La península de Reykjanes, en el suroeste de Islandia, lleva días preparándose para una erupción volcánica. El fin de semana aparecieron grietas en la tierra y está saliendo vapor de las profundidades. La Oficina Meteorológica local advierte de un “riesgo significativo” de erupción en los próximos días y señala la ciudad de Grindavik, que fue evacuada por completo el viernes, como el lugar más probable.
Grindavik, de unos 3.000 habitantes, está a unos 26 kilómetros al suroeste de Reikiavik, la capital de Islandia. Poco ha cambiado desde principios de esta semana en la evaluación general del incipiente volcán, que podría entrar en erupción en la “escala de tiempo de días”, según la Oficina Meteorológica.
Entre las 12.00 y las 14.00 hora local del jueves, se registraron unos 1.200 terremotos. Se cree que el magma aún se encuentra a unos 762 metros de la superficie pero una actualización de Met Office advierte que “la intrusión se propaga hacia arriba lentamente”.
La tierra se ha hundido hasta 1,5 metros al oeste de Grindavik y se ha elevado hasta 1,3 metros al este. Hay indicios de que esta erupción inminente puede presentar una cantidad de magma “significativamente” mayor que las anteriores erupciones similares de los dos últimos años. Por ahora, las autoridades siguen esperando y observando con ansiedad.
Las novedades
A principios de semana, especialistas instalaron un par de sensores para controlar el SO2, o dióxido de azufre, que es el gas más común emitido por los volcanes además del vapor de agua y el dióxido de carbono. También es nocivo para los humanos y puede agotar el ozono cuando se oxida formando un aerosol de sulfato.
Uno de los sensores detectó SO2 el lunes, lo que normalmente indicaría la presencia de magma a menos de 300 metros de la superficie. Sin embargo, no está claro si el SO2 procede del magma asociado a la incipiente erupción actual o a un episodio anterior del cercano Fagardalsfjall, que tuvo lugar en julio. No toda esa lava se ha endurecido y aún podría estar liberando algunos gases.
La actividad sísmica ha aumentado sutilmente. La actividad volcánica también obligó a cerrar el popular balneario Blue Lagoon de Grindavik el 10 de noviembre, y permanecerá cerrado al menos hasta el 30 del mes.
Información básica sobre la actividad volcánica
¿Por qué hay actividad volcánica? La península de Reykjanes se encuentra en una zona de divergencia de placas tectónicas. El alejamiento de la Placa Norteamericana de la Placa Euroasiática permite que el magma suba a la superficie. Por eso Islandia es una región sísmica y geológicamente activa.
La actividad es parte de la región de Islandia que produjo el volcán Fagradalsfjall, que entró en erupción varias veces desde 2019, la última de ellas en julio.
El magma probablemente se está moviendo hacia arriba cerca de Sundhnúk, pocos kilómetros al noreste de Grindavik. Como aún no puede llegar a la superficie, rezuma hacia el exterior bajo tierra, apretándose entre las rocas de la corteza terrestre. Estas intrusiones se conocen como diques.
En algunos casos, la intrusión de un dique se produce cuando el magma introduce una cuña entre las rocas y crea una nueva grieta. Otras veces, el magma toma el camino de menor resistencia y penetra en grietas o fallas preexistentes.
Parece que esta vez el magma está trabajando a través de una antigua grieta que discurre por debajo de la ciudad de Grindavik; una fotografía aérea de 1957 confirma la existencia de dicha falla. Por eso, básicamente, Grindavik se está agrietando.
La intrusión de diques tiene unos 16 kilómetros de largo y va de noreste a suroeste. Termina bajo el océano. Si se produce una erupción, probablemente será a lo largo de esta línea y lo más probable es que se abra una fisura y rezume el magma, que se convertirá en lava cuando llegue a la superficie.
Este no es el tipo de volcán que entra en erupción de forma explosiva y lanza una columna de humo al aire. Agentes del aeropuerto internacional de Keflavík están vigilando la situación, pero no se esperan trastornos generalizados en el transporte aéreo.
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