Las “múltiples y constantes” fallas del servicio eléctrico en Venezuela tienen, según denunció este jueves la ONG Espacio Público, un “profundo impacto” en el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión y al acceso a la información.
Cuando se cumplen cinco años de un apagón que dejó al país petrolero sin servicio eléctrico durante varios días seguidos, Espacio Público aseguró que las fallas se registran a diario en los 23 estados del país y limitan el “derecho de la ciudadanía a mantenerse informada oportunamente, así como también a comunicarse”.
La organización no gubernamental computó “al menos 37 fallas o apagones masivos que afectaron el servicio de internet en todo el país” durante el año pasado.
A pesar de esta crisis, el régimen “no ha implementado políticas públicas para el restablecimiento o mejora del sistema nacional eléctrico, por lo que el mal estado de la infraestructura continúa afectando el servicio de manera recurrente”, aseguró la ONG, que denuncia una “falta de información sobre la gestión” en este sector.
Según estimaciones extraoficiales, el país registra cerca de 200 cortes eléctricos por día, algunos muy breves, una situación que se ve reflejada en los perfiles de la estatal Corpoelec en las redes sociales, donde los venezolanos denuncian constantemente los apagones y piden a las autoridades soluciones expeditas.
Para expertos consultados por la agencia de noticias EFE, la crisis generada tras el colapso de 2019 no se ha solucionado, y es el resultado de la falta de mantenimiento e inversión en el sistema, que el régimen, consciente de la carencia, ha prometido modernizar.
El dictador Nicolás Maduro aseguró en septiembre que una empresa china, sin especificar nombre, apoyará la modernización de esta red pública de energía, un anuncio del que no se han conocido detalles, mientras persisten los apagones.
La Conferencia Episcopal de Venezuela dijo que “éste es un año decisivo para la democracia” del país
Hace años la Iglesia venezolana viene alzando la voz contra las reiteradas violaciones a los derechos humanos perpetradas por la dictadura de Maduro, así como para exigir una mejor calidad de vida para una población sumida en una grave crisis humanitaria. Este año, con unas cuestionadas elecciones presidenciales por delante, no es la excepción.
Con motivo de la Cuaresma, monseñor Jesús González de Zárate, Arzobispo de Cumaná y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, brindó una entrevista en la que habló de este tiempo del año litúrgico cristiano, pero también de la dura realidad que atraviesa Venezuela.
Según opinó, y de cara a las elecciones anunciadas por el chavismo para el 28 de julio, éste será “un año decisivo para la democracia” de Venezuela.
González de Zárate explica que la Cuaresma es un camino en el que Dios educa a su pueblo para que “abandone sus esclavitudes y experimente el paso de la muerte a la vida”: “Esta invitación es de gran actualidad para todos los venezolanos”.
En ese sentido, citó al papa Francisco al indicar que el camino de la esclavitud a la libertad consiste en ver y aceptar la realidad en toda su complejidad y dramatismo: “Así como el Señor le dijo a Moisés en el desierto: ‘Yo he visto la opresión de mi pueblo… Sí, conozco muy bien sus sufrimientos’. Los venezolanos estamos llamados a reconocer adecuadamente nuestra realidad, dejarnos interpelar por ella, y actuar conforme a las exigencias de esa realidad”.
(Con información de EFE)