Una emprendedora de Mar del Plata desató un intenso debate en redes sociales después de publicar un video en TikTok, donde critica a las personas que intentan probarse ropa en su comercio, sabiendo de antemano que no son de su talle. Erika Soriano, la joven detrás de este negocio, se mostró visiblemente frustrada ante la actitud de ciertos clientes que, según ella, fuerzan las prendas hasta romperlas y luego niegan su responsabilidad.
Esta situación generó un considerable número de reacciones dentro de la plataforma digital, acumulando más de 210 mil reproducciones y 7.900 ‘me gusta’, convirtiendo su caso en un tema de discusión sobre la responsabilidad y respeto por el trabajo ajeno.
La queja central de la joven se centra en su experiencia con clientes que eligen deliberadamente prendas de tamaños menores a los suyos, lo cual resulta en daños materiales para su establecimiento. La emprendedora argumenta que, a pesar de ofrecer una amplia variedad de talles, se encuentra repetidamente en situaciones donde debe absorber el costo de los daños. Este fenómeno no solo refleja una falta de consideración por parte de algunos compradores sino también destaca una problemática mayor respecto a la percepción y educación sobre el consumo responsable.
“Qué bronca que me da esa gente que viene y se prueba ropa que sabe que no le va a entrar, que sabe que no es para su cuerpo”, dijo. Y agregó: “Si sabés que no te va a entrar y lo probás a la fuerza y lo rompés, pagalo. No salgas del probador y digas que estaba fallado”, sentenció.
Además, el video de Erika abrió una discusión sobre la ley de talles y la dificultad de encontrar prendas para todos los cuerpos, un tema que trasciende lo sucedido en su comercio.
La reacción de la comunidad virtual estuvo dividida. Mientras algunos usuarios expresaron empatía y apoyo, muchos otros se mostraron críticos con su enfoque, sugiriendo que los daños podrían deberse a la calidad de la ropa ofrecida o a la falta de disponibilidad de talles inclusivos. Este segmento de la audiencia argumenta que la frustración de los clientes es un reflejo de un problema más amplio en la industria de la moda, donde no todos los cuerpos son considerados o representados adecuadamente.
Este debate en la plataforma resalta no solo las experiencias individuales de los comerciantes sino también las expectativas y desafíos que enfrentan los consumidores en su búsqueda de vestimenta. El incidente señalado por la joven emprendedora evidencia no solo las tensiones en la relación comerciante-cliente sino también subraya las complejidades inherentes al mercado de la moda, donde la inclusividad de talles continúa siendo un tema pendiente.
“O también la calidad de la ropa es malísima y la tabla de talles es chamuyo”, “Se pega un cartel dentro del probador diciendo que las prendas están revisadas y que si rompen por mal talle tienen que pagar”, “Tratá de tener un local con más talles y mejor calidad”, “Al fin alguien que se queja. Dios, la rompen y se van, para colmo se enojan. Me da bronca, tengo negocio”, “Entiendo tu queja pero también entiendo que mucha gente sufre de dismorfia corporal y quizás piensan que les va a entrar”, “El problema es que los talles no son reales dicen una cosa pero son mucho más chicos”, fueron algunos de los comentarios de los usuarios.