En la ciudad de Barcelona, la música callejera es un elemento común que puede generar tanto admiración como controversia. Melita Duffy, una joven cantante española, recientemente se encontró en medio de una acalorada discusión con un vecino, lo que llevó a que su encuentro se volviera viral en las redes sociales. Este incidente pone de manifiesto el eterno dilema entre los artistas callejeros que, a veces, pueden perturbar a quienes viajan en transporte público o a los residentes cercanos cuando tocan a todas horas.
En un video compartido por Melita, que acumuló casi un millón y medio de visualizaciones, se puede ver el momento en que un vecino se le acercó y le reprochó el volumen de su música. La cantante se defendió, explicando que ella tenía una licencia para tocar y siempre ajustaba el volumen a niveles moderados. Sin embargo, el vecino no pareció satisfecho y continuó con su crítica.
La tensión en el encuentro aumentó cuando otra persona se acercó a Melita y elogió su música. A pesar de recibir halagos, la misma persona que anteriormente la había cuestionado, y que aún seguía molesta, recriminó tanto elogio. La controversia se centraba en la duración y la frecuencia de las interpretaciones musicales de Melita en la vía pública.
El vecino argumentaba que, si bien la música de la joven era hermosa y su talento innegable, no podía tocarse constantemente, ya que la vida continuaba en la ciudad. Y agregó que la música podía ser una distracción para aquellos que necesitan concentrarse en su trabajo o estudios, o simplemente quieran disfrutar de un momento de tranquilidad. Además, explicó que, en otra plaza cercana, los vecinos se quejaron de la música callejera, lo que llevó a que ningún artista tocara allí actualmente.
Este incidente subraya la necesidad de encontrar un equilibrio entre el arte callejero y el respeto hacia aquellos que viven y transitan por la ciudad. Mientras algunos encuentran alegría y emoción en la música callejera, otros pueden sentirse invadidos por su presencia constante.
“No puede ser todo el rato, hay gente descansando, enferma, teletrabajando y demás, pero, tiene licencia..”, ¡No es agradable cuando quieres tranquilidad! Qué bueno que se quejen con autoridades para que lo prohíban”, “A mí me encanta la música de la calle. Pero si los tuviera debajo de casa sería muy duro”, “Yo vivo en una plaza donde se ponen a tocar y cantar y sí es molesto, la verdad. Entiendo a los artistas pero para los vecinos es difícil”, fueron algunos de los comentarios de la publicación.