Un reciente anuncio de venta causó revuelo en las redes sociales, no solo por su peculiar precio, sino por las alarmantes condiciones legales y estructurales que presenta. Este caso, destacado por la periodista Laura Cornejo en X, puso en evidencia los desafíos y las curiosidades que pueden surgir al navegar por este sector.
El inmueble en cuestión, un estudio de 48 metros cuadrados ubicado en Poblado Vega, Cantabria, España, fue listado por un precio de 28.000 euros. A primera vista, el precio puede parecer atractivo, pero una lectura detenida del anuncio revela una serie de complicaciones que van más allá de lo común.
Según el anuncio, publicado en un portal inmobiliario, el estudio no posee la cédula de habitabilidad debido a que supera el porcentaje permitido de edificabilidad. Además, el inmueble enfrenta la necesidad de demoler un dormitorio y carece de suministro eléctrico debido a la imposibilidad de instalar un centro de transformación necesario para el servicio, a menos que se adquiera un terreno adicional para este fin.
Más complicado aún, el departamento se encuentra en medio de un litigio por la ocupación ilícita de una finca vecina y una disputa sobre una servidumbre de paso, sumando más capas de dificultad para cualquier potencial comprador. A esto se añade la necesidad de soterrar cables de alta tensión que actualmente pasan sobre la propiedad.
El vendedor, consciente de estas dificultades, señaló explícitamente que la venta está dirigida a “inversores”, específicamente aquellos con “la capacidad de gestionar las necesidades de los inmuebles” y dispuestos a asumir el riesgo que implica comprar propiedades en tales condiciones.
“Si alguien quiere comprar un catálogo completito de delitos urbanísticos, tienen uno”, escribió Laura Cornejo en la descripción de su publicación en X.
Este caso despertó una amplia gama de reacciones en línea, desde la incredulidad y la burla hasta la preocupación por la existencia de ofertas de este tipo en el mercado. La viralización del anuncio sirvió no solo para entretener y sorprender, sino también para educar al público sobre los riesgos y las realidades a veces ocultas del mercado inmobiliario.