El de Seir Contreras no fue un caso aislado. Fue uno entre miles de episodios de censura en la Venezuela chavista. Como cada mañana, el presentador condujo el pasado martes 22 de agosto el programa de televisión Primera Página, emitido por el canal Globovisión. Durante el envío hizo algo que es habitual en otras partes del mundo, pero no en un país conducido por un régimen autoritario. El comunicador protagonizó un duro debate con el diputado oficialista Ramón Magallanes y cuestionó la ineficiencia del gobierno en materia de servicios y salarios. Esto le costó su puesto de trabajo, y con el correr de los días una progresiva campaña de difamación y desprestigio en su contra.
En diálogo con Infobae sostuvo que no es la primera vez que realiza una entrevista de este tipo. De hecho, reconoció que en esas otras oportunidades tuvo advertencias y llamadas de atención por parte de las autoridades del canal. Sin embargo, él siguió fiel a su estilo. Pero esta última fue la “gota que rebalsó el vaso”, ya que tuvo una trascendencia y una viralización que no tuvieron las anteriores.
“Esta administración de gobierno siempre ha sido muy sensible a la crítica”, manifestó desde algún lugar de Caracas. Si bien aclaró que hasta el momento no recibió amenazas, tomó ciertas medidas de seguridad ante eventuales represalias: “El miedo y la incertidumbre te lo genera la misma situación. Siempre estás como atento después que pasa algo así, porque no sabes en qué momento te pueden inculpar de algo o sencillamente pueden venir a tu casa, o pueden arremeter en contra de tu familia”.
Durante la entrevista comentó, y agradeció, que en estos días recibió decenas de mensajes de apoyo en sus redes sociales, y reveló que organizaciones de derechos humanos se comunicaron con él para documentar su caso. No obstante, en paralelo seguidores del régimen chavista emprendieron una campaña de desprestigio en su contra, así como en la televisión estatal. Fue señalado, además, de estar vinculado a la oposición.
“Cada vez que alguien critica intentan señalarlo de traidor; si viene de sus mismas filas, y si es desde afuera puede ser considerado, puede ser ridiculizado, por ejemplo, en las señales del Estado, o puede ser acusado sin pruebas de cualquier cosa”, afirmó Contreras, quien, incluso, reveló que en su juventud militó para el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Aunque reconoció que con el correr de los años el gobierno comenzó a decepcionarlo, a medida que se profundizaba la crisis en el país y que cada vez eran más constantes las violaciones a los derechos individuales.
Por último, pese al “miedo y la incertidumbre” que le genera esta situación, anticipó que su intención no es irse del país: “Yo no quisiera salir de Venezuela por ser un perseguido político o perseguido de la comunicación o algo como eso, no es mi intención. Puedo decir que en este momento estoy tranquilo, quiero seguir en Venezuela, mi intención es quedarme aquí, y que solo ocurriría eso si se ve amenazada mi seguridad personal o la de mi familia”.
-Me gustaría empezar hablando sobre el día de la entrevista. ¿Fue la primera vez que protagoniza un debate de ese estilo, o era algo habitual en su programa?
-El programa abre la programación de Globovisión todos los días en la mañana, en vivo. En varias oportunidades se han desarrollado, no solo conmigo, sino también con otros presentadores. El programa tiene más de 25 años al aire. Como es referencia en Venezuela, siempre se han generado debates interesantes sobre la vida política nacional y sobre los temas de interés nacional. Ha habido ministros, diputados y diferentes representantes tanto del gobierno como de la oposición presentando sus temas. En mi estilo era habitual que se presentaran ese tipo de situaciones. Yo podría decir que unas cinco o seis veces había tenido unas entrevistas digamos que se tornaban en ese nivel de debate. Esta fue obviamente la última y suponemos que fue como la gota que derramó el vaso quizás.
-¿Después de aquellos debates tuviste algún tipo de advertencia o llamado de atención por parte del canal?
