En las redes sociales, los usuarios suelen compartir experiencias cotidianas que, a veces, se vuelven virales por su peculiaridad. Tal es el caso de un hombre oriundo de Salta, quien recientemente publicó en su perfil de X (anteriormente Twitter) la cuenta de una comida que compartió en un conocido restaurante de la ciudad.
El joven sorprendió a los internautas al mostrar su pedido: 16 empanadas y dos copas de vino, cuya factura total ascendió a 14.800 pesos. En su posteo escribió: “No puede ser tan barato”, para luego explicar detalladamente los costos involucrados con una imagen de la cuenta. El desglose mostraba que las bebidas le habían costado 3.600 pesos y la comida, 11.200 pesos.
Esta publicación rápidamente se viralizó, acumulando un millón de vistas y más de 20 mil “Me gusta” en la plataforma. El posteo generó una ola de comentarios de usuarios asombrados por los precios, algunos considerando la oferta como una “ganga” y otros cuestionando si las cifras reflejaban adecuadamente los costos locales.
Este fenómeno no es aislado; forma parte de una tendencia en las redes sociales donde los usuarios comparten experiencias de consumo junto con los precios pagados, llamando la atención por lo inesperado de los datos presentados. La facilidad de difusión en plataformas como X permite que estos se propaguen rápidamente, generando debates y discusiones en tiempo real entre personas que cuestionan la veracidad, el contexto o simplemente la rareza de lo compartido.
La viralidad de publicaciones como esta pone de manifiesto el interés generalizado por temas de economía cotidiana y el impacto que tienen los costos de bienes y servicios en la vida diaria. También destaca la relevancia de las redes sociales como un espacio donde la información, sea anecdótica o relevante, puede tocar una gran audiencia y desencadenar conversatorios que reflejan la realidad vivida por muchos.
Y seguro las mejores empanadas de tu vida”, “Estuvimos hace unos días en Tucumán. Igual de barato”, “Siempre se comió muy barato en el interior. Mi esposa y yo estuvimos en Jujuy el año pasado y no podíamos creer lo barato que era salir a comer”, “Excelente el precio. Amo salta. Pero mi experiencia y tu foto confirma que las empanadas porteñas son ampliamente superiores a las salteñas”, “Quedaron atorados”, fueron algunos mensajes en la plataforma.