El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó este miércoles en Hanói que la UE no puede reconocer los resultados de las elecciones en Venezuela hasta tener un escrutinio completo y “verificado de manera independiente”.
“El Consejo Nacional Electoral (CNE) solo ha presentado el resultado correspondiente al 80% del escrutinio, y sin aportar ninguna fuente ni sistema que permita su verificación”, dijo Borrell, de visita en Vietnam.
“Con este resultado parcial, no verificable, el CNE ha procedido a declarar la victoria de Nicolás Maduro. En democracia, los resultados deben ser completos y poder ser verificados de manera independiente para ser reconocidos”, añadió durante una rueda de prensa en la capital vietnamita.
Borrell pidió a las autoridades de Venezuela que garanticen “la integridad y la transparencia del proceso mediante la verificación independiente de las actas de las mesas electorales” y recalcó que los datos ofrecidos por la oposición son “radicalmente diferentes” de los anunciados por el CNE.
“La Unión Europea exhorta al Consejo Nacional Electoral de Venezuela a que facilite el acceso inmediato a las actas de votación de todas las mesas electorales. Hasta que las autoridades no publiquen las actas y no sean verificadas, los resultados anunciados no podrán ser reconocidos”, subrayó.
El jefe de la diplomacia europea recordó que “la UE ha defendido siempre que la vía para salir de esta crisis es la vía electoral y esa sigue siendo la solución” y apeló a que “las manifestaciones y protestas sean pacíficas”.
“Las fuerzas de seguridad deben garantizar el pleno respeto de los derechos humanos, en particular los derechos de manifestación y de reunión”, dijo.
El Centro Carter concluyó que las elecciones en Venezuela “no pueden considerarse democráticas”
El Centro Carter ha emitido un comunicado detallando las numerosas infracciones y deficiencias observadas durante las elecciones presidenciales en Venezuela de 2024, subrayando que “no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática”.
Además, enfatizó que no pudo verificar o corroborar la autenticidad de los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela.
Según el comunicado, la autoridad electoral no proporcionó resultados desglosados por mesa electoral, lo cual constituye una “grave violación de los principios electorales”.
El proceso se desarrolló en un “ambiente de libertades restringidas” afectando negativamente a actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. De acuerdo a estos observadores, las autoridades del CNE mostraron una “parcialidad a favor del oficialismo” y en detrimento de las candidaturas opositoras.
Entre los problemas específicos enumerados por el Centro Carter, se destaca la actualización del registro de electores que se realizó con “numerosos inconvenientes” tales como plazos muy cortos y una escasa información pública.
Además, la situación se agravó para los ciudadanos en el exterior, quienes enfrentaron “barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias” para inscribirse en el padrón electoral.
En cuanto a la campaña electoral, el desequilibrio a favor del gobierno fue notable. La candidatura oficialista disponía de recursos “muy amplios”, resultando en una gran desproporción de mítines, murales, vallas y afiches a su favor. Se observó el abuso de recursos públicos, incluyendo el uso de vehículos y la movilización de funcionarios para la campaña. Aparte, hubo un predominio de la candidatura gubernamental en medios de comunicación, tanto en publicidad como en la cobertura noticiosa.