-Efectivamente. Lo que pasa es que ahora todo se hace viral, pero esas entrevistas llegaban a ser virales por los controversiales que eran. Un par de veces me llamaron la atención desde la directiva, pero fueron muy sutiles, la verdad. Fueron como muy cuidadosos en decirme las cosas. Me dijeron que tratara de moderar un poco la discusión porque podría ser que los invitados no quisieran ir. Incluso me dijeron algo así como que me podían dar un programa para mí solo siempre que mantuviera ese estilo, un poco de bajo perfil.
-¿Cómo te comunicaron el despido? ¿Te dijeron que el motivo era puntualmente esto de la entrevista o pusieron otra excusa?
-No me dieron excusas, solo me dijeron que terminaba mi relación laboral con la planta y que al día siguiente no era necesario que asistiera al programa. Todo indicaba que la razón era la entrevista, puesto que fue viral todo el día en Venezuela, incluso en otros países también llegó a verse. Y como tuvo un impacto mediático muy significativo, al recibir la llamada yo sabía que se trataba por el impacto. Me han ofrecido el Sindicato de la Prensa y algunas organizaciones de derechos humanos asesoría y acompañamiento legal para este caso. De hecho, estoy teniendo reuniones virtuales y personales con algunas organizaciones que buscan en ese sentido brindarme un acompañamiento jurídico.
-¿Cómo se dio este acercamiento de las organizaciones de derechos humanos que mencionas?
-Primero hay que decir que ellos se acercan a mí de manera voluntaria. Son organizaciones de derechos humanos: el Sindicato de la Prensa, el Instituto Prensa de Sociedad Espacio Público… El mismo Colegio Nacional de Periodistas, aunque yo no soy oficialmente un periodista graduado, expresó el rechazo y el repudio de esta acción. Ellos acompañan la violación de varios derechos fundamentales establecidos en la Constitución. En primer lugar, mi derecho al trabajo, considerando que en Venezuela actualmente está vigente un decreto de inamovilidad laboral. Esto indica que los trabajadores no pueden ser removidos en su cargo de manera injustificada, y que además esto tiene que estar en concordancia con una autorización por parte del ente rector en materia de trabajo. Si no es el caso, la empresa debe abstenerse de romper la relación laboral con cualquiera de sus trabajadores. Segundo, la manera irregular mediante la cual se me notificó mediante una llamada telefónica, no a través de una notificación escrita. La Constitución establece que toda persona sin excepción tiene derecho a expresarse libremente sin que pueda establecerse censura, eso lo establecen el artículo 57 y el artículo 58, que dice que la comunicación es libre y plural, y a partir de allí hay violación de estos dos principios constitucionales que además se constituyen en Derecho universales, de acuerdo con la legislación internacional. Y la Constitución habla de la soberanía del pueblo venezolano y del protagonismo del pueblo venezolano. Es decir, que aquí se está violando el acceso a la información. Este es un tema de acceso a la información y de libre expresión en un medio masivo. Sobre todo, en la que trataron temas de interés público, de transparencia, de dinero público, de obras inconclusas, de diferentes temas que de acuerdo con nuestra legislación también deben estar de manera transparente al servicio de la población, y que la población debe tener acceso directo a través de los medios de comunicación a la gestión pública; cómo se administra la gestión pública.
-¿Compañeros tuyos han tenido casos similares, que tal vez no necesariamente se hayan viralizado como el tuyo?
-Sí. Algunos han sido públicos en años anteriores por diferencias de criterio editorial y por diferentes razones. Algunos trabajadores también han tenido que salir de la planta en situaciones similares. Pero te voy a decir que no es un caso aislado del canal, es una situación que ocurre en diferentes medios de comunicación en todo el país. El Instituto de Prensa de Sociedad, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, y organizaciones de derechos humanos que hacen seguimiento, llevan estadísticas precisas de cuántas emisoras de radio han sido cerradas, cuántos trabajadores de la prensa -indistintamente si son periodistas o no, pueden ser locutores, animadores, presentadores, productores y diferentes expresiones del trabajo en los medios de comunicación- han sido también de alguna manera censurados en su trabajo.
