Una fascinación, no sin cierta carga de incredulidad arropó, como un manto de sarcasmo, a los sectores políticos del país, que aun parecían en shock un día después del triunfo absoluto de María Corina Machado en las primarias de la oposición. La estrategia del partido de Gobierno arrancó hace muchas semanas con Diosdado Cabello repitiendo que esos comicios no se realizarían mientras incitaba a la discordia entre los candidatos; apostaron a que las amenazas de botar empleados, suspender bonos y bolsas de alimentos, surtiría efecto. Nada detuvo la avalancha de electores; ni el fantasma de los grupos de choque, ni la prohibición de transmitir que Conatel impuso a radio y televisión, ni la suspensión del suministro de combustible en casi todo el país, ni la prohibición de usar las escuelas como centro de votación.
Pero sucedió algo más, no hizo falta el Plan República, como dijeron, en conversación con Infobae, militares en situación de retiro que se formaron en los distintos componentes. Tradicionalmente en las elecciones en Venezuela los militares juegan el rol de mantener el orden en los centros de votación y la custodia del material electoral, con el llamado Plan República.
Los militares pasaron de gozar del respeto y aprecio de la sociedad civil como una institución de todos los venezolanos a ser considerados el brazo armado del régimen venezolano, perdiendo con ello la validez de actor independiente en la diatriba política.
En las elecciones primarias hubo participación de un importante número de votantes que se concentraron en los centros de votación, algunos incluso al aire libre, alineados en largas filas donde pacientemente esperaban para ejercer su voto.
No hubo soldados armados ni nadie que controlara las masas de electores y aun así no ocurrió un solo hecho de desorden público, los dos incidentes los causaron los mal llamados “colectivos”, quienes llegaron con sus motos y sus armas a sembrar miedo y a robarse las cajas de los votos. Ni siquiera eso empañó el hermoso acto de civilidad que, contra toda adversidad, se llevó a cabo el domingo 22 de octubre.
Los militares saben que el evento electoral puede ser organizado por la sociedad civil, por los partidos políticos, por los voluntarios. ¿Acaso no fue el voluntariado el que participó en las elecciones primarias del domingo pasado? ¿Qué hubo retardos? Si porque el material electoral fue entregado el mismo día, porque la mayoría de los centros estaban en estacionamientos, parques, en sitios abiertos donde se colocaron toldos. A pesar de la tormenta que cayó en varias partes del país la gente permaneció con estoicismo en las colas de votación, algunos extendieron sus paraguas, otros se colocaron un plástico sobre la cabeza y los hubo quienes permanecieron dejando que la lluvia cayera sobre sus cabezas.
La logística también fue con voluntarios. No fue nada fácil el transporte del material, porque la entrega del cotillón, el kit donde estaban los cuadernos de votación, las cajas, los bolígrafos se entregó el mismo domingo en los miles de centros de votación. Hubo las lógicas fallas, como en un centro en Barcelona, estado Anzoátegui, que a las 2:00 de la tarde los cuadernos electorales no habían llegado, como excepción.
Sin Ley Seca
El capitán de navío Daniel Enrique Cárdenas Bullón relata que recorrió cuatro centros de votación reafirmando la expresión que ha corrido por las redes sociales: “Si algo nos pudimos regalar los venezolanos es la absoluta prescindencia de ese elemento intimidador para el ciudadano como lo es la presencia de militares en los centros de votación”.
Recuerda que “en la consulta aquella de El Firmazo, el 28 de abril de 2016, reiterada este 22 de octubre, se pudo evidenciar, no precisamente en El Hatillo, pero sí en el oeste de Caracas donde hubo zánganos que se prestaron para maltratar a los votantes en las colas e intentar sabotear y socavar el derecho legítimo del ciudadano a expresarse”.
“Aunque la situación meteorológica no fue benévola con los votantes del oeste de Caracas, a pesar de todo eso la gente se mantuvo incólume y con un orden y civismo ciudadano que es lo que uno anhela para Venezuela; que ese civismo demostrado sea el que presida nuestra cotidianidad republicana. Si algo demostró la innecesaria presencia de elementos extraños al acto ciudadano del ejercicio legítimo del voto, fue precisamente el del Plan República, que se justificó por allá en los años 60 este 70 por la guerrilla urbana y porque el voto era obligatorio. Fue un mal que se dejó mantener como que si fuera un derecho”.
“Nuestra democracia llegó a tener la solidez para haber acabado con el Plan República. Yo siempre fui contrario a ello por lo que me felicito como ciudadano venezolano de haber estado en esa hermosa jornada cívica del domingo sin la presencia de un militar en los alrededores”.
