La escalada de los precios del maíz en la República Democrática del Congo ha creado un lucrativo negocio de contrabando de este alimento básico desde la vecina Zambia, y las restricciones están dando lugar a creativas estrategias de ocultamiento, que hasta incluyen el uso de ataúdes.
Los contrabandistas han escondido harina de maíz entre piedras trituradas, arena y ataúdes, según un informe de la radiotelevisión estatal de Zambia; incluso han escondido maíz en sacos de azúcar. Aunque la temporada de escasez, que suele durar hasta mayo, suele ir acompañada de una gran demanda por parte de los países vecinos, este año ha sido especialmente grave.
Zambia es uno de los mayores productores de alimentos del sur de África y logró un superávit de maíz el año pasado a pesar del impacto de la guerra de Rusia en Ucrania en el suministro de fertilizantes, que afectó a otros países de la región.
Los precios de este cultivo, que se mezcla con agua para hacer unas gachas llamadas nshima, se han disparado en la región: en Malawi, en febrero eran más del doble que un año antes, según datos de la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna, conocida como FEWS Net. El coste de un saco de 25 kilos, el más comúnmente comprado por las familias, se disparó hasta un 80% en los últimos días, alcanzando los 90.000 francos (44 dólares) en Lubumbashi (Congo), según informó esta semana Radio Okapi, respaldada por Naciones Unidas.
Esto ha creado una lucrativa oportunidad de arbitraje para los comerciantes ilícitos de Zambia, donde la misma bolsa cuesta unos 10 dólares. También ha creado un problema para el gobierno de Zambia, que ha desplegado personal de seguridad para frenar el contrabando que ha surgido de esta escasez localizada. Las fuerzas aéreas están considerando la posibilidad de realizar patrullas aéreas.
ShopRite Zambia, la mayor cadena de supermercados del país, es uno de los minoristas que han limitado la cantidad de harina de maíz que pueden comprar los clientes.
“En la actual crisis de escasez, el gobierno nos ha confiado harina de maíz subvencionada de la Agencia de Reserva Alimentaria para que nuestros clientes puedan beneficiarse del precio”, dijo Charles Bota, director general de la unidad local de ShopRite. “Por lo tanto, no podemos permitir que una persona compre más de uno o dos sacos por este motivo en el momento de esta escasez temporal”.
Aunque Zambia produjo excedentes durante las tres últimas temporadas, a la nación sólo le queda maíz suficiente para satisfacer su propia demanda hasta que la próxima cosecha esté disponible en las próximas semanas, declaró el ministro de Agricultura, Reuben Phiri, en declaraciones emitidas por la cadena ZNBC. El Gobierno ha dejado de expedir licencias de exportación.
© The Washington Post 2023
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