El primer caso de desaparición forzada, que ya lleva nueve años, es el de Luis Alcedo Mora Márquez, mejor conocido como Batería, un dirigente de la vieja izquierda venezolana, a quien sus amigos y familiares describen como rebelde, honesto y crítico. Aquel 27 de febrero 2015, se conmemoraba cinco años de la Masacre de Onia y 26 del Caracazo. Ese día desapareció. Dos días después también lo hacen dos amigos suyos, Eliécer y Jesús Esneider Vergel Prado. Las autoridades venezolanas no han tenido interés en saber qué pasó con ellos, quizá porque el principal sospechoso de esas desapariciones es el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN).
Batería, como le decían a Alcedo, salió de una reunión en la Gobernación del estado Mérida y desapareció, en plena revolución bolivariana. “Él denunció en los medios de comunicación de Mérida la presencia de paramilitares colombianos y el tráfico de gasolina de Pdvsa el Vigía en complicidad con altos mandos militares de los estados andinos”, dicen familiares y amigos en un pronunciamiento a 9 años de su desaparición forzada.
Mora era militante del PRV Ruptura Tercer Camino, organización que lideró el ex guerrillero Douglas Ignacio Bravo Mora y el antropólogo y docente universitario Francisco Prada Barazarte, “El Flaco Prada”. En el comunicado destacan como “responsable directo al Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), que antes se llamó Disip y Sifa, como Dispositivo de torturas y desaparición forzada a lo largo de muchos años”.
Ante ese hecho desmienten al Fiscal General de la República, Tarek William Saab Halabi, porque “según él, quien en redes sociales ha dicho que era amigo de Alcedo Mora, ha guardado silencio cómplice. En una reunión que sostuvimos con él, en el 2015, nos llamó ‘escuálidos’ y agregó que él era el gobierno y hacía lo que quería; eso fue en su entonces despacho de la Defensoría del Pueblo, cuando fuimos a buscar respuesta sobre la desaparición forzada de Alcedo Mora”.
Puntualiza el escrito que “recientemente, Tarek Saab dijo, en una rueda de prensa, que no existía desaparición forzada y que quien dijera esa palabra era penado con cárcel. Rechazamos esas afirmaciones del Fiscal porque encubre la desaparición forzada de nuestro familiar y compañero Batería, más aún con lo sucedido a la abogada Rocío San Miguel y otros venezolanos por ser disidentes al corporativismo militar policial venezolano con violación al debido proceso”.
“Con la desaparición de Alcedo Mora, forzado por el Sebin, y con la cadena de mando de ese entonces, se cumple las prerrogativas legales internacionales de que se perpetró un crimen de lesa humanidad”.
La solidaridad
El comunicado de familiares, amigos y compañeros de Alcedo Mora Márquez, hacen reconocimiento a las organizaciones no gubernamentales (ONG) defensoras de derechos humanos, “que se han solidarizado con nuestra lucha, tales como Provea (Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos), grupo de trabajo de DDHH de la Universidad de Los Andes (ULA), Cofavic (Comité de Familiares de Víctimas del Caracazo), La Guarura y Aporrea”.
“También, en este campo de lucha por la desaparición de Alcedo Mora, a quienes nos han acompañado han sido criminalizados por Tarek Saab, en este caso la periodista Sebastiana Barráez, quien se ha convertido en blanco del gobierno cívico/militar que hambrea a los trabajadores venezolanos”.
“Denunciamos el acuerdo o consenso liberal que lleva a cabo la boliburguesía, Fedecámaras y la burguesía tradicional contra el proletariado venezolano, llevándolos a una esclavitud moderna, donde todo trabajador que se opone es enviado a tribunales de terrorismo, que no son más que tribunales militares disfrazados de civil. Ante este hecho, seguimos exigiendo al gobierno o dictadura o corporativismo militar venezolano, que nos dé respuesta de dónde esta nuestro familiar y compañero de lucha Alcedo Mora”.
Finalizan el comunicado, familiares y amigos de Alcedo Mora, parafraseando “cuando los crímenes comienzan a apilarse, se hacen invisibles. Cuando los sufrimientos se vuelven insoportables, los gritos ya no se oyen. Los gritos, también caen como la lluvia en verano”.
Se volvió incómodo
Quienes conocieron a Alcedo Mora lo describen como irreverente y probo, señalando la corrupción de los jerarcas del régimen que lo convirtió en enemigo para la revolución bolivariana a la que respaldó.
El 10 de junio 2009 Alcedo, como dirigente regional en Mérida del Partido Revolucionario de Venezuela (PRV) Ruptura Tercer Camino, declara su desacuerdo por lo que el entonces gobernador de Barinas y hermano de Hugo Chávez, Adán Coromoto Chávez Frías, expresó contra militantes de esa organización política. Rechazó que el mandatario barinés señalara que miembros de la organización, que dirigía Douglas Bravo, tuvieran vinculación con el paramilitarismo, “cuando sabemos que el paramilitarismo en Venezuela está siendo promovido por factores propios del gobierno nacional”, dijo Mora.
En declaraciones publicadas entonces por el Diario Los Andes, Alcedo Mora aseguró que “en el trabajo social que hemos venido desarrollando en el Occidente del país, estados Mérida, Táchira, Trujillo, Barinas y el alto Apure, hemos observado cómo algunos funcionarios del alto mando militar, juntamente con la Disip (SEBIN), la PTJ (CICPC), la Guardia Nacional y las policías estadales, están trabajando de manera indirecta con los grupos paramilitares”.