Para concluir dice que “no es nada pueril resaltar, pero no se decretó ley seca y yo no vi a nadie con media botella de cerveza en la mano, con los ojos encandilados o los cachetes rosados por consumir alcohol. Ese es el ejercicio cívico ciudadano que nos debe llenar de mucha emoción, de lo que somos capaces de ser y eso es lo que es lo que emociona y lo que debemos insuflar en la gente”.
Ejemplo de civilidad
El ex ministro de la Defensa GD Rafael Ángel Montero Revette indicó: “Creo que el domingo se demostró que no es necesario el Plan República en ninguna elección. La sociedad civil organizó, transportó material, contabilizó el resultado y no hubo necesidad de dicho Plan y tampoco se perdieron urnas ni actas, aunque el régimen ordenó sabotear el proceso”.
“La Policía Nacional Bolivariana (PNB) y las municipales pueden dar la seguridad y el orden que se puede requerir. Además, se abaratan los costos de las elecciones, aunado a que la sociedad estará más tranquila sin la participación de los militares”, destacó quien también fue Comandante General del Ejército venezolano.
Por su parte, el General de División de la Aviación Pablo Pérez Pérez enfatiza que la legalidad del Plan República reside en el Art 328 de la Constitución. “Fue aplicado bajo un criterio de control del orden público, para la distribución, control y resguardo del material electoral. Esa misión en una verdadera Democracia podría tener justificación, más se ha convertido en un elemento perturbador del objeto para el cual fue creado y se convirtió en brazo armado del régimen venezolano”.
“Definitivamente, siendo objetivo, su destino (el del Plan República) es desaparecer, pues solo genera un costo al país y coacciona la civilidad ciudadana”.
Acentúa que ha participado dos veces en ese tipo de elección ciudadana, por lo que es del criterio “que no hace falta la presencia militar en eventos de ese tipo. Hay otras formas de realizarlo exitosamente sin el Plan República, recomendación para la democracia que está por venir”, finaliza diciendo el General Pérez.
El Coronel de la Guardia Nacional Carlos Luis Grau Gil dijo que “la participación de la Fuerza Armada en el Plan República ha perdido la confianza del pueblo venezolano; los altos mandos han actuado descaradamente como brazo armado a la orden del gobierno”.
“La FANB tiene como función apoyar a los distintos niveles y ramas del Poder Público en la ejecución de tareas vinculadas a los ámbitos social, político, cultural y económico, en el marco de los planes correspondientes. Considero que la sociedad civil está en condiciones de encargarse de las elecciones”, aseveró.
Es intimidatorio
El General (Av) Eduardo Arturo Caldera Gómez considera que “en un futuro, como en casi todos los países del mundo, las elecciones deben ser realizadas por un ente electoral que tienda a lo independiente, como lo dice la Constitución. El plan República comenzó en la nueva era democrática después de 1958, cuando la gente tenía miedo de ir a las elecciones y solicitaron el apoyo de la Fuerza Armada para el transporte y distribución del material electoral, así como la vigilancia perimétrica de los centros electorales”.
“Se nombró un oficial de enlace del Ministerio de la Defensa con el Consejo Nacional Electoral (CNE), pero después de 40 años de elecciones, las personas han madurado y estas elecciones del domingo lo demostraron. Solo debería estar la policía como ocurre en los países que tienen más vigencia democrática que, aunque nosotros la tuvimos, también la perdimos. No debe haber Plan República, pero es posible utilizar los aviones de la Fuerza Armada para traslado del material”.
Considera que la presencia del militar en los centros de votación es incluso intimidatoria. “Podemos organizarnos, lo digo con propiedad porque he participado motivando el voto y lo que ocurrió el domingo fue un acto cívico; muchos jóvenes se han ido del país y por ello vimos tantas personas de la tercera edad, en silla de ruedas, con bastones, y no hubo ningún incidente más bien mucho respeto. Estuve desde las 5 de la mañana. Fue un evento organizado por la sociedad civil, con voluntad y corazón, sin recursos”.
Confiesa que le conmueve el celoso respeto que hubo ante las dificultades. “No hubo incidentes, más allá del ocurrido en El Limón donde unos motorizados hicieron disparos y se llevaron las cajas de votación, se les cayeron en la huida y solo se perdió una. Y creo que en el centro de Caracas también hubo algún incidente”.
En conclusión, dice, el Plan República requiere un super gasto en presupuesto para movilizar gente de todo el país. “Y ahora ni siquiera es Plan República sino milicianos, que ya se sabe cuál es su favoritismo político. El militar, parece mentira, pero en lugar de infundir respeto, infunde miedo y a veces se toma atribuciones que no le corresponden”.
Para finalizar, Caldera dice que lo ocurrido en las elecciones primarias “fue una jornada exitosa e inédita que se hizo con la voluntad y con el corazón. No hubo ni un borracho. No hizo falta Ley Seca”.