El régimen de Nicolás Maduro advirtió en las últimas horas que mantendrá su despliegue militar en la zona del Esequibo hasta que el buque británico HMS Trent se retire de las aguas en disputa.
“Venezuela puede estar segura de que su Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) está resguardando la soberanía nacional y allá, en la fachada atlántica, también ahí vamos a estar hasta que ese buque británico imperialista salga de las aguas en litigio entre Venezuela y Guyana”, señaló el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y sumó que junto al Ejército se encuentra “supervisando la Acción militar General Domingo Sifontes”, nombre de este despliegue de “carácter defensivo”.
“La FANB continuará desplegada y alerta” y empleará “todos los medios navales, aéreos, terrestres y anfibios” para hacer frente a cualquier amenaza contra la integridad territorial de su nación, concluyó.
Días atrás, el Ministerio de Defensa del Reino Unido se solidarizó con Guyana en la disputa territorial iniciada por Maduro y dispuso la movilización de la nave HMS Trent a las aguas en cuestión, donde realizará maniobras conjuntas con la armada local y buscará evitar una escalada de las tensiones. En respuesta a este apoyo, que el régimen chavista consideró una acción “provocadora, innecesaria e inaceptable”, el Palacio de Miraflores ordenó el despliegue de 5.682 combatientes, 28 aeronaves y 16 embarcaciones, entre otros, por una duración y alcance que se desconoce.
“Venezuela no se puede quedar de brazos cruzados frente a una amenaza”, sostuvo el mandatario.
No obstante, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, aseguró que la llegada del buque a sus costas “no representa una amenaza para nadie”, desmintió tener “planes para tomar acciones ofensivas” en contra de Caracas y dijo que las actividades conjuntas en el mar forman parte de “una serie de maniobras de rutina en la región”. Por el contrario, insistió con su compromiso por mantener “relaciones pacíficas”, tal como se acordó semanas atrás en la reunión que protagonizó en San Vicente y las Granadinas.
“Todos estamos a favor de los medios pacíficos y legales para resolver los conflictos fronterizos. Nuestra región debe seguir siendo una zona de paz”, apuntó en un discurso de fin de año en el que también sostuvo que “la seguridad regional es una cuestión cada vez más importante” ya que “vivimos en un mundo en el que la paz está en riesgo de punta a punta”.
Por su parte, Brasil, uno de los principales mediadores en el conflicto, reiteró su preocupación por las “manifestaciones militares” anunciadas recientemente y alentó a las partes a volver a la senda del diálogo para resolver las diferencias.
Así, en un comunicado difundido desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Gobierno de Brasilia recordó a ambos países su compromiso por “no utilizar la fuerza ni la amenaza del uso de la fuerza” así como por “evitar incidentes” o “medidas unilaterales” que puedan conducir a un agravamiento de la situación. “Deben evitarse las manifestaciones militares de apoyo a cualquiera de las partes para que el proceso de diálogo subyacente pueda producir resultados”, concluye la nota.
(Con información de EFE y Europa Press)