Un video que circuló en las redes sociales mostrando a un oso malayo parado sobre sus patas traseras causó revuelo en el zoológico de Hangzhou, ubicado en el este de China. La grabación generó controversia cuando algunos usuarios sugirieron que podría tratarse de un humano disfrazado actuando como el oso.
Ante estas insinuaciones, el zoológico emitió un comunicado en nombre de Ángela, una de sus osas malayas, negando rotundamente las acusaciones. El texto declaraba: “Cuando se trata de osos, lo primero que viene a la mente es una figura enorme y un poder asombroso… Pero no todos los osos son gigantes y el peligro personificado. Los osos malayos somos pequeños, el oso más pequeño del mundo”.
En un esfuerzo por desmentir los rumores, un portavoz del zoológico enfatizó que el animal en el video era genuino y que el engaño no tendría cabida en una instalación estatal. Además, señaló que, debido a las altas temperaturas del verano, un humano con un traje de oso de piel “no duraría más de unos minutos antes de colapsar”, lo que descarta la posibilidad de que alguien esté disfrazado como el oso malayo en cuestión.
Según información del medio The Guardian, el zoológico invitó a los reporteros a visitar las instalaciones para observar directamente a los osos malayos y aclarar cualquier duda sobre su autenticidad. Los osos malayos, que tienen aproximadamente el tamaño de perros grandes, alcanzan una altura máxima de 1,3 metros sobre sus patas traseras, en comparación con los impresionantes 2,8 metros de los osos pardos y otras especies de mayor tamaño.
A pesar de las explicaciones dadas por el zoológico, la polémica en torno a la autenticidad de los animales en parques zoológicos chinos ya había sido objeto de críticas en el pasado. En su momento, se presentaron acusaciones de que algunos zoológicos instaron hacer pasar perros teñidos como lobos o gatos africanos, así como burros pintados para parecerse a cebras.
La proliferación de las redes sociales y la facilidad de compartir videos permitieron que se propaguen rápidamente noticias e imágenes que pueden ser interpretadas de manera errónea o fuera de contexto. En el caso del oso malayo, las autoridades del zoológico esperan que la visita de los periodistas y la información proporcionada puedan aclarar cualquier malentendido y restaurar la confianza del público en su manejo responsable de la fauna.
A medida que las redes sociales siguen siendo una herramienta poderosa para compartir información y concienciar sobre la conservación de la vida silvestre, afirman que es esencial que los usuarios se aseguren de verificar la veracidad de las noticias antes de compartirlas para evitar la propagación de información incorrecta o engañosa. La preservación de la integridad y la transparencia en los parques zoológicos y en todos los ámbitos relacionados con la vida silvestre es fundamental para garantizar un futuro sostenible para todas las especies del planeta.
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