El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) pidió este sábado, a propósito del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, que el Estado garantice el acceso de las reclusas a una mamografía periódica, pues -denuncian- cientos de mujeres privadas de libertad jamás han recibido evaluación médica especializada dentro de los centros de detención.
“Hacemos un llamado al Ministerio para el Servicio Penitenciario para que se lleve a cabo una evaluación integral de las más de 2.500 mujeres que se encuentran en el INOF -la principal cárcel femenina-, calabozos policiales y” otras penitenciarías, señaló la organización no gubernamental en una nota de prensa.
La ONG explicó que mujeres presas en todo el mundo “enfrentan serias barreras para acceder a servicios de salud esenciales, como la realización de mamografías”, una situación que en Venezuela -donde estiman un total de 2.543 internas- se evidencia en la dificultad para acceder a estos estudios.
Según los registros de 2023 de la organización, solo en un reclusorio de mujeres “se realizó una jornada ginecológica”, lo que dejó a la población del INOF y otros 15 anexos femeninos, espacios habilitados cerca de prisiones masculinas, sin este tipo de atención.
Reclusas y ex presidiarias consultadas por el OVP “expresaron que, durante su tiempo en prisión, nunca recibieron una revisión médica especializada”.
Por ello, el observatorio pide al régimen chavista garantizar la atención a las reclusas, por parte de un equipo de médicos especialistas, incluyendo ginecólogos, oncólogos e internistas, y habilitar consultorios médicos “completamente equipados, garantizando una atención adecuada”.
“Recomendamos que, como medida inicial, se organice una jornada masiva de mamografías para asegurar que ninguna interna quede sin ser evaluada, permitiendo así la detección temprana de posibles casos de cáncer de mama y contribuyendo a la lucha contra esta enfermedad”, concluye el escrito.
Asimismo, la educación pública en Venezuela está en “emergencia” debido, entre otras razones, a la escasez de docentes, según el gremio, una situación que el régimen intenta resolver con varios programas, entre los que destaca un llamado a jubilados a reincorporarse y varias ofertas que buscan convencer a los maestros que dejaron las aulas por los bajos salarios.
Según estimaciones de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), también difundidas por la Federación Venezolana de Maestros (FVM), se necesitan cerca de 250.000 docentes para cubrir las aulas de educación inicial, primaria y secundaria que quedaron sin instructores en la última década, cuando el país atravesó una profunda crisis económica.
Por ello, el dictador Nicolás Maduro promete ayudas a los docentes y les pide, “por amor a la vocación”, que vuelvan a enseñar a los millones de niños y adolescentes que llevan años recibiendo una educación incompleta, afectada también por la falta de agua, alimentos y luz en las escuelas y por el costo del transporte.
Para la secretaria general de la FVM, Leila Escobar, las promesas del régimen son una oferta “burlesca”, sobre todo la referida a créditos para los maestros, pues -recuerda- el salario de este colectivo se ubica en menos de 30 dólares mensuales, más allá de que reciban otros 130 dólares en bonificaciones.
Entonces, explicó, cualquier crédito consumirá por completo sus ingresos a la hora de hacer el primer pago, por lo que esa oferta -considera- no convencerá para volver a las aulas a los docentes que están hoy “arreglando cabello, pintando uñas, haciendo tortas, haciendo arepas, limpiando casas, cuidando viejitos” o en cualquier tarea que les genere mejor remuneración que la enseñanza.
(Con información de EFE)