La inflación de Venezuela alcanzará el 314% al finalizar 2023, según estimaciones publicadas este miércoles por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB), lo que significaría 80 puntos más respecto al 2022, cuando cerró en 234 por ciento.
De acuerdo con un informe del instituto, la inflación “sigue siendo un problema persistente en la economía venezolana”, causada, principalmente, por una “política recurrente de financiamiento monetario aplicada por el Ejecutivo” y por la depreciación del bolívar -la moneda oficial- frente al dólar, usado como referencia en el país para fijar precios.
En este sentido, explicó que reducir la tasa de inflación “requerirá del diseño de una política antiinflacionaria que tome en cuenta los distintos factores que contribuyen al proceso”.
Para el próximo año, el instituto estima que la inflación “sea menor”, aunque advierte que se “mantendrá en tres dígitos”, para alcanzar un 219,1%, según sus propios cálculos.
En el informe, el IIES recordó que, si bien Venezuela ha presentado cifras de inflación anual que superan los dos dígitos desde 1979, en los últimos ocho años, han sido superiores a los tres dígitos.
El Banco Central de Venezuela (BCV) informó este mes de una inflación acumulada de enero a septiembre de un 158,3 por ciento.
Según la información oficial, los precios aumentaron un promedio de 8,7% en septiembre y un 7,4% en agosto, reportes que confirman el crecimiento de las tasas de inflación, aunque aún lejos de la media de 42,1% de enero, la variación mensual más alta en el país en dos años.
Por su parte, el IIES estimó que la economía venezolana crecerá un 1,4% este año respecto al anterior, 2,2 puntos menos de lo esperado en abril, cuando la proyección era de un 3,6%.
En un informe, el instituto explicó que el ajuste a la baja “se fundamenta no solo en la menor expansión” en el producto interno bruto (PIB) petrolero, sino también en los “magros resultados observados” en otros sectores.
Según sus estimaciones, la producción petrolera aumentará este año no más de un 12%, en lugar del 28% estimado a finales de 2022, cuando se anunció la “flexibilización de las sanciones petroleras” para la reanudación de las operaciones de la estadounidense Chevron en el país caribeño.
Asimismo, señaló que se ajustaron las “predicciones de expansión de la actividad no petrolera, que inicialmente se estimó crecería en un 4%”, pero que hoy se espera que caiga un 0,1%, como resultado del “pobre desempeño durante el primer semestre del año y la tímida expansión que podría terminar produciéndose en el transcurso del segundo semestre”.
A juicio del IIES, la “deficiente infraestructura de servicios públicos y el deterioro físico de la industria petrolera nacional, que lucen difíciles de ser superadas en el corto plazo”, son factores que “influyeron en la revisión a la baja de las previsiones”.
Además, existen “importantes restricciones al crecimiento que afectan a la economía”, entre las que mencionó un “limitado flujo de recursos externos, una dirección macroeconómica poco efectiva y un sector productivo nacional con limitaciones severas para contribuir al crecimiento”.
Venezuela salió en diciembre de 2021 de una hiperinflación en la que entró en 2017 y que, durante cuatro años, redujo el valor del bolívar así como la confianza de los ciudadanos en ella, por lo que adoptaron de manera no oficial el dólar en un intento de proteger sus ingresos.
(Con información de EFE)