El destino de los militares que participaron en el intento de Golpe de Estado contra el entonces Presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, aquel 4 de febrero de 1992, ha sido radicalmente distinto; algunos en el poder durante décadas, con propiedades, empresas, haciendas, gozando ellos y sus familias de riquezas, escoltas, carros de lujo y el discurso de “pueblo y fuerza armada”. Para otros, como el Coronel (Ej) Francisco Javier Centeno, significó terminar sus días en la más atroz miseria, implorando ayuda.
Lo inaudito es que en el caso de Centeno, quien era el segundo comandante de la unidad militar que Hugo Rafael Chávez Frías comandaba el 4F, la muerte no parece ser el fin de su historia, sino la ratificación del abandono de la Revolución que ayudó a llevar al poder. Los nombres de dos de los privilegiados del 4F, el teniente Diosdado Cabello Rondón y el capitán José Gregorio Vielma Mora se exhibía en dos coronas fúnebres, hechas por la misma floristería, que permanecieron en un rincón de la sala funeraria como testigos de lo que otros oficiales consideraron una burla.
Un revólver calibre 38, supuestamente accionado por él mismo, acabó con su vida. Días antes envió un mensaje a un compañero de la Fuerza Armada: “Bueno Hurtado, no te he querido molestar, pero esta situación es insostenible. Hermano, yo estoy en una crisis económica como nunca en mi vida”.
En súplica, Centeno le dice al amigo: “si tú llegas a tener alguien que me meta la mano.., de verdad que estoy mal Hurtado. Ahorita estoy coordinando a ver si tumban los árboles que están adyacente a la casa, porque eso está peligrando mucho. Bueno, cualquier cosa me llamas y nos podemos ver cuando llegues aquí a la urbanización. Un fuerte abrazo hermano”, finaliza diciendo el coronel Centeno.
Luego de su muerte un oficial indignado manifestó “hermanos, dejo este audio de mi Mayor Francisco Centeno para reflexionar sobre ello. La situación país ha llevado a la depresión de muchos militares y personas en general, en el caso de mi Mayor, un hombre que sacrificó todo en una noche de sueños para construir un país mejor, muere de mengua. ¿Para que valen esas coronas, comidas y actos, si con el costo de una sola Corona, hubiese resuelto el mes?”.
Cuando la intentona golpista del 4F en 1992, Centeno era el segundo comandante del Batallón de Paracaidistas “Coronel Antonio Nicolás Briceño”, del Cuartel Páez, ubicado en Maracay y que Chávez comandaba desde 1991. Años después escribía un libro sobre esa historia contada a retazos.
Varios oficiales, en conversación con Infobae, resaltaron que Centeno fue un oficial respetado en la institución armada, que resaltó por su educación y jamás estuvo en proceso turbios, teniendo entre aquello que lo describía la honestidad y liderazgo.
Fiel a la revolución
Para enero del 2013 Centeno, como encargado de la embajada de Venezuela en Santo Domingo como ministro de negocios, recibió a una delegación de senadores dominicanos quienes expresaron manifestaciones de apoyo a Hugo Chávez, quien estaba enfermo y no volvió a hacer apariciones públicas desde diciembre 2012.
Un mes después, a propósito del aniversario del 4F, Centeno dijo en una entrevista a un medio dominicano que mucho se ha hablado de esa fecha “pero de las tantas cosas dichas o escritas hay algunas verdaderas, muchas mentiras y gran cantidad de distorsiones, especulaciones y tergiversaciones de los hechos, y sobre las personas que en ella participamos, pues la mayoría de los verdaderos protagonistas, de uno u otro sector, no han podido o no han querido manifestar sus opiniones o dar a conocer sus experiencias.
Entre las razones que dio para que ocurriera el intento de Golpe, está “Considera que ese movimiento fue la consecuencia del deterioro moral, ético y de todo el orden de cosas que estaba sufriendo el país y particularmente las Fuerzas Armadas, las que, asegura, habían sido infiltradas por elementos con baja moral y sin ética. Indica que había una serie de prebendas que hacían que la organización tuviera un deterioro moral de gran intensidad, y el país estaba sumergido en una pobreza extrema con unos altos índices de violencia, y unas instituciones prácticamente corrompidas, en casi todos los estamentos”.
Y en noviembre 2016, ante el auge de venezolanos saliendo del país, Centeno declaró que “desde que se hizo presente el proceso revolucionario en Venezuela hemos venido recibiendo un respaldo permanente contundente de los sectores y grupos de solidaridad de acá nosotros nos sentimos agradecidos porque así como este pueblo hermano nos ha estado apoyando muchos otros sectores lo han hecho”.
La minuta militar
El Cuadrante de Paz 04, correspondiente al Instituto Autónomo de la Policía Bolivariana del estado Aragua reportó, el 8 de octubre 2023, a las 2:15 de la tarde, que se dirigieron a la urbanización Ciudad Jardín, parroquia Cagua, municipio Sucre, donde habría fallecido un ciudadano “por paso de proyectil de arma de fuego”, según dice en el reporte el Inspector Jefe de la Policía Bolivariana, Wilfredo Silva.
“Cumpliendo instrucciones del coordinador de la E.P “Antonio José de Sucre” se procede a verificación de un ciudadano fallecido por paso de proyectil de arma de fuego, presuntamente suicidio”.
Expresaron haberse entrevistado “con una ciudadana quien dijo ser hija del adulto mayor quien en vida fuera coronel jubilado del Ejército”. Refieren que Centeno sufría de síndrome de Parkinson y que “se disparó a nivel de la cabeza, entrada con salida”, por lo que procedieron a coordinar con funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), específicamente el Detective Jefe (Cicpc) Anyeli Monthaño al mando de cuatro funcionarios pertenecientes al eje homicidios de Santa Cruz.
Por Protección Civil la Oficial de primera Saldia Díaz y dos funcionarios. Por la Policía Municipal de Sucre el Inspector Jefe (IAPMS) Johan Henríquez al mando de ocho Funcionarios. Por el Instituto Autónomo de la Policía Bolivariana del estado Aragua (Iapbea), el Primer Inspector María Roca y el Oficial Jefe Johan Rodríguez.
Finalmente Centeno vestía el uniforme militar, por última vez, cuando lo llevaran a sepultar, entre lágrimas y tristeza de su familia y amigos.