-O sea, reconoces que en Venezuela hay censura…
-Hay censura.
-¿Pensás que, más allá de los debates que has tenido en tu programa con funcionarios chavistas, el hecho de estar en campaña pudo haber contribuido para que las autoridades del canal tomaran la decisión de tu despido?
-Esta administración de gobierno siempre ha sido muy sensible a la crítica. Por alguna razón, quizá el periodo de campaña electoral puede tener que ver, y bastante. Porque, como te digo, ese programa llega a muchas familias venezolanas todas las mañanas, considerando que en algunas zonas del país no hay acceso a Internet y la ciudadanía no tiene otra opción sino sintonizar la televisión abierta, la televisión tradicional. Por supuesto tiene una penetración indiscutible, como todos los medios de comunicación en el mundo. Y el mensaje que ellos quieren transmitir desde mi opinión tiene que ver con, no sólo el caso de Seir Contreras, sino que todos los medios de comunicación de alguna manera bajen el tono y moderen la crítica que se realiza desde la prensa a la gestión pública. Quizá esto lo pueden considerar contraproducente para su popularidad, sus encuestas, sus números.
-Es decir, son mensajes que da el régimen de Maduro para el resto de la prensa, de qué hacer y qué no tienen que hacer…
-Es una conclusión que yo hago. Por ponerte un ejemplo, estoy seguro de que ahora en este momento, considerando que la noticia se conoció en todo el país, muchos comunicadores, periodistas, locutores, presentadores y personas que hacen vida en los medios de comunicación tienen mucho más tacto y mucho más cuidado de decir o denunciar algún hecho irregular, o debatir, o fijar alguna posición. Entonces claro que hay un mensaje entre líneas que dice que hay que callarse.
-Pasó poco más de una semana desde el día de la entrevista y tu posterior despido. ¿En estos días tuviste algún tipo de intimidación o situación extraña que te haya generado miedo, o incertidumbre?
-El miedo y la incertidumbre te lo genera la misma situación. Siempre estás como atento después que pasa algo así, porque no sabes en qué momento te pueden inculpar de algo o sencillamente pueden venir a tu casa, o pueden arremeter en contra de tu familia. Te voy a colocar un ejemplo. Esta semana, en el canal del Estado, Venezolana de Televisión, se ha desarrollado una campaña de descrédito que busca dejar sin efecto o sin importancia lo que ocurrió durante ese video que se hizo viral y centrar la mirada hacia el tema de que yo no tengo un título universitario. Y han intentado desprestigiarme en la señal que se supone ser de todos los venezolanos para descalificarme de esa manera, intentando restar mérito no solo a la entrevista, y a la flagrante violación a la libertad de expresión, a la flagrante violación al derecho a la información, y a la evidente censura que se realizó en mi caso con mi despido. En este caso quiero decir que no es importante para mí el tema de si estoy sin trabajo. Aquí lo importante es la agresión que hay y el golpe que se le da a la libertad de expresión en Venezuela, que marca un precedente una vez más acerca de cómo desde el poder se controla la información. En cuanto amenazas específicas sobre mi seguridad personal o algo por estilo, no he recibido. He recibido comentarios sin tanta importancia a través de redes sociales, sobre todo de fanáticos adeptos a ese sistema. Diciendo algunos insultos, pero nadie me ha amenazado directamente, eso debo dejarlo claro. Igual he tomado precauciones de seguridad, pero es curioso que en Venezuela solo por hacer preguntas en televisión o por generar un debate sobre la vida política o sobre los temas sociales que interesan a la ciudadanía, que es a quien se deben en los medios de comunicación, tenga uno que estar escondiéndose o temer, o sencillamente tomar medidas de seguridad porque su integridad o su seguridad puede verse vulnerada. Eso es muy lamentable.
