La oposición de Venezuela denunció la muerte de Jesús Manuel Martínez, quien fue detenido arbitrariamente el pasado 29 de julio tras haber sido testigo electoral (fiscal) en las elecciones presidenciales.
La Plataforma Unitaria explicó que Martínez perdió la vida bajo la custodia de los cuerpos de seguridad del régimen, producto de los tratos inhumanos y la falta de atención médica que sufrió en prisión.
De acuerdo con los reportes previos, mientras Martínez estuvo encarcelado le amputaron una pierna por una necrosis que presentaba, “dada la diabetes que padecía, agravada por los maltratos, la falta de atención sanitaria y las condiciones infrahumanas de la prisión”.
“Otra víctima más del régimen de Nicolás Maduro que pone de luto a todos los venezolanos. ¿Hasta cuándo tendremos que seguir sufriendo la pérdida de luchadores, de amigos por un régimen que se aferra al poder?”, cuestionó el dirigente antichavista Eduardo Batistini en redes sociales al confirmar también la noticia con familiares de la víctima.
Por su parte, la activista Elisa Trotta señaló que el suceso refleja el brutal terrorismo de Estado en Venezuela, donde la dictadura persigue y castiga la verdad con el propósito de silenciar cualquier esperanza de cambio. “Jesús es una víctima más de un terrorismo de Estado que debe ser repudiado por el mundo entero. Sin medias tintas”, sentenció en su comunicado a través de las redes.
Martínez Medina fue uno de los integrantes de los denominados “comanditos” de la oposición, grupos de la sociedad civil que se acreditaron y adiestraron en el comando de campaña de Edmundo González Urrutia para la tarea de ser testigos electorales en los comicios del pasado 28 de julio.
Una de las principales funciones de los testigos opositores era obtener, pese a las restricciones del régimen en los centros de votación, las actas que convalidaran la derrota de Maduro ante la alternativa democrática.
Una vez conocidos los resultados, en los que el régimen concretó un fraude electoral anunciando y proclamando a Maduro como ganador, la oposición, liderada por María Corina Machado, publicó más de 80% de las actas electorales avalando su denuncia de fraude y demostrando el triunfo de Urrutia sobre el chavismo.
Desde ese momento, las fuerzas de la dictadura de Caracas se desplegaron en la búsqueda y captura de decenas de los testigos electorales opositores para atemorizar, mediante una operación denominada “tun-tun”, a quienes participaron y evitar una mayor difusión del escándalo generado por el fraude.
La operación “tun-tun”, cuyo nombre rememora el sonido del toque de una puerta, los cuerpos de seguridad desataron una ola de persecución sin precedentes, entraron en forma irregular en las viviendas de los disidentes y se los llevaron ante la mirada atónita de vecinos y familiares. Con ello, el chavismo logró ampliar su campaña de terror y disolver las protestas que se desataron en todo el territorio, rechazando la reelección impuesta de Maduro.