El restaurante La Rinconada de Lorenzo, ubicado en Zaragoza, España, comenzó el año con un amargo sabor tras una experiencia desagradable con una reserva para nueve personas que no se presentó ni canceló en Año Nuevo.
La situación llevó al establecimiento a expresar su frustración a través de una carta abierta dirigida al cliente irresponsable, publicada en su página de Facebook. En el comunicado, La Rinconada de Lorenzo destaca la importancia de organizar con anticipación durante esta época, dada la elevada demanda y el volumen de trabajo asociado.
“Siempre hablamos con todas las reservas un mínimo de dos veces: la primera, aproximadamente una semana antes, y la segunda, 48 horas antes, para reconfirmar que todo sigue en orden o si ha habido algún cambio o baja”, señalan en la carta. La gestión de reservas incluye ajustes según alergias o intolerancias alimentarias para garantizar una experiencia óptima a los comensales.
El inconveniente surgió cuando una mesa de nueve personas no se presentó el 1 de enero, generando la necesidad de contratar personal adicional para cubrir el servicio. La frustración del equipo se acentuó al descubrir que, al contactar a la persona que realizó la reserva, se escuchaba claramente que estaban en otro local.
“Después de dar 40 minutos de cortesía, nos decidimos a llamarles y al darnos a conocer e intentar explicar que tenían una mesa reservada con nosotros, nos cuelgan el teléfono sin terminar de escucharnos”, relatan en la carta. La sorpresa aumentó al percatarse de que la llamada evidenciaba sonidos de risas, cubiertos y bullicio característicos de otro establecimiento.
“Aclarar que se oye con total claridad, como estaban en otro establecimiento (ruido de gente, risas, ruido de cubiertos, etc.). Ingenuos de nosotros pensamos que la llamada se había cortado involuntariamente y volvemos a llamar. Dejan que pasen los tonos sin contestar hasta que se corta nuevamente la llamada”, continúa el relato.
Ante la repetición de la situación, el equipo del restaurante expresa su preocupación y consternación: “Nos empezamos a preocupar, pero pensamos que no puede ser que haya gente tan sinvergüenza. Volvemos a llamar y directamente al primer tono nos cuelgan.”
La publicación en Facebook generó reacciones mixtas entre los usuarios, ya que algunos expresaron solidaridad con el restaurante, mientras que otros cuestionaron la decisión de hacerlo público. Este desplante en Año Nuevo destaca la importancia de la responsabilidad en las reservas y el respeto hacia los negocios locales, especialmente en momentos de alta demanda como las festividades.