Nicolás Maduro dijo, en el marco de un encuentro con acompañantes internacionales, habló del “pueblo en armas” para inmediatamente decir que tienen a la Milicia Nacional Bolivariana, la que describió como “el pueblo patriota, uniformado y entrenado para la defensa”, enfatizando que son 5 millones 200 de milicianos. Lo más significativo es que destaca que “la Milicia es el arma secreta de la doctrina de defensa nacional, de la guerra de todo el pueblo”.
En vísperas de las elecciones hubo reporte de numerosas incidencias por la persecución, la amenaza, detención y agresiones físicas y psicológicas contra líderes de la oposición, testigos de las mesas de votación, a la mayoría de quienes se les prohibió ingresar a la instalación de las mesas electorales, porque los funcionarios del Plan República tenían la orden de no permitir el ingreso de opositores, ignorando la credencial que les da ese derecho.
El Ministro de la Defensa, GJ Vladimir Padrino López, ante las palabras de Maduro publicó en sus redes sociales, por si alguien tenía alguna dudas: “Mi comandante en Jefe ¡Cuente con la Milicia Bolivariana para todas las batallas que tengamos que dar! Este pueblo patriota en armas también jugará un rol protagónico en el Plan República y en la defensa de la soberanía popular- ¡Venceremos!”.
Esa expresión del Ministro Padrino reafirma la posición que lo ha caracterizado en los años que lleva como portavoz principal de ese Ministerio de Defensa.
Cuando hace unos días, Padrino dijo: “El que ganó a montarse encima de su proyecto de Gobierno y el que perdió que se vaya, a descansar. Eso es todo”, lo que para numerosos medios de comunicación significó que se refería a Maduro, pero eso sería contradictorio con las acciones y los discursos que han caracterizado al oficial desde que profundizó la politización de la Fuerza Armada.
Padrino, además ha violentado la Constitución de Venezuela al declararse “profundamente chavista” e imponerle su tendencia partidista e ideológica a la institución que preside. Asimismo, ha guardado silencio ante la violación de derechos humanos, tratos crueles e inhumanos cometidos por integrantes de la Fuerza Armada.
Fue el titular castrense, quien pasando por encima de la Constitución, presentó ante la ilegal e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC) una Ley Constitucional, que no existe en el esquema venezolano, para introducir a la Milicia como componente de la Fuerza Armada y un a manera de ceder armas de la República a los civiles.
Milicia o FANB
Nicolás Maduro, en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, recordó que Hugo Rafael Chávez Frías fue el creador de la Milicia, “que después, de acuerdo con la Ley, convertimos en el quinto componente de la Fuerza Armada”. Obvia, de forma muy evidente, que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela solo contempla cuatro componentes y que para que la Milicia fuera el quinto, esa Constitución debía ser previamente modificada.
Aseguró que los milicianos conforman una base sólida que “garantiza la paz, la estabilidad, el trabajo, la tranquilidad, la defensa de Venezuela”. La aseveración del mandatario le quita el rol fundamental a la Fuerza Armada, contemplado en el artículo 329, que textualmente establece:
“Artículo 329. El Ejército, la Armada y la Aviación tienen como responsabilidad esencial la planificación, ejecución y control de las operaciones militares requeridas para asegurar la defensa de la Nación. La Guardia Nacional cooperará en el desarrollo de dichas operaciones y tendrá como responsabilidad básica la conducción de las operaciones exigidas para el mantenimiento del orden interno del país. La Fuerza Armada Nacional podrá ejercer las actividades de policía administrativa y de investigación penal que le atribuya la ley”.
Sin proponérselo Maduro demuestra que no solo tuvo conocimiento, sino que su gobierno y su partido, fueron parte del laboratorio de fake news que manipuló un video de la máxima líder opositora María Corina Machado, colando sobre una pizarra acrílica los supuestos planes de la oposición para eliminar a componentes de la Fuerza Armada y organismos policiales.
De no ser así, no habría mencionado como cierto la falsedad del video alterado. “Por eso en el programa de gobierno de una de las fracciones fascista de extrema derecha amenazan que, si llegan al Gobierno, disuelven la Milicia y botan a los milicianos porque saben que es el arma secreta de la doctrina de defensa nacional, de la guerra de todo el pueblo, concepto tomado de los vietnamitas que es la doctrina y el concepto estratégico de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana”, dijo Maduro.
Teme a los verdaderos militares
Ningún presidente venezolano en la era democrática había tenido tanto temor a la Fuerza Armada, porque la institución siempre respondió a los intereses de Venezuela, incluso en los momentos más difíciles, como ocurrió en el año 1992, cuando varios comandantes, entre ellos Hugo Chávez, usaron las armas de la República para derrocar al entonces presidente legal y legítimo Carlos Andrés Pérez.
Maduro, ante gran cantidad de personas a quienes llevó a Venezuela para las elecciones presidenciales, mientras impidió la entrada de varios expresidentes y parlamentarios, relató fragmentos de la historia antigua de Venezuela.
Ante el temor a la Fuerza Armada, cuya mayoría de integrantes han demostrado el profundo descontento que mantienen ante la revolución bolivariana, Nicolás Maduro solo puede confiar en civiles armados, uniformados de milicianos, entre quienes han incluido a numerosos integrantes de grupos irregulares colombianos, cedulados y legalizados en Venezuela.
Maduro y la cúpula militar han violentado el artículo 330 de la Constitución, que si bien es cierto le dio a los militares el derecho a ejercer el voto, les prohíbe “optar a cargo de elección popular, ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político”.
Lo que muchos militares han revelado es que no votarán por Nicolás Maduro, no solo por la situación de deterioro al interior de la Fuerza Armada, el desprestigio de sus integrantes, sino el hambre en la gran mayoría de los hogares venezolanos que contrasta con la de un pequeño grupo de privilegiados de la revolución.