Uno de los últimos actos de campaña de Nicolás Maduro en la avenida Enrique Tejera de Valencia estuvo marcado por las promesas de un récord de asistencia, anunciadas el día anterior por su jefe de campaña, Rafael Lacava. De hecho, Lacava había asegurado que superarían la multitud lograda por Hugo Chávez en 2012 en la misma avenida, que se extiende 1.230 metros entre las avenidas Aranzazu y Las Ferias.
Sin embargo, la realidad distó de lo prometido, según dejó al descubierto un detallado análisis del especialista Hever Castro en la red social X.
En primer lugar, de acuerdo al análisis de Castro, la tarima para el evento se colocó a solo 400 metros de la avenida Aranzazu, en lugar de uno de los extremos, lo que generó especulaciones sobre la capacidad de convocatoria del evento. Es decir, los cálculos de autobuses dispuestos para trasladar a la gente desde distintas partes del estado Carabobo no eran suficientes para llenar toda la longitud de la Enrique Tejera. Castro fundamentó su análisis con unos videos reveladores.
“Por lo tanto le quitaron 400 m para llenar el resto”, escribió Castro.
En segundo lugar, antes de la llegada de Maduro, Lacava notó que la avenida estaba vacía. Por eso, comenzó a dirigir a la multitud para que los camarógrafos pudieran crear la ilusión de una gran presencia de público.
Además, a pesar de contar con un dron de alta tecnología, las tomas aéreas se limitaron a 50 metros sobre la multitud, posiblemente para ocultar las áreas vacías.
“Lacava se dio cuenta que la avenida estaba vacía, y al estilo James Cameron o Steven Spielberg comenzó a ordenarle a la gente acomodarse para que sus camarógrafos pudieran trucar mejor las tomas y hacer creer que había un gentío.”, escribió Castro.
Maduro, quien se jacta de haber llegado a más de 250 ciudades durante su gira electoral, intenta proyectar una imagen de fuerza en sus presentaciones. Las acompaña de una avalancha de propaganda en medios tradicionales como la TV, la radio y las redes sociales, en las que se presenta como un “gallo pinto”, de los que se usan en las sangrientas peleas de gallos, y tilda de “débil” al opositor Edmundo González Urrutia.
Desde enormes tarimas, Maduro aplaude, salta, canta y promete prosperidad tras años de crisis que llevaron a más de 7,5 millones a migrar en este país de 30 millones de habitantes”.
En el acto del miércoles, Maduro apeló a su condición de “heredero” del fallecido líder socialista Hugo Chávez, cuando las encuestas le dan la espalda en su búsqueda de un tercer período que lo proyectaría a 18 años en el poder.
Maduro, de 61 años, cierra este jueves su campaña con una marcha que comenzará en la mañana en importantes barriadas de Caracas y acabará en la emblemática avenida Bolívar, en el centro. Antes, tiene previsto un acto en la petrolera Maracaibo (oeste), muy golpeada por la crisis.
Campaña omnipresente
La figura de Maduro, habitual en el paisaje cotidiano, se multiplicó en busca de un tercer mandato que lo proyectaría a 18 años en el poder: aparece en televisión, radio, vallas, murales, peajes, ambulancias, propaganda en YouTube e innumerables videos en plataformas como Tiktok. Incluso una película sobre su vida se estrenó en un emblemático teatro caraqueño, a la vez que se presentaba un libro biográfico. Y mientras afiches de Maduro tapizan calles y avenidas en Caracas, la imagen de González Urrutia parece vetada.
El presidente, chofer de autobús en su juventud, suele aparecer al volante de una camioneta mientras conversa con su esposa, Cilia Flores, y funcionarios como si protagonizara un reality show. Un dibujo animado de propaganda llamado “Superbigote” le presenta como un superhéroe con puño de hierro que combate a la oposición y a su archirrival, Estados Unidos.
“Hay una saturación que le permite sobrevivir en la mente de la gente, sobre todo haciendo gala de que es el heredero” de Chávez, dijo a la AFP León Hernández, miembro del Instituto de Investigación de Información y Comunicación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). “Chávez sigue rondando en el imaginario colectivo”.
Por otro lado la prensa denuncia bloqueos de webs informativas, incluida Infobae, en una Venezuela en la que más de 400 medios han cerrado en 25 años de gobiernos chavistas.
El gobierno también recurre a un bombardeo incesante de propaganda en la televisión estatal y plataformas como Youtube, campañas de desinformación y vallas alusivas a la oposición, centradas en ataques, responsabilizando a sus dirigentes por las sanciones de Washington contra Venezuela.