Las elecciones presidenciales en Venezuela dejaron en el camino a quienes pudieron haber sido prometedores líderes, pero fueron una pieza de juego a favor del régimen venezolano. También está demostrando la fuerza y el liderazgo de una mujer: María Corina Machado. Nicolás Maduro recurre a la represión, al chantaje y a la amenaza contra la población civil, mientras busca aniquilar a líderes de la oposición en las regiones. Y quizá, lo más trascendente es que el evento electoral reveló la fea fisura que hay en la Fuerza Armada entre la cúpula militar y el resto de la estructura castrense.
La pregunta más recurrente, antes de los comicios, fue: “¿Qué hará la Fuerza Armada cuando vea ese mar de gente votando para elegir a Edmundo González Urrutia?”. Las respuestas variaban, entre los más optimistas, quienes apostaban porque la FANB haría respetar la voluntad popular o quienes fueron enfáticos en decir “el cambio ocurrirá, con o sin la Fuerza Armada, aunque sin ella, será un poco más traumático”.
Hasta ahora era muy complicado demostrar por qué la cúpula, no la totalidad de la Fuerza Armada, es factor importante para sostener a Nicolás Maduro en el poder. La noche del 28 de julio, en la ansiosa espera por el primer boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE), el ministro de la Defensa, GJ (Ej) Vladimir Padrino López, dio la respuesta.
Vestido con el uniforme de campaña a quien Hugo Chávez le cambió el nombre por el de “patriota”, el titular castrense salió flanqueado por el Comandante Estratégico Operacional, GJ Domingo Antonio Hernández Lárez y por el ministro del Interior, Almirante Remigio Ceballos Ichaso, además del Alto Mando Militar, para dirigir un destemplado mensaje a la nación.
¿Por qué el ministro de la Defensa tiene que salir a hablarle al país, vestido de campaña, rodeado del Alto Mando Militar, como si el proceso electoral fuese competencia militar, cuando en realidad le pertenece al mundo civil? La respuesta fue clara. Padrino se anticipaba a la reacción que iba a ocurrir cuando el ente rector anunciara resultados no creíbles y estallaran protestas en el país.
Padrino López, y el general Hernández Lárez, con quien se ha hermanado para ser el soporte de Maduro en la travesía de legitimarlo en el poder, le enviaban al país un mensaje clarísimo, cuyo objetivo fue desanimar a los millones que esperaban ver en los resultados electorales la sustitución en la presidencia de la República.
No fue más que el complemento de lo que había ocurrido con el Plan República, desde la instalación de las mesas electorales, con abundantes denuncias que reflejaban la orden recibida por los militares de no permitirle, a los testigos de la oposición, que ingresaran a los centros electorales, sin considerar que llevaban en mano la acreditación del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Así la FANB actuaba, de manera coordinada, con el técnico del CNE, el coordinador del centro y algunos individuos civiles que funcionaron con poder de decisión para violentar los derechos de testigos y miembros de mesa que no respondían al Gobierno o al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El mensaje
Es la primera vez que un ministro de la Defensa se presenta el día de las elecciones, como un vocero político del Gobierno de turno, usando el poder del uniforme y la institución, para lanzar el mensaje de que el candidato del partido de gobierno, en este caso Nicolás Maduro había ganado, a la vez que se refería a sus adversarios opositores con adjetivos de descalificación.
“Queremos desde este puesto de Comando Estratégico Operacional enviarle un abrazo al pueblo de Venezuela, a todas las instituciones que han hecho posible esta jornada bonita, en paz, una jornada que ha dibujado las sonrisas de todos los electores”, arrancó diciendo.
“El amplio alcance de toda esta operación logística, electoral ha trascurrido en perfecto orden, en perfecta paz. Estoy seguro que el pueblo, si por algo salió a votar, ha sido por ese consenso nacional, la construcción diaria, permanente, de la patria”.
En el mismo discurso de Maduro, Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, el ministro de la Defensa, aseguró que el venezolano también votó “por otro consenso nacional, haber hecho ejercicio de su voto para condenar las sanciones criminales del imperialismo que tanto daño han hecho”.
Pero la frase más reveladora fue al enfatizar: “Podemos decir, antes incluso de conocer los resultados de la soberanía popular que van a ser transmitidos por el Consejo Nacional Electoral, antes de eso, podemos decir ya que el pueblo de Venezuela se ha levantado con mucha fuerza y contundencia para rechazar y para exigir el cese de las sanciones criminales sobre el pueblo de Venezuela”.
“Hemos visto con satisfacción, desde la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, cómo se ha abandonado la vía insurreccional apátrida y cómo el pueblo de Venezuela se prepara para abrirle los brazos a una nueva etapa”.
Hizo alusión a la actitud cívica del pueblo de Venezuela. “De los últimos comicios nunca habíamos observado tanta paz y civismo del pueblo y eso hay que valorarlo. Tenemos la certeza que le vamos a garantizar al pueblo la paz por la que hoy salió a votar”.