-Me hablaste de censura y casos similares que han vivido otros compañeros. Habiendo trabajado en un canal afín al chavismo, ¿cómo es trabajar en estas condiciones?
-Bueno, yo trabajé en el año 2014 en el canal del Estado, Venezolana de Televisión, que por cierto es el mismo canal que ahora en este momento intenta desprestigiarme porque no tenía un título universitario. Pero ese mismo canal me contrató en el 2014, bajo las mismas condiciones. Es decir, sin un título universitario para realizar actividades inherentes a la Comunicación Social. Entonces parece una doble moral que ahora ellos mismos intentan decir que no puedo ejercer mi profesión o desarrollar mi trabajo, porque no tengo título universitario. Eso quería precisarlo. Por otro lado, yo fui despedido del canal del Estado porque circuló en ese momento, en el año 2014, una fotografía con la dirigente de oposición María Corina Machado en un evento donde en una emisora de radio donde yo trabajaba en ese momento, tomamos la foto. La foto luego se hizo viral dentro del canal del Estado, entonces ellos aseguraban que yo era un infiltrado dentro del canal del Estado y esa es la razón que condujo a la finalización de mi contrato con la señal de Venezolana de Televisión. Es decir que no es una práctica nueva, no es algo que ocurrió esta semana con mi caso, si no es algo que no sólo me ocurrió hace nueve años, sino que además le ha venido ocurriendo a otros comunicadores y a otros representantes de los medios de comunicación en todas partes del país. Incluso en instituciones públicas del Estado cuando alguna persona manifiesta estar en desacuerdo con el gobierno actual.
-O sea, no te extrañaría que hoy en día, y en el contexto en el que está Venezuela, en unos días pases a ser de nuevo un infiltrado de la oposición para el chavismo…
-De hecho es lo que ellos intentan hacer ver. Mi trabajo siempre ha sido independiente. En algún momento yo simpaticé con los ideales del chavismo, yo lo dije en otra entrevista. Porque era un momento en el que las circunstancias del país me hacían pensar que era un proyecto interesante. Además, me parece que tanto militar en una organización política o tener afinidades con cualquier corriente de pensamiento, no es un delito. De hecho, en Venezuela la Constitución también consagra la libertad de los derechos políticos y que tú los puedes ejercer como ciudadano. Eso no está mal. Pero lo que sí está mal es intentar vincularme con organizaciones políticas directamente, cuando no lo son. El canal del Estado decía esta semana yo estoy vinculado a la organización Voluntad Popular y a la organización Vente Venezuela, y es mentira. Incluso puedo decir que probablemente siga inscrito en el partido de gobierno, porque en el momento que me inscribí cuando tenía 16 años, siendo muy joven, nunca me retiré. O sea, nunca manifesté mi deseo de retirarme, lo cual me hace pensar que sigo inscrito en el partido de gobierno, en el Partido Socialista Unido de Venezuela. En Venezuela no se puede tener doble militancia política, por lo tanto no podría estar inscrito en cualquier otra organización política, indistintamente si se trata de las que ellos señalaron. Me parece muy grave que se haga uso de la señal del canal del Estado para asociar señalamientos de esta naturaleza, para emitir improperios e insultos y agresiones en contra de una persona que simplemente perdió su trabajo y que ha denunciado censura y violación a la libertad de expresión. Han intentado decir que yo soy un enviado del gobierno para infiltrar la oposición o viceversa. Yo he dejado muy claro que en este punto mi postura es como ciudadano y que no me identifico en este momento con ninguna organización política, ni tengo militancia en ninguna organización política en Venezuela, y que mi trabajo se corresponde con la realidad de la población venezolana, de la ciudadanía, y los duros padecimientos que hay en materia de servicios públicos, garantías de derechos humanos, acceso a la información, entre otros.