Se preguntó “¿Dónde está el sicariato? ¿Quiénes lo están promoviendo? En años anteriores, cuando se le informó a los organismos militares de la zona occidental sobre la presencia de las Autodefensas Unidas de Colombia Águilas Negras en la Zona Panamericana, ellos procedieron inmediatamente a proteger esos organismos paramilitares”.
Como ejemplo, Mora se refirió a lo que sucede “desde Caja Seca hasta la Fría, donde el tráfico de gasolina hacia la frontera está vinculado a los mandos militares de la Guardia Nacional; son más de 700 camionetas las que extraen la gasolina de las bombas en complicidad con la Guardia Nacional, las policías regionales e incluso funcionarios del alto mando militar”.
Y finalmente Mora, en ese 2009, lamentó la respuesta agresiva del Gobierno Nacional, cuando se hacen señalamientos del proceso de descomposición político, ético y moral que vive el país. “Esta realidad deja como consecuencia hechos de violencia en todo el territorio nacional; es el caso de la muerte de siete dirigentes sindicales y en el estado Mérida, la muerte de dos jóvenes universitarios, entre otro importante número de intentos de asesinato frustrados”.
Su desaparición
Johana Rojas Mora, sobrina de Alcedo, hace unos años relató un hecho curioso, cuando la esposa de su tío lo llamó ese día y ella “recibió un mensaje muy extraño que daba cuenta de que estaba en un sitio contra su voluntad: dijo algo así como ‘rodilla en suelo’, que es un lenguaje que jamás utilizó y después se cortó la llamada. Nunca más supimos de él”.
Batería había ido a una reunión con su jefe, Luis Martínez, quien era el secretario general de la Gobernación de Mérida. Su hijo mayor, Alcedo Mora Carrero, contó después que su padre le había entregado a Martínez pruebas de contrabando de combustible en la planta de llenado de El Vigía de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Alcedo les envió, unos días antes de su desaparición forzada, un mensaje a sus compañeros, que decía: “Camaradas. Alerta. Tengo requisitorio de orden de captura por el Sebin, se me quiere involucrar en unos recuperos, la cosa es complicada, es parte donde se me quiere cobrar por unas denuncias de corrupción a Pdvsa que he venido haciendo y me quieren montar una olla. Hay que estar pendiente. Atte. Alcedo Mora’”, narró en esa oportunidad su hijo.
Entre lo inaudito que ha ocurrido con la desaparición forzada de Alcedo Mora, está el hecho que su hijo mayor va a reclamarle al jefe de su papá en la Gobernación y la respuesta de Alexis Ramírez fue: “Eso le pasó a tu papá por estar hablando tanta pistolada y nada más”.
En un podcast, del año 2019, “Voces del Desamparo”, su hijo manifestó “mi papá sabía lo que le podía pasar. Muchas veces pensábamos eso. Papá sabía lo que le podía pasar porque se lo dijo a mi hermano y sabía que no podía escapar porque, o sea, tenía mucha gente encima. Y entonces, esto de que se haya escapado, creo que es imposible. De que esté vivo, yo a mi padre lo siento vivo porque, de verdad que lo sueño vivo, lo sueño alegre. Ni por la cabeza me pasa muerto porque, o sea, la última vez que lo vi, lo vi fue vivo, pues”.
Sí denunció
En agosto 2017, en una comunicación enviada a un medio digital, el hijo de Alcedo se quejó de que “no hay una investigación seria por el MP, y ahora, menos de esperar una respuesta por Tarek, si como defensor me dijo que no podía decir nada ‘porque se metía en un peo’, imagínense ahora como fiscal”.
El padre de los hermanos Vergel, desaparecidos un par de días después de Alcedo Mora, dijo a familiares del dirigente que funcionarios del Sebin y paramilitares colombianos, asesinaron a Alcedo y a sus hijos Eliécer y Jesús Esneider Vergel Prado. Eso lo reveló a raíz de haber sido secuestrado y le dijeron que le pasaría lo mismo a él o a cualquiera que investigara el caso.
Su hijo Luis Mora le dijo a Infobae, en noviembre 2019, que “mi papá desde el 2013 ya venía denunciando hechos de corrupción. Le pasa una carta a Rafael Ramírez, entonces ministro y presidente de PDVSA diciéndole que le había dejado unas copias de hechos de corrupción para que lo hiciera público. Ramírez no hizo nada. Mi papá continúa haciendo contraloría social en Mérida”.
Agregó que “el Gobierno ha dicho que mi papá nunca hizo la denuncia y que por lo tanto no hubo procedimiento. Pero sí denunció, lo hizo en el 2015 y formalmente ante la Fiscalía y lo dijo públicamente. También lo hizo ante el Gobernador Alexis Ramírez. Mi papá era el asistente del entonces secretario general de Gobierno Luis Martínez. Desde ahí empiezan las amenazas contra él y la persecución”.
Darío Manuel Gómez Suárez, amigo de Alcedo Mora, dijo en esa oportunidad que “meses antes de su desaparición, Alcedo nos había dicho que tenía dos líneas de investigación dentro de la contraloría social y las dos tenían coincidencia con un narco paramilitar llamado John Jairo, financista en esa época de un candidato de la oposición venezolana. El narco era protegido por un ex ministro de interior y ex Gobernador del chavismo”. La otra investigación en la que andaba era en la del tráfico de gasolina hacia Colombia.