El Foro Penal es una organización no gubernamental integrada por abogados que prestan servicios en la asistencia jurídica de personas detenidas arbitrariamente en Venezuela. A lo largo de los años, se convirtió en referente en materia de presos políticos en el país caribeño, dado que mantiene actualizado semana a semana el número de personas que están privadas de su libertad; y asiste a las víctimas y sus familias. Incluso la OEA certifica permanentemente los datos que brinda en sus continuos balances.
Al cumplir 21 años de existencia, Infobae conversó con su presidente, Alfredo Romero, para que realice un balance de estas más de dos décadas de trabajo y que explique la situación actual de los presos políticos del régimen de Nicolás Maduro. “Casi 16 mil personas fueron detenidas con fines políticos desde 2014 en Venezuela”, enfatizó.
— La organización acaba de cumplir 21 años de servicio. ¿Cómo surgió?
— Inicialmente, lo que hoy en día es esta estructura del Foro Penal comenzó en 2002 con una organización que se llamaba VIVE y posteriormente se fundó el Foro Penal, que fue formalmente constituido en 2005. Yo finalmente tomo el liderazgo aproximadamente en 2007. Apenas constituido, el Foro Penal era algo más bien académico. Lo que hicimos fue asociar VIVE, que era la representación de víctimas, con el Foro Penal.
En esa oportunidad recorrí todo el país para encontrar personas que hacían labores similares a las que hacíamos nosotros, que era la representación de víctimas de persecución política. Eso conlleva a personas víctimas de torturas, de malos tratos, de detenciones arbitrarias e incluso personas asesinadas. Encontrando a todas esas personas, hicimos una red importante de abogados con representación en todo el país bajo el paraguas del Foro Penal, que es una marca registrada, literalmente.
— El 2014 fue un quiebre para Venezuela y me imagino que para ustedes también...
— Sin dudas. Como todos saben, ese año ocurrieron una serie de protestas importantes y hubo detenciones masivas. Para que tengas una idea, cuando Nicolás Maduro llega al poder sólo habían 11 presos políticos. Solamente en 2014 se detuvieron a más de 3.000 personas por las protestas que ocurrieron en ese momento. Eso hizo probar, digámoslo así, lo que era el Foro Penal: era la única organización que tenía representación en todos los estados con abogados que, en materia penal, podían representar a las víctimas.
El Foro Penal empezó a atender a todas estas personas y a poner líneas telefónicas para que llamaran a aquellas personas que eran precisamente detenidas. Comenzó a representar a muchas de estas personas, a ayudarlas y ahí fue donde pasamos a ser una organización más conocida.
Luego de ello, muchas personas querían formar parte del Foro Penal. Muchos que no eran abogados. Ahí abrimos un registro para que estas personas ingresaran para colaborar y constituimos lo que es la otra rama del Foro Penal, que no son sólo abogados si no son lo que denominamos los “defensores activos”. Ellos son voluntarios no abogados.
El Foro Penal es una organización cuyo mayor capital son los voluntarios. Hoy en día son más de 5.000 activistas. Lo que comenzó en el año 2002 con un grupito de cuatro abogados, hoy somos más de 5.000 activistas y tenemos 30 capítulos en diferentes ciudades del mundo.
— ¿A cuánta gente representa el Foro Penal?
— A lo largo de estas dos décadas hemos representado a más de 12.000 personas, y logrado incluso justicia y la liberación de una cantidad importante, de miles de personas. El Foro Penal está sustentado por una moral importante que hemos encontrado en muchas personas, que es el deseo, la satisfacción de lograr libertades, de lograr justicia.
Por eso la gente pregunta: “¿Cómo estos voluntarios siguen trabajando?”. Precisamente por el reconocimiento a cada uno de ellos, personal, moral, de hacer justicia y de conseguir libertades de personas que lo necesitan. El Foro Penal ya hoy día tiene hasta un himno que yo compuse en el año 2003. Se llama “Venezuela Nuestra”. Tiene un lema que es: “No hay que hacer justicia por propia mano, si no está en nuestras manos que se haga justicia”. Unos principios que son la constancia, el compromiso, la convicción y el corazón. Es decir, el Foro Penal es más que una organización de derechos humanos que trabaja por las víctimas de violaciones de los derechos humanos. Es una familia, con principios, con sustento, con una moral detrás importante...
Hoy en día, el objetivo del Foro Penal es lograr justicia en términos amplios, libertad en términos más amplios, de las personas cuyos derechos humanos se le han violentado y concretamente de las personas víctimas de la persecución política. Y eso implica no solo la representación nacional, si no internacional. Tenemos hoy en día un esquema, una estructura que incluso es novedosa y se ha logrado incluso exportar a otros países, a otras organizaciones que nos han pedido que los entrenemos o que les enseñemos lo que hemos hecho, que es un manual de litigio estratégico, que no es litigio pues de abogados nada más; si no todo lo que implica lograr libertades, que son acciones de carácter jurídico nacional pero también acciones de diverso tipo de incidencia nacional e internacional, así como acciones comunicacionales y, digamos, acciones de incidencia de diferente tipo, incluyendo incluso la cultura, la música... Porque además somos músicos varios del Foro Penal.
— Según el último informe, con fecha al 26 de junio, hay 286 presos políticos en Venezuela. La mayoría son hombres (266) mientras que 20 son mujeres. Desde que toman registro, ¿siempre hubo esta diferencia entre hombres y mujeres?
— En el gobierno de Hugo Chávez no había mujeres presas políticas. La única mujer fue María Lourdes Afiuni. Las mujeres presas políticas era algo que no existía. No era común con Chávez. Con Maduro, eso ya no pasó a ser lo mismo.
