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En una historia que demuestra cómo los caminos inesperados pueden llevar al éxito empresarial, Kris Buckley, una madre emprendedora oriunda de Alemania, encontró un inusual nicho de mercado en la crianza de caracoles gigantes. Su granja, ubicada en Munich, alberga a más de 5.000 invertebrados y transformó su vida por completo.
La historia de Kris Buckley es un testimonio de resiliencia y adaptación. En un momento de dificultad personal, cuando se vio enfrentada a los desafíos financieros y emocionales de cuidar a su hijo durante una grave enfermedad, Kris encontró en la crianza de caracoles una oportunidad inesperada. Invirtiendo tan solo 60 euros en tierra africana, un caracol y un terrario, Kris inició un camino que cambiaría su vida para siempre.
“Yo era madre soltera de dos hijos y vivía del dinero del estado. Mi vida consistía en cuidar a los demás. No tenía nada propio y la idea de un caracol era muy atractiva. No requieren mucha atención”, compartió Kris, describiendo cómo el negocio de los caracoles le brindó una nueva perspectiva y propósito.
A través de su dedicación y la publicación constante de contenido en plataformas como Instagram, la mujer atrajo la atención de una audiencia cada vez mayor. Su enfoque en compartir su experiencia en la crianza de caracoles, aunque a veces desagradable para algunos, se convirtió en un éxito. Kris, inicialmente una persona reservada, se encontró respondiendo a miles de preguntas sobre caracoles, lo que consolidó su posición como una autoridad en la materia.
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En la actualidad, dirige una empresa en crecimiento que involucra a más de 5.000 caracoles y emplea a cinco personas para gestionar las operaciones. Con un ingreso mensual de seis cifras, su vida experimentó un cambio radical. “Mi vida ha cambiado por completo. Vivía en un piso municipal y recibía donaciones de alimentos de una iglesia. Sigo viviendo en el mismo piso, pero los caracoles me salvaron la vida”, afirmó la mujer
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