El gobierno de Justin Trudeau se sumó a la ola de reacciones internacionales en contra del fraude electoral chavista del pasado domingo 28 de julio. Este domingo, la ministra de Exteriores, Mélanie Joly, emitió un comunicado en el que afirma que los resultados publicados por el CNE chavista no reflejan la voluntad del pueblo venezolano.
“Los datos electorales recopilados por testigos ciudadanos y observadores internacionales independientes brindan evidencia creíble de que los resultados de estas elecciones que afirman las autoridades de Maduro no reflejan la voluntad del pueblo venezolano. Reiteramos nuestro llamado a las autoridades venezolanas para que garanticen la transparencia y publiquen los resultados detallados de todos los centros de votación”, señala el texto.
Asimismo, las autoridades canadienses condenaron las violaciones de los derechos humanos perpetradas en los últimos días contra los manifestantes opositores, y exigieron “la liberación inmediata de las personas arrestadas, encarceladas o detenidas arbitrariamente”. “Los ciudadanos no pueden ser objeto de represión o represalias por ejercer sus derechos democráticos.”
“El pueblo de Venezuela ha demostrado su compromiso con la restauración de la democracia votando pacíficamente y en gran número (...) Lamentamos profundamente que las autoridades venezolanas no hayan respetado este impresionante compromiso cívico al no compartir las pruebas de los resultados.” agrega el texto. Y concluye: “Se necesita una solución pacífica, negociada y liderada por Venezuela para resolver esta crisis.
Es imperativo que todas las partes inicien negociaciones para garantizar que se respete la voluntad democrática del pueblo de Venezuela y se establezca un proceso pacífico de transición. Estamos preparados para trabajar con socios en la región para apoyar este diálogo. Canadá ha apoyado y seguirá apoyando al pueblo de Venezuela en estos tiempos difíciles”.
Por su parte, la Unión Europea (UE) también expresó su profunda preocupación por la situación en Venezuela tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, y aseguró a través de un comunicado que el régimen no cumplió con los estándares internacionales de integridad electoral. El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, a pesar de su compromiso, no ha publicado las actas de votación de los colegios electorales.
La UE declaró que “sin pruebas que las respalden, los resultados publicados el 2 de agosto por el CNE no pueden reconocerse.” Además, señaló que “cualquier intento de retrasar la publicación completa de las actas de votación solo arrojará más dudas sobre la credibilidad de los resultados publicados oficialmente”.
En este contexto, la UE subrayó la importancia de mantener las manifestaciones y protestas de manera pacífica. Hizo un llamado a la calma y moderación, instando a las autoridades y fuerzas de seguridad venezolanas a “respetar plenamente los derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión.”
A su vez, el bloque manifestó su preocupación por el aumento de detenciones arbitrarias y el acoso continuo a la oposición. Exigió el fin de estas prácticas y la liberación de todos los presos políticos, afirmando que “la Unión Europea está seriamente preocupada por el creciente número de detenciones arbitrarias y el continuo acoso a la oposición”. Además, valoró los esfuerzos de socios regionales para promover el diálogo y una solución negociada a la crisis.