“Agradecemos a Dios esta vía insurreccional por la cual se volcó buena parte de unas facciones políticas de la oposición, que tanto daño le hicieron al pueblo, desconociendo las instituciones, desconociendo al presidente de la República, colocando un funesto interinato, apoyado por el imperialismo con potencias aliadas”, dijo el titular castrense.
Calma y paz
Luego del anuncio del CNE, a la reacción de asombro por los resultados dados a conocer por Elvis Eduardo Hidrobo Amoroso, le siguió el estallido de numerosas protestas que el régimen ha intentado sofocar por cuatro vías: el envío de fuerzas de choques o grupos colectivos, la activación de salas situacionales que con cuentas en redes sociales, algunas bots o cuentas troll envían amenazas de muerte o detención en Operación Tun Tun, le sigue la detención y/o persecución de dirigentes políticos en el interior y en la capital de la República.
Todo el país amaneció con protestas. Nuevamente el ministro Padrino salió ese día, también en traje de campaña, para hacer un llamado a la reflexión. Restándole importancia y validez al reclamo de los civiles dijo: “No queremos que incautos por allí comiencen a hacer el papel de tontos útiles para perturbar la paz de este país”.
Sin ninguna mención a la muerte de Julio Valerio García, quien esperaba los resultados de las elecciones frente a la escuela John Kennedy en la población de Palmira, municipio Guásimos, estado Táchira, cuando llegó un grupo de colectivos armados disparando e impactando al hombre y causando terror entre los otros electores. Tampoco el general Padrino hizo alusión a los heridos y mucho menos a las bandas armadas del partido de gobierno.
El respaldo de las armas
La acción del presidente del CNE al proclamar a Nicolás Maduro en el poder, el incondicional apoyo del Ministro de la Defensa y del Comandante Estratégico Operacional, mientras llueven las críticas en el país y en parte importante de la comunidad internacional, no ha sido suficiente para que el mandatario valide un nuevo mandato presidencial.
La revolución se reinventa, pero no parece serle suficiente que un cuestionado Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), con magistrados comprometidos con Maduro, por relaciones de partido, de subordinación en su gobierno e incluso familiares sea suficiente para acallar las protestas de los venezolanos y los reclamos de diversos países.
Nicolás Maduro quizá se verá obligado a aplicar mayor represión y para eso cuenta con los dos generales, Padrino López y Hernández Lárez, quienes se han asegurado de la participación del comandante general de la Guardia Nacional, MG Elio Ramón Estrada Paredes.
Mantenerse 10 años como Ministro de la Defensa ha significado para Padrino López el goce de privilegios, de comodidad económica para él y su familia, pero para la Fuerza Armada representa el desdibujamiento de la esencia de la institución, el desequilibrio de la estructura piramidal, el quiebre de las bases claves de la institución: obediencia, disciplina y subordinación.
Que un oficial permanezca tanto tiempo en ese cargo le ha impedido a las promociones que van ascendiendo tener representantes en el Alto Mando Militar, especialmente en el Comando Estratégico Operacional y en el Ministerio de la Defensa, con todo lo que eso implica.
Lo que sin duda demuestra que los generales Padrino López y Hernández Lárez se han amalgamado con el partido de gobierno y responden a los intereses de Nicolás Maduro y no de la institución castrense y mucho menos en cumplimiento del artículo 328 de la Constitución, es servirle de escolta a Nicolás Maduro en el Tribunal Supremo de Justicia cuando fue a la Sala Electoral a entregar una solicitud de amparo.
Además, el comandante estratégico operacional, ha publicado reiterados mensajes en sus redes oficiales contra los Comanditos, como llama María Corina Machado a la organización de los civiles que defendieron el proceso electoral.
El GJ Domingo Hernández Lárez ha sido insistente en advertir que serán reducidos mientras los llamas nazistas, mercenarios y fascistas. Ha publicado: “¡No a los ‘Comanditos’ delincuenciales violentos fascistas! ¡Serán reducidos uno a uno! ¡Los “Comanditos” de las camisas pardas no triunfarán en esta tierra de libertadores! ¡Comanditos mercenarios fascistas! Misión: alterar el orden y la paz social”.
En otros mensajes asegura que “los mercenarios nazi fascistas, integrantes de los mal llamados “Comanditos” entrenados y utilizados por la ultraderecha racista venezolana, serán capturados y sometidos a la justicia uno por uno. Operación Conjunta “República 2024″ en la seguridad y defensa de la patria. Se mantiene vigente la resolución conjunta N° 072. FANB y OSC garantizarán la paz social y la seguridad ciudadana”.
Los dos militares más relevantes de la Fuerza Armada juegan amalgamados con Nicolás Maduro. El resto del Alto Mando Militar está en silencio. Pero en los mandos medios y más aún en los bajos el ruido es ensordecedor. Mientras tanto el general Padrino sigue hablando de paz.