El dictador venezolano, Nicolás Maduro, lanzó este jueves un ataque directo contra su rival opositor, Edmundo González Urrutia, quien recientemente se vio forzado a exiliarse en España tras firmar un documento bajo coacción que le permitiera salir del país.
Maduro, en un intento de desacreditar a González Urrutia, lo acusó de haberle pedido “clemencia” para evitar la persecución del régimen chavista y lo calificó de “cobarde” en un acto oficial, en lo que representa un nuevo episodio de hostigamiento contra los líderes de la oposición.
“Me da pena ajena, que usted, señor González Urrutia, que me pidió clemencia a mí, no tenga palabra”, declaró Maduro con tono despectivo.
“Al final resultó ser un cobarde, incapaz de defenderse de su propia torpeza y traición a sus seguidores”.
Este ataque tiene lugar tras la publicación de una carta en la que González Urrutia, según el régimen, se comprometía a acatar el fallo de la Justicia chavista que certificaba la reelección de Maduro en los fraudulentos comicios del pasado 28 de julio. Sin embargo, González Urrutia sostiene que firmó dicho documento bajo coacción, una estrategia que le permitió salvar su vida y salir del país.
En su discurso, Maduro no solo intentó ridiculizar a González Urrutia, utilizando el apodo de “pataruco” (un gallo que no sirve para la pelea), sino que también trató de deslegitimar cualquier acción política del opositor en el extranjero.
“Siento pena ajena por el pataruco. Al final resultó pataruco (...). González Urrutia, nadie puede alegar su propia cobardía y su propia traición a sus seguidores en defensa propia”, expresó el dictador venezolano.
El funcionario chavista sancionado por Estados Unidos y estrecho colaborador de Maduro, Jorge Rodríguez, reveló detalles de las negociaciones que llevaron a González Urrutia a firmar el documento, insinuando que el opositor estaba desesperado por salir del país y que su huida representa una “capitulación” ante el poder del régimen.
La reelección de Maduro, ampliamente cuestionada tanto dentro como fuera de Venezuela, no ha sido reconocida por Estados Unidos, la Unión Europea ni la mayoría de los países de América Latina, que denunciaron las irregularidades y el fraude orquestado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), un ente controlado por el chavismo.
En este contexto, la carta firmada por González Urrutia y utilizada por el régimen para desacreditarlo es vista como otro intento de Maduro por manipular la narrativa y seguir reprimiendo a sus opositores.
Edmundo González Urrutia, quien fue candidato presidencial por la oposición venezolana, se exilió en España tras permanecer un mes en la clandestinidad, huyendo de una orden de captura emitida por el régimen chavista.
Según el propio líder opositor, la carta fue firmada bajo amenaza: “O firmaba o me atenía a las consecuencias”, explicó en un comunicado en el que desmintió que la diplomacia española hubiera ejercido algún tipo de presión sobre él.
El abandera de la Plataforma Unitaria Democrática dejó claro que la única presión provino del régimen de Maduro, que sigue utilizando mecanismos represivos para acallar cualquier voz crítica dentro del país.
A pesar de las tácticas del régimen, el Parlamento Europeo reconoció a Edmundo González Urrutia como el “presidente legítimo” de Venezuela, lo que representa un duro golpe para el régimen chavista y sus intentos de legitimarse en el poder.
Sin embargo, la Unión Europea se ha abstenido de reconocerlo formalmente como “presidente electo”, a pesar de las acusaciones de fraude que pesan sobre los comicios del 28 de julio y el creciente consenso internacional en torno a la ilegitimidad del mandato de Maduro.
A nivel internacional, el caso ha generado reacciones, especialmente en España, donde el Partido Popular ha pedido explicaciones al gobierno de Pedro Sánchez por su actuación en la salida de González Urrutia de Venezuela.
En respuesta, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, defendió la postura de España, subrayando que el gobierno está comprometido con la defensa de la democracia y los derechos humanos.
(Con información de AFP)