Tres oficiales, pertenecientes a la Reserva Activa de la Fuerza Armada (FANB), en conversación con Infobae, coinciden en señalar que, puertas adentro de los cuarteles, lo que está ocurriendo con los homicidios o suicidios de cadetes y soldados tiene un demominador común: la falta de liderazgo en la institución castrense, abrumada por el silencio ensordecedor del Alto Mando Militar.
“Se nos ha olvidado el rol que cada jefe debe cumplir con sus deberes de mando y conducción de hombres, el entrenamiento de su unidad, disciplina, obediencia y subordinación. Ahora la prioridad es la mayor ganancia de dinero fácil. ¿Cuánto hay pá eso? Practicamos la filosofía del Monje Loco: ‘Hagan lo que yo digo, no hagan lo que yo hago’. Pienso que todos debemos volver al viejo Cuartel y asumir su mea culpa”, dice el coronel del Ejército Valmore José Loaiza Baduel.
“Recientemente han proliferado heridos y muerte de efectivos militares en distintos sectores, unos por armas de fuego, otros con armas cortantes. Esto hay que analizarlo desde el punto de vista de forma y fondo. De forma, el estamento militar no ha escapado a la descomposición social y africanización de nuestra nación”.
Asegura que “de fondo, estamos en presencia de hechos reales, que nos indican baja moral, indisciplina, y del incumplimiento de la doctrina militar de empleo, con incidencia en el Apresto Operacional. Estas aberraciones evidencian el incumplimiento de los principios del Liderazgo y desconocimiento de la aplicación de las jerarquías de necesidades de Maslow. Toda esas enseñanzas las hemos echado en sacos rotos”.
Finaliza diciendo, el coronel Loaiza Baduel, que “se aprecia que para los jefes, en todos los niveles, el cumplimiento de la misión asignada y el bienestar personal de sus hombres, ya no son sus objetivos y metas prioritarias. Sólo se está pendiente de la política e ideologías decadentes. Nos hemos olvidado de nuestros preceptos católicos. Craso error”.
El ex ministro
Para el General de División del Ejército Rafael Ángel Montero Revette, “los problemas que se presentan en las Fuerzas Armadas son culpa del Alto Mando Militar”.
Para sustentar su aseveración, quien fuera Ministro de la Defensa, dice que entre las razones están que el AMM es responsable “al permitir que se eliminara el Servicio Militar Obligatorio, por lo que ahora no hay selección de personal ni pruebas psicológicas, y le ordenan a los oficiales que busquen personal para la Unidad, sin importar la calidad y situación del reclutado, muchos de los cuales tienen antecedentes penales y están huyendo de la justicia”.
“Otros quieren ir al Servicio Militar para obtener alimentación y tratar de sacar una carrera como era antes, pero después de ingresar comprueban que no hay nada de eso, aunado a que a los oficiales y tropas profesional no le quieren dar la baja y desertan o se suicidan”.
A su juicio “el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) eliminó de la Lofan (Ley Orgánica de la Fuerza Armada) el artículo que prohibía el ingreso de homosexuales y lesbianas, sin que el Alto Mando tratara de impedirlo exponiendo razones, y es por eso que se ven muchos crímenes pasionales entre oficiales, tropas profesional y tropas alistadas y también entre cadetes que hasta orgias hacían damas cadetes”.
Finalmente dice el general retirado Montero Revette, que “los directores de esos institutos militares y comandantes de unidades, a mi parecer no han recibido instrucciones de cómo actuar para evitar estas situaciones de suicidio y crímenes pasionales. La mala alimentación, la falta de material de intendencia, la falta de entrenamiento, el maltrato que pueden recibir, la falta de aspiración para surgir, el nefasto salario que perciben y sobre todo la falta de liderazgo militar, también contribuyen a que estos casos se presenten en la organización militar”.
Ausencia de liderazgo
El General Juan Antonio Herrera Betancourt, quien es politólogo y ha sido profesor universitario y senador de la República, expresa pesar por lo que ha estado sucediendo en la institución castrense y califica de “lamentables sucesos que en los últimos tiempos están ocurriendo en el seno de la Fuerza Armada Nacional, dónde han habido asesinatos, suicidios y agresiones con heridos por armas y golpes”.
Considera que esa es la consecuencia “de la pérdida de la disciplina y la debida orientación de superiores que no tienen el liderazgo debido para la conducción de sus subalternos hacia el digno comportamiento de todo militar”.
“Esta falta de liderazgo se debe en gran parte por la ideologización que ha penetrado el ámbito militar, haciendo que los miembros activos de nuestra institución, que se sienten más cercanos a la orientación política que les inculcan, abusan de esta condición para causar daño a otros integrantes de la institución”.
“En cuanto a los suicidios, se desprende de la información que se tiene, se deben a la frustración y decepción que está viviendo los efectivos, por los maltratos y falta de atención”, concluye el general Herrera Betancourt.
Le vació el arma
A la serie de muertes trágicas ocurridas en diversas instalaciones militares, se suma la ocurrida el 16 de julio de 2023, del cual la Inspectoría Delegada para la 32 Bricar (Brigada Caribes), reportó que el hecho fue en la sede del Comando del Área de Defensa Integral (ADI) 532 Cacique Cayaurima, ubicada en el Sector San Juan de Cariaco, municipio Rivero del estado Sucre.
Ahí murió, por arma de fuego, el Sargento Segundo Gregorio Javier Migueles de la Rosa, quien era plaza del 633 Batallón de Ingenieros de Combate “Juan Manuel Cajigal”.
Según el Ejército, la información del deceso la comunicó el Coronel José Calzada Torres, Comandante de la Unidad de Reacción Rápida (URRA) -TAR Monagas, cuyo grupo se encuentra efectuando Operaciones Militares desde el 26 de junio, en el marco de la Operación Cayaurima II, en el estado Sucre.
El Oficial Superior informó que ese día, el S2 Gregorio Javier Migueles de la Rosa recibió impactos de balas, “presuntamente ocasionado por el Soldado Jocsán Moisés Valdivieso, plaza del 322 Batallón Caribes ‘Cnel. Francisco Carvajal’, quien al llegar de patrullar, se dirigió a la orilla del río donde se encontraba el S2 Migueles de la Rosa lavando su ropa, y accionó su fusil AK-103 762X39mm, serial 061724134, disparando dos ráfagas de 21 cartuchos en total, impactando en el mencionado Tropa Profesional”.
Luego de haber asesinado al Sargento, el Soldado Jocsán Moisés Valdivieso, se suicidó, causándose una herida por arma de fuego en el área de la boca con salida en la región occipital.
Dos bajas más que enlutan la Fuerza Armada Nacional de Venezuela.
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