Las luces en Caracas anuncian la cercana celebración del nacimiento del Niño Dios en la tierra, mientras en los sótanos de la Dirección General de la DGCIM, hay tristeza y llanto de los presos políticos quienes tienen tatuado la marca de víctimas de funcionarios ebrios de poder y riqueza. Mientras el régimen venezolano celebra con euforia la liberación del comerciante colombiano Alex Saab, la puerta giratoria no ha dejado de funcionar. El pasado sábado 16 de diciembre fue detenido el capitán activo del Ejército, Yonnatan Ezardo Méndez Chacón, quien antes, en el 2018, fue detenido en lo que se llamó Caso Paramacay II y salió en libertad dos años después. Desde hace una semana, Maricela Chacón de Méndez, madre del oficial, ha estado recorriendo todas las instituciones, pero reina la opacidad.
Hasta ahora no se conoce formalmente la lista de los presos políticos, que supuestamente va de 20 a 36, incluyendo varios estadounidenses, que fueron canjeados, al estilo de soltar rehenes cuando quieren obtener un beneficio, por Alex Saab. Mientras hay alegría por aquellos presos políticos que han quedado en libertad, otros hogares se han sembrado de dolor y angustia, como la familia Méndez Chacón, del fronterizo estado Táchira.
En la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), en las dos oficinas que hay en San Cristóbal, estado Táchira, una ubicada en Las Lomas y otra en la Avd 19 de Abril, se negaron a darle información a Maricela, tratándola con total desprecio hacia una madre desesperada por información sobre su hijo.
Yonnatan Méndez, de 37 años, quien se encontraba trabajando en la 2502 Escuadrón de Caballería Motorizada, Base Táctica de Combate El Carmen, ubicada en el kilómetro 71 del Sector San José de Las Palmas, municipio García de Hervia, estado Táchira, en límite con Zulia, a hora y media de San Cristóbal, cuando funcionarios de la DGCIM se presentaron y se lo llevaron, en lo que se ha convertido en un secuestro, porque el oficial está desaparecido.
Eso no fue suficiente porque de nada ha servido que los familiares acudan a la DGCIM, a la Defensoría del Pueblo, al Ministerio Público y a publicar en redes que les den información. Nada ocurre, el capitán Yonnatan Méndez está secuestrado por funcionarios de la DGCIM. Maricela Chacón, madre del capitán Yonnatan Méndez Chacón, dijo en conversación con Infobae, que espera una llamada de su hijo para corrorborar que está vivo y bien, además de que se le respete el debido proceso.
¿Señora Marcela, desde cuándo no tiene comunicación directa con su hijo?
La última comunicación que tuve con mi hijo, fue el sábado aproximadamente a las 4:00 de la tarde (16:00), cuando le dije que ya estábamos en el Terminal de San Cristóbal y que la buseta iba a estar saliendo de 5:30 a 6:00 (17:30 a 18:00) para que calculara más o menos a qué hora estaríamos llegando a La Fría. Llegamos a La Fría a las 8:05 de la noche (20:05). Él lo más que se tarda en llegar es 10 minutos, pero nos empezamos a preocupar poque pasó ese tiempo y nada que aparecía por lo que me quedé esa noche en La Fría. Al otro día en la mañana me presenté al batallón de La Fría para averiguar y ahí me dijeron “él no está aquí”.
¿Cómo se enteró usted que a su hijo se lo habían llevado del comando?
Ese domingo, estando yo aun en La Fría, me llamó un Mayor de la Brigada y me dijo “señora, disculpe, ¿usted es la mamá del capitán Méndez? Tranquilícese, pero el capitán Méndez fue detenido por la DGCIM y se lo llevaron para San Cristóbal”. Yo me vine para San Cristóbal para saber qué había pasado. Y regresé el lunes a La Fría porque no obtenía información.
¿Acudió a la Dgcim en Táchira?
Sí, yo pregunté en las dos sedes de la Dgcim, pero negaron que estuviera en ellas, pero ante mi insistencia de que yo sabía que la DGCIM se lo había llevado y estaría en manos de la DGCIM Táchira, entonces lo que hacen es preguntar: “¿y quién se lo dijo?” pero no dan ninguna respuesta. Entonces les dije que me quedaría instalada ahí hasta que me dijeran dónde está mi hijo. Me dijeron “no, vaya allá (al Comando), que le den información; no se preocupe que él igual no la va necesitar, no la necesita porque él es un capitán, un hombre mayor. Quién le tiene que dar información es el General que es el superior de él”. Por eso yo me regresé el unes para La Fría.
¿La atendieron ese día en La Fría?
Si, el lunes 18 de diciembre, despuén de las 6:30 de la tarde (18:30) me recibió el General (Saúl Rafael Somoza Gámez), jefe inmediato de mi hijo, quien me atendió muy caballerosamente. A uno, en esa angustia, se le sale el apellido, pero el General me escuchó con mucho respeto y me permitió explicarle; mientras él trató de decirme que iba a preguntar qué había pasado con mi hijo, yo le dije que si el martes no tenía información de ningún organismo de dónde estaba Yonnatan, pues iba a publicar en redes la desaparición. Al día siguiente la única información, no oficial, que recibí del comando es que a mi hijo se lo llevaron para Caracas. Ahora, yo voy de la sede de Las Lomas a la que está en la avenida 19 de Abril, y así estoy de una a otra; estoy en ascuas porque no sé si realmente se lo llevaron para Caracas o sigue en Táchira.
¿Ha acudido a otros organismos?
Si, tanto a la Defensoría del Pueblo, como a la Fiscalía Militar y al Ministerio Público; en la Defensoría del Pueblo quedó asentado que estuvo ahí denunciando la desaparición de mi hijo. Mientras que en la Fiscalía Militar, me pasaron a una oficina, donde me atendió el jefe pero no me dijo que ellos no podían hacer nada. Y en la Fiscalía del Ministerio Público sí me tomaron una declaración. Estoy solitando una llamada con mi hijo, necesito saber que está vivo, que está bien.
¿Su hijo fue preso político antes?
Si, a él lo detuvieron el 08 de mayo del 2018 y estuvo más de dos años y medio, hasta el 20 de diciembre del 2020, investigado por rebelión, esos cuatro cargos que les colocan cuando los detienen. Finalmente todo el grupo, que estaba con él, salió porque no encontraron nada contra mi hijo. Al salir en libertad, Yonntan pidió la baja pero no se la quieron dar. Y más o menos año, él enamorado de su trabajo, pues regresa a la Fuerza Armada y se olvida de volver a meter la baja.