Hoy en día, hay 20 mujeres presas políticas. Sin embargo, hay que notar que no sólo son las presas políticas que están hoy porque existe lo que yo definí como el efecto “puerta giratoria”, que se encarcelan y se excarcelan personas. Hay que recordar que el total de personas detenidas con fines políticos ya son casi 16.000 desde el año 2014; y entre esas 16.000, aproximadamente el 10% son mujeres. O sea, ha habido muchas mujeres detenidas y perseguidas.
— Los 286 presos políticos son adultos. En estos momentos no hay adolescentes pero recuerdo que hubo en el pasado muchos menores. ¿En qué condiciones estaban? ¿Compartían penal con adultos o los tenían en instituciones apartadas?
— Sí, ha habido muchos menores de edad detenidos. Hay que recordar que el corazón del Foro Penal, para tenerlo claro, es el sistema que tenemos de registro pero no solo de las personas que representamos nosotros, que son bastantes o la gran mayoría; si no también de los casos que ocurren en el país porque siempre los reportan o los denuncian ante nuestro centro de denuncia.
Pero el sistema nuestro, nuestra base de datos, es la esencia incluso de información para muchas organizaciones internacionales que llevan procesos, inclusive la Corte Penal Internacional o la Misión de Determinación de Hechos, que solicitan información sobre las víctimas. Esas están todas registradas con datos, no sólo los nombres, si no la situación que les ocurrió, la edad, obviamente el género, el proceso judicial que llevan a cabo...
Esto lo digo porque sí ha habido adolescentes. Hoy en día no los hay pero ha habido muchos adolescentes que han sido detenidos, incluso como tú bien lo dijiste, en ocasiones en lugares con adultos. Yo he tenido varias experiencias de encontrarme muchachos de 14 años cuando había protestas, sobre todo en lugares de detenciones iniciales con adultos. En el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) hubo en una oportunidad varios menores también detenidos.
— Otro dato importante es que actualmente 154 presos políticos son militares. Imagino que cuando estallaron las protestas habría más civiles. ¿Por qué piensa que hay más militares? ¿Es a ellos a los que más teme el régimen de Maduro?
— Ciertamente la mayoría de los presos políticos hoy en día son militares. Recuérdate que, tomando en cuenta el efecto “puerta giratoria”, es que se carcelan y encarcelan; y a pesar de eso encarcelan más a los militares al día de hoy. Porque parecieran ser una amenaza y un temor del régimen en virtud de que ellos pueden, de alguna manera, cuando se oponen o son disidentes o tienen una posición política contraria, representar probablemente una amenaza.
Hoy en día, uno de los efectos fundamentales de la prisión política es la intimidación. Y con esta, deteniendo a unas personas, intimidan al colectivo de personas de ese grupo, es decir, por ejemplo, los militares.
— 11 presos políticos murieron en custodia del Estado. ¿Esas muertes fueron o están siendo investigadas? ¿O siguen bajo la sombra de la impunidad?
— No hay al día de hoy investigaciones genuinas y adecuadas en cuanto a estas muertes. Incluso solo algunas han sido, que podríamos decir que hay investigaciones, que se ha reconocido que ha sido objeto, por ejemplo, de torturas, como el caso que lo ha reconocido el fiscal Tarek William Saab: el del general (Rafael Acosta) Arévalo, ¿no? Por ejemplo, se reconoció. Y Fernando Albán, que se reconoció que fue objeto, no de un suicidio como se decía previamente, si no de una actuación de algún funcionario. Pero obviamente se ha investigado al funcionario pero no se investiga la institución donde ocurrió el hecho...
Hay otros casos. Por ejemplo, el de la muerte de Salvador Franco en el Rodeo II. Indígena, preso político, que fue por una enfermedad que obviamente se había denunciado previamente y que por falta de atención médica murió. Así como el caso del general (Raúl) Baduel. Pero obviamente eso requiere una investigación importante y tomar en cuenta que hay una responsabilidad directa del Estado porque esa muerte ocurrió dentro de una institución del Estado, que es una cárcel. Y dentro del funcionamiento, digamos, de ese servicio, por decirlo de alguna manera, que es la cárcel, la custodia de personas privadas de libertad. Pero más allá de eso, son personas que además estaban privadas de libertad arbitrariamente. Entonces esas dos cosas conllevan a que todo forma parte de este esquema sistemático, que ya no sólo es la detención arbitraria sistemática, si no incluso que las que llevan hasta la muerte.
— Por último, preguntarle por el rol de la OEA, organismo que certifica permanentemente los datos que brinda el Foro Penal. Me imagino que eso lo debe llenar de orgullo y lo impulsa para seguir trabajando...
— El rol de la OEA y particularmente de Luis Almagro (secretario general) ha sido muy importante, ya que no sólo la OEA ha colaborado en cuanto a llevar las denuncias ante la Corte Penal Internacional, lo cual es muy importante, si no también presentar de manera clara lo que son las violaciones a los derechos humanos en el país.
La certificación de la lista de presos políticos es muy importante, ya que es la forma de que quede claro y objetivamente verificado los presos políticos. Esta lista de presos políticos que la OEA certifica no es una lista que enviamos una semana y ellos lo ven esa semana y lo certifican, si no que lleva mucho tiempo evaluándose la historia, es decir, la lista no es una lista, son tres listas. Una de los presos políticos actuales y dos anexos: uno de los presos políticos nuevos encarcelados y otro de los excarcelados. Entonces ellos pueden