-¿Cuando te inscribiste al PSUV?
-Era la época de Chávez. Yo crecí en una zona popular, donde la pobreza era significativa y había un gran movimiento en todo el país, de una transformación desde el punto de vista político e ideológico. Es el único presidente que yo conocí en su momento, el Presidente Chávez. Crecí rodeado de mucha gente que lo apoyaba y había algunas políticas que de alguna manera me hacían pensar que ese proyecto funcionaba. Luego, cuando llego a Caracas, ya un poco más grande, cuando llego a trabajar en el canal del Estado, yo seguía simpatizando con esos ideales. Sin embargo, ya un poco más decepcionado porque ya había comenzado una situación económica compleja en el país y habían serios indicios de que el camino que tomaba ese proyecto no estaba orientado hacia las vías plenamente democráticas, sino que quizás se podría convertir en un sistema que atentara contra las libertades personales y contra los derechos fundamentales, y que en el tiempo se convertiría en un sistema autoritario que podría atentar contra lo que yo pensaba y lo que eran mis convicciones en ese momento.
-¿Ese sistema autoritario que decís se instaló con Maduro en el poder o lo comenzó Chávez, desde tu punto de vista?
-Bueno, ha habido episodios en el año 2007… El gobierno venezolano finalizó la concesión de un canal de televisión de señal abierta, que tenía más de 50 años en el aire. Esto fue considerado en ese momento como también violación a la libertad de expresión. Anteriormente, antes del presidente Chávez, había únicamente el canal del Estado, Venezolana de Televisión, que era la señal oficial. A partir de allí se crearon otros medios que también están administrados y controlados por el sistema, y esto fue en crecimiento, lo cual colocaba de alguna manera en desventaja a la prensa libre. Además, se legisló con la intención de controlar los contenidos que emiten los medios de comunicación y clasificarlos, a pesar que la Constitución Nacional dice que no se puede establecer censura. Esto es un debate nacional durante muchos años, y por supuesto, el Gobierno ha sido siempre sensible a la crítica. Cada vez que alguien critica intentan señalarlo de traidor; si viene de sus mismas filas, y si es desde afuera puede ser considerado, puede ser ridiculizado, por ejemplo, en las señales del Estado, o puede ser acusado sin pruebas de cualquier cosa, como ahora, que están diciendo que yo soy militante de Voluntad Popular, o algo como eso. Entonces eso es lo que puede ocurrir cuando el control hegemónico de los medios de comunicación por parte del Estado ocupa la mayor parte de las señales de cadenas de radio o periódicos y televisiones todo el país.
-Para terminar. Recién reconocías que esta situación te genera miedo e incertidumbre. ¿Tu idea es quedarte en Venezuela, o no descartas irte del país ante posibles represalias?
-Bueno, una de esas matrices de opinión que comenzaron a generar tenía que ver, porque ha ocurrido en otros casos, que cuando algún comunicador, periodista o líder político, enfrenta la situación como lo que ha ocurrido conmigo, dependiendo del caso, buscan un asilo político casi siempre en Estados Unidos o en otros países. El gobierno hace ver que esto es una metodología, que es como un patrón. Dicen que este chico está buscando un asilo político, que quiere ir a trabajar en una cadena en el Imperio para hablar mal de Venezuela. Y yo quiero dejar claro, no solo a ellos, sino al país, que mis convicciones no están orientadas hacia allí. Yo hubiera podido irme antes. Yo amo a mi país, quiero trabajar, quiero contribuir, quiero estar al lado de mi familia, quiero estar al lado de mi tierra. Y en este momento no me parece necesario. Yo no quisiera salir de Venezuela por ser un perseguido político o perseguido de la comunicación o algo como eso, no es mi intención. Puedo decir que en este momento estoy tranquilo, quiero seguir en Venezuela. Solo ocurriría eso si se ve amenazada mi seguridad personal.
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