Se enojó porque una persona mayor lo hizo levantar en el colectivo para sentarse y generó un debate en las redes

El usuario de X, ex Twitter, Mario Gómez, conocido en la red social como @maariogoomez_, generó un amplio debate luego de compartir una experiencia en la que se vio envuelto mientras viajaba en un colectivo en España. Gómez relató a través de un tuit cómo, estando sentado debido a que tenía ambas piernas vendadas, fue increpado por una mujer mayor que exigía su asiento.

El episodio ocurrió cuando el joven se encontraba en el autobús con las piernas vendadas a la altura de las rodillas. La mujer, al ver que no le cedía el asiento, le reprochó su actitud ignorando las lesiones que este presentaba. La situación fue narrada por el propio Gómez en su cuenta de X: “Cómo odio a los viejos, ayer estaba en el bus y me viene una señora y me dice que me levante que se quiere sentar ella y yo en plan ‘¿no ves que esto así?’”. La publicación fue acompañada por una imagen que mostraba las piernas vendadas del joven.

En menos de 24 horas, el tuit se viralizó alcanzando más de 4,4 millones de reproducciones, alrededor de 70.000 “me gusta” y más de un millar de compartidos, desatando un intenso debate entre los usuarios de la plataforma. Por un lado, algunos argumentaron que el joven debía ceder su asiento pese a su condición física, salvo que tuviera una lesión grave. Por otro lado, otros defendieron la postura del joven señalando que ciertas personas mayores tienden a abusar de la cortesía sin considerar las necesidades de los demás.

Una usuaria comentó: “Entiendo que respetemos a los mayores, pero hay que ser conscientes de que a veces ellos también deben comprender las dificultades de los demás”. Otro tuit apoyó esta idea, afirmando: “La señora no supo o quiso ver que él estaba lesionado. No siempre podemos ceder el asiento por cortesía”.

El caso expone una realidad frecuente en el transporte público: el conflicto entre ceder el asiento por respeto a los mayores y conservarlo por necesidad personal. Una usuaria habitual del transporte público, expresó: “Es una cuestión de educación, pero también de entender que no siempre sabemos por qué alguien necesita ese asiento”.

Además, la reacción en las redes mostró la división de opiniones sobre la responsabilidad de ceder el asiento. “Uno nunca sabe por lo que está pasando el otro, es fácil juzgar sin conocer la situación completa”, escribió un usuario. Otra persona señaló: “El transporte público debe ser un lugar de convivencia, pero no exento de empatía mutua”.

En conclusión, este episodio reavivó el debate sobre las normas de cortesía y las necesidades personales en el transporte público, un tema que siempre genera controversia y que, como en esta ocasión, refleja las diversas opiniones y experiencias de los usuarios.