Santino tiene apenas dos años y cada día se desespera al escuchar el camión de recolección de basura, ya que siempre le tocan bocina y lo saludan cuando pasan por su casa en Barrio Guayaquil, en Córdoba. Su papá Lucas tuvo la idea de retribuir la buena predisposición de los recolectores con un detalle que registró y que se volvió viral.
Para agradecerles a los recolectores por el cariño que le dan al pequeño, aprovecharon las altas temperaturas (alrededor de 40 grados) para esperarlos con una gaseosa fría.
“Empezó a apreciar todo lo que sucedia en la calle con el camión y los muchachos que corrían le llamaba la atención. Desde mayo en adelante siempre que pasan y les grita ‘chau amigo’ y ellos le responden, siempre saludan a los niños, están acostumbrados”, contó Lucas Scilletta, padre de Santino, en diálogo con Infobae.
En ese sentido, señaló que ese día la calle “era un horno”, por lo que se le ocurrió junto a su hijo “servirle algo fresco a los muchachos que venían atrás del camión” para combatir el calor. “Armamos una mesita y esperamos atrás de la reja. Cuando pasaron, salimos y se dio eso tan lindo y mágico. Es bueno trasladrle eso a nuestros hijos”, manifestó sobre el fenómeno que se viralizó en su cuenta de Instagram @lucasscilletta.
“Esperando a mis amigos ‘los basureros’”, indica en la descripción del video viral, que tiene más de 18 millones de reproducciones y acumula casi tres millones de “me gusta”. En las imágenes, se puede ver a Santino -con la ayuda de su papá- sirviendo la gaseosa mientras los recolectores se acercan para refrescarse y luego tomarse una foto.
Pero lo que ocurrió esa noche fue el resultante de meses de complicidad entre Santino y los recolectores de basura. Incluso, el papá del niño subió videos en Twitter en los que se lo ve asomado por la ventana, mientras espera a sus amigos del camión de basura.
“Esta hermosa locura se vive cada noche! Santi espera con mucha alegría a sus amigos los “basudeos” técnicamente hablando de los recolectores de residuos”, había escrito en ese posteo.
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