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios sobre Corea del Norte en Seúl, dijo que Corea del Norte todavía se queda atrás en sus capacidades de armas convencionales y enfrenta una escasez crónica de recursos esenciales como alimentos y combustible que son necesarios para sostener la guerra.
Y Corea del Norte aún no ha asegurado el apoyo total de China y Rusia para iniciar una nueva guerra en la región, dijo Yang, añadiendo que “perturbar la estabilidad en la península coreana no es necesariamente del interés de los aliados del Norte, especialmente China.”
(c) 2024 , The Washington Post