En un acto de compasión que resonó fuertemente en las redes sociales, una veterinaria, se convirtió en protagonista de una historia que destaca la empatía y solidaridad en el ámbito del cuidado animal. La profesional se enfrentó recientemente a un dilema cuando los dueños de un perro enfermo se acercaron a su clínica pidiendo ayuda, una situación que ella compartió en X, antes conocida como Twitter, acumulando cerca de 450 mil reproducciones. La decisión de Fátima de no esperar y actuar inmediatamente para salvar la vida del animal, seguida del gesto de gratitud de los dueños, generó una reacción emotiva en las redes sociales.
La usuaria de X relató que recibió una llamada de los propietarios de un perro que estaba “malito” y habiendo sido visto en otra clínica sin mejorías, se encontraban ante la dificultad de no poder costear más tratamientos. Los dueños del animal, buscando una solución, propusieron agendar una cita para el primer día del próximo mes cuando pudieran efectuar el pago. Ante esta propuesta, Fátima respondió con determinación: “les dije que no, que me trajeran al perro ya, que no iba a dejar un perro mal 15 días porque podía complicarse y el animal estar sufriendo”. Este acto de humanidad no solo salvó la vida del perro sino que también marcó un ejemplo de profesionalismo y compasión.
Según Fátima el perro “empezó con unos vómitos, rigidez y dolor en el cuello. Ya está bien. Una cervicalgia con mareo, por eso vomitaba. Tratamiento para el dolor y ya está como un toro”, explicó para tranquilidad de sus seguidores.
En señal de agradecimiento, los propietarios regresaron a la clínica con el pago y un gesto que conmovió a Fátima y a las redes: una caja de dulces. Con movilización y agradecimiento, Fátima destacó, “El perro ya está bien y hoy han venido a pagar y a traerme esto: (Hay gente que es amor)”.
La historia no se detuvo allí. La repercusión generada en X llevó a Fátima a reflexionar sobre las implicaciones de su acto, subrayando la importancia de la empatía y el apoyo mutuo en situaciones difíciles. “Cuando cuento estas cosas, la última intención es tirarme flores. Esto que hago yo se vive en todas las clínicas. A veces podemos ayudar y otras no, porque es económicamente imposible hacerlo. Tengo la suerte de poder tomar esas decisiones”, expresó, señalando que su historia es solo un ejemplo de muchas otras situaciones similares que ocurren diariamente en el ámbito veterinario.
“Ojalá hubiera más personas maravillosas como tú, me alegro de que se sepa apreciar y agradecer”, “Por esas circunstancias no estudié veterinaria, creo que me hubiera arruinado porque hubiera atendido gratis muchos casos”, “Es de ser bien nacido, el ser agradecido… Me alegro de que haya salido todo bien”, “Eres una gran profesional, salvaste una vida y alegraste otras. Te felicito”, “Gracias por tu amor por los animales”, fueron algunos de los mensajes de los usuarios.