Marie Therese Mukayiranga nació en Kigali, la capital de Ruanda y tiene siete hermanos. A sus veinticuatro años creía que tenía la vida resuelta. Sus días los repartía entre amigas, su familia y el estudio. Soñaba con ir a la universidad.
Si bien tenía la vida de cualquier chica de su edad el 6 de abril de 1994 todo cambió. El avión donde viajaba el presidente ruandés Juvenal Habyarimana, fue derrumbado. Esto desencadenó una guerra civil entre abril y julio de 1994 y más de un millón de personas que fueron asesinadas sistemáticamente en menos de tres meses. Therese y su familia se vieron obligados a huir. Su casa fue prendida fuego y algunos miembros de su familia fueron torturados.
Therese empezó a vivir escondida en un campo que albergaba al menos a 800 mil refugiados sin electricidad. Durante esos días, el agua potable la ropa o la comida, por lo general, eran donados por grupos de ayuda humanitaria. Su familia quedó completamente dividida.
En Argentina, a más de 10 mil kilómetros de Ruanda, Jorge Sorribas un chico de Capital Federal de 20 años se preparaba para viajar con un grupo de la Iglesia Evangélica para brindar ayuda humanitaria en África. El joven, que se estaba recuperando de su adicción a las drogas, viajó un mes a Ruanda y vivió en un campo de refugiados. Allí conoció a Therese y comenzó su historia de amor.
“Quería que sepas que sos hermosa y que no vi en todo Zaire una mujer más bella que tú”, escribió Jorge en una carta. Therese con un diccionario español-francés pudo traducirlo y lo esperó durante seis meses. En septiembre de 1995 se casaron en Ruanda y, después de algunos trámites, ya que Therese no tenía documentos, finalmente lograron salir de África directo para Argentina. “Conocía el país por el mundial del 86´. Muchos chicos que nacieron ese año se llamaban Maradona, mi vecino también. Nunca me hubiese imaginado vivir acá”, aseguró la mujer en diálogo con Infobae.
Jorge y Therese tienen una fábrica de pastas en Villa Luro. Juntos formaron una gran familia y tuvieron tres hijas: Elise, Aline y Desirée. Si bien su vida era feliz en Buenos Aires había un sueño más por cumplir: volver a Ruanda.
“Siempre estuvo en nuestro corazón poder ir a África para que mis hijas conozcan de dónde vengo y a dónde caminé”, aseguró la mujer.
En 2001 tenían programado para ir pero lo suspendieron por la crisis. En 2008 nació su tercera hija y esperaron un tiempo más para poder hacer el viaje los 5. Finalmente, 30 años después pudieron volver a la tierra donde se enamoraron. “Gracias a Dios se nos dio este año. No fue antes porque estaba destinado para hacerlo ahora. Las nenas ya son grandes y pudieron tener una gran relación con sus primos”, reflexionó Therese.
En Ruanda pasaron 18 días. Recorrieron todas las calles de la infancia, saludaron a todos los vecinos y familiares y compartieron las imágenes en su cuenta de Instagram. A través de las redes, aunque no se conocían, sus hijas estaban en contacto con resto de la familia.
“Ruanda creció mucho. Antes mi barrio eran todas calles de tierra, ahora hay asfalto. Toqué la casa donde me crié y llevé a mis hijas a donde hice mi escuela primaria y a la iglesia donde me bauticé. Fue muy emocionante”, aseguró Therese.
De las costumbres aún conserva mucho las recetas típicas del país y mostraron cada uno de los platos que probaron en un video que compartieron en sus redes. “Crié a mis hijas como si estuviese en África. De hecho cuando llegamos la gente allá se sorprendía. Yo seguí cocinando como si viviese allá”.
“Fueron continuamente emociones, nos lloramos todo. Me estaban esperando. Cuando me fui era soltera y volví con mis hijas grandes”, concluyó la mujer.
Elise compartió en sus redes un video donde escribió: “Qué días increíbles estamos pasando. Te amamos tanto, mami. Compartimos su felicidad y la nuestra de poder estar en su tierra después de tanto”. Allí se ven algunas imágenes del viaje que tanto soñaron.
“Qué hermosos esos abrazos de reencuentro y qué experiencia inolvidable para ustedes, disfruten mucho”, “Me hicieron llorar. Qué hermoso, súper emocionante. Dios es bueno”, “Cuántas emociones guardadas que esperaban expresarse en esos abrazos”, “Me emociona tanto ver esos abrazos tan sentidos. Gracias por compartirlo, sigan disfrutando mucho”, “Qué lindo There y qué fuerte es volver a estar en tu tierra otra vez. Todavía me acuerdo cuando nos conocimos en el coro cantando juntas y hablabas poquito en francés y me dijiste que eras de Ruanda”, fueron algunos de los comentarios de sus seguidores en la publicación.