En una reciente divulgación que tocó profundamente el tema de la inclusión en la moda, una vendedora de ropa de Adrogué compartió a través de TikTok una situación que destaca la persistente discriminación en la sociedad.
Mientras mostraba la disposición de maniquíes en la vidriera de su tienda, la cual incluye maniquíes “genéricos” y uno de talla grande o plus size, capturó la atención de más de 277 mil usuarios, acumulando además 25 mil “me gusta” y cientos de comentarios. Esta reacción masiva subraya no solo la indignación generalizada ante actitudes discriminatorias, sino también la importancia del respeto hacia la diversidad corporal.
La vendedora, en su relato, enfatizó cómo una pareja, al examinar la vidriera, criticó negativamente la inclusión del maniquí de mayor talla, lo que despertó una profunda reflexión sobre la normalización del cuerpo humano en todas sus formas.
La ley de talles en el país, reconocida por su intento de promover una visión inclusiva de la moda, garantiza que las personas de todos los tamaños puedan encontrar indumentaria adecuada. Sin embargo, el incidente relatado por la vendedora pone de relieve que, a pesar de los avances legales, todavía persisten actitudes obsoletas hacia los cuerpos. “Nosotros vendemos todos los talles”, afirmó la mujer, señalando la obviedad de la inclusión en su negocio.
“Ay qué lindo, lástima que tienen un maniquí gordo. Qué feo que queda, la verdad, horrible, ordinario”, fueron las palabras exactas que oyó de una mujer mientras observaba la vidriera acompañada por su esposo y su hijo. Esto provocó que la vendedora, que de casualidad se encontraba sentada cerca, quedara sin palabras y con un nudo en la garganta. Obviamente no respondió porque el mensaje iba dirigido a su marido y era una conversación privada.
Pese al comentario desfavorable, el acompañante de la clienta intervino diciendo que “no tenía nada de malo porque había de todo, para todos los cuerpos”, mostrando una actitud más abierta. “No, queda horrible, vos podés tener el talle pero no ponerlo así para que se vea”, insistió ella.
La dueña del local, mediante su publicación en redes, quiso poner en contexto que su negocio sirve a una clientela diversa y que situaciones como la narrada son excepciones en una comunidad que, en su mayoría, ha normalizado la diversidad de cuerpos. “Nosotros tenemos normalizado y cuando pasan cosas así digo: ‘Cómo atrasa la gente’”, reflejó, subrayando la resistencia a cambiar de algunas personas frente a un mundo que avanza hacia la inclusión.
Este incidente, y la conversación que derivó de él, no solo muestra la urgencia de seguir trabajando por una aceptación universal de todos los cuerpos, sino también cómo la moda puede convertirse en un campo de batalla entre la inclusión y la discriminación. La rápida difusión y la amplia respuesta del video en redes sociales indican un claro rechazo hacia la discriminación y un llamado a la reflexión sobre cómo los comentarios y actitudes pueden afectar a quienes se esfuerzan por promover la inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.
“Y esas son las que después se hacen las buenas y dicen ‘de los cuerpos no se habla’... Son las peores”, “Yo amo ver esos maniquíes porque puedo ver cómo me quedaría, cuando veo los delgados pienso que van a tener solo talle único”, “Y pensar que cuando voy a comprar ropa siempre me fijo que tengan un maniquí gordito porque sé que tienen de mi talle”, fueron algunos de los comentarios de los usuarios.