La CIDH advirtió que la crisis política en Venezuela no debe aceptarse: “Maduro debe poner fin a la represión”

La presidenta de la organización, Roberta Clarke, también denunció la falta de transparencia en las elecciones del 28 de julio y condenó el accionar de las fuerzas del régimen contra las protestas, las cuales dejaron un saldo de 23 muertos y miles de detenidos

Nicolás Maduro (EFE/ Miguel Gutiérrez)

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) declaró este martes que la proclamación de victoria por parte del ente electoral venezolano a favor de Nicolás Maduro es “ilegítima” e hizo un llamado a la comunidad internacional a impulsar un esfuerzo coordinado para una “transición democrática” en el país sudamericano.

“Pedimos un esfuerzo diplomático multilateral coordinado para apoyar a Venezuela en una transición pacífica a la democracia, para restaurar el Estado de derecho y para responsabilizar a aquellos que han violado los derechos humanos en las últimas décadas y, en especial, en estos últimos meses”, declaró la relatora del organismo para ese país, Gloria Monique de Mees, en una rueda de prensa.

De Mees recalcó que ese llamado no va dirigido a ningún país concreto ni tan siquiera al continente americano, sino a “toda” la comunidad internacional.

Por su parte, la presidenta de la CIDH, Roberta Clark, afirmó que la proclamación de la victoria de Maduro “no tiene legitimidad” y urgió a la comunidad internacional a “seguir pidiendo la rendición de cuentas y la publicación de las actas del escrutinio”.

De acuerdo con la CIDH, después de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó de manera fraudulenta la reelección de Nicolás Maduro, sin publicar las actas de votación, se registraron unas 300 protestas espontáneas en el país que fueron “reprimidas” y murieron al menos 23 manifestantes.

Entre el 28 de julio y el 13 de agosto, al menos 1.393 personas fueron detenidas, incluidas 182 mujeres, 117 adolescentes, 17 personas con discapacidad y 14 indígenas, afirmó el organismo.

“Los detenidos enfrentan cargos penales que conllevan penas excesivamente severas. Estos cargos incluyen incitación al odio, terrorismo, conspiración, traición, asociación criminal, resistencia a la autoridad, obstrucción de carreteras y desobediencia y son un claro intento de socavar el ejercicio de la libertad de expresión”, declaró De Mees.

Familiares de los detenidos durante la represión gubernamental a las protestas contra los resultados de las elecciones presidenciales, participan en una vigilia en Caracas (AP Foto/Matías Delacroix)

Clark también declaró que “el incumplimiento de las reglas electorales” en los comicios supone “una clara violación a los derechos políticos” de los venezolanos.

“A tres meses y medio de estas elecciones, nuestro mensaje de hoy es que lo que pasó y sigue pasando en Venezuela no debe aceptarse ni normalizarse”, afirmó.

Clark señaló que a día de hoy las autoridades siguen sin publicar las actas con los resultados desagregados de los comicios, lo que sirve —dijo— como “una prueba clara de que la democracia ha sido perturbada en ese país”.

“En democracia, cada voto debe ser contado, y cada voto cuenta. Como recuerda la Carta Democrática Interamericana, la democracia representativa es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región”, afirmó.

Lula dijo que Maduro “es un problema de Venezuela”

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sostuvo que Nicolás Maduro es un “problema” de Venezuela y no de Brasil, señalando que no puede seguir preocupándose por la política del país vecino, con el cual han surgido tensiones diplomáticas.

“Tenemos que tener mucho cuidado cuando lidiamos con otros países y otros presidentes. Yo creo que Maduro es un problema de Venezuela, no es un problema de Brasil”, declaró en entrevista con la cadena de televisión RedeTV.

Lula expresó su deseo de que Venezuela “viva bien” y que sus autoridades se ocupen de los ciudadanos “con dignidad”. Sin embargo, buscó distanciarse de la crisis generada tras el fraudulento triunfo electoral de Maduro, el cual Brasil no ha reconocido debido a la falta de transparencia en la difusión de las actas.

“No puedo continuar preocupándome. Un día pelearme con Nicaragua, otro con Venezuela, otro pelearme con no sé quién”, aseguró, antes de decir que su responsabilidad era luchar para que Brasil vaya en la dirección correcta.

(Con información de EFE)