El dictador Nicolás Maduro nombró este lunes a su testaferro, el empresario colombiano Alex Saab, liberado en diciembre por Estados Unidos en un canje de detenidos con Caracas, como nuevo presidente del Centro Internacional de Inversión Productiva (CIIP) del país caribeño.
“Anuncio el nombramiento de Alex Saab Morán como nuevo presidente del Centro de Inversiones Productivas de Venezuela, para que él, con su experiencia, ayude a nuestro país a traer las inversiones y a traer la fuerza económica del mundo”, dijo el mandatario durante su mensaje anual ante la Asamblea Nacional (AN/Parlamento).
El CIIP fue creado en octubre de 2020 por Maduro, con el objetivo de atraer capitales locales y extranjeros que impulsen la economía nacional y para el “registro, estudio y seguimiento” de las sanciones impuestas a la economía de Venezuela.
Saab ocupa la presidencia del CIIP en reemplazo de Félix Plasencia, quien fue designado para este cargo en marzo de 2023.
Al hacer el nombramiento, Maduro aseveró que confía “plenamente” en Saab y reiteró el estatus de diplomático del colombiano, miembro de la delegación del régimen chavista para el diálogo con la oposición mayoritaria.
Durante su discurso, Maduro celebró el “rescate” de Saab del “secuestro” en el que, aseguró, lo mantenían en EEUU, donde era señalado como supuesto testaferro del líder chavista, mientras enfrentaba un juicio por el delito de conspiración para blanqueo de dinero.
Saab fue extraditado en 2021 a EEUU desde Cabo Verde, donde estuvo detenido desde junio de 2020, cuando el avión del colombiano hizo en ese país africano una parada técnica en un viaje de regreso a Venezuela desde Irán.
Saab habría transferido 350 millones de dólares fuera de Venezuela a cuentas extranjeras de su propiedad o bajo su control. Se cree que parte de ese dinero es del dictador Maduro.
El 20 de diciembre, EEUU liberó al empresario en un intercambio de prisioneros con Venezuela, que excarceló a diez estadounidenses y a cerca de una veintena de venezolanos considerados “presos políticos”.
El indulto concedido por el presidente estadounidense, Joe Biden, a Saab le prohíbe lucrarse de películas o libros sobre su vida, entre otras condiciones.
Además, el indulto obliga a Saab a permanecer fuera del territorio estadounidense y le prohíbe reclamar “cualquier dinero o propiedad” que haya sido incautada por las autoridades estadounidenses como parte del proceso judicial en su contra.
Si en algún momento Saab viola alguna de estos requisitos, señala el documento, “el indulto podrá ser anulado por completo”.
Durante la investigación, se reveló que Saab trabajó durante más de un año como informante de la DEA y giró unos 10 millones de dólares a las autoridades estadounidenses entre agosto del 2018 y febrero del 2019.
(Con información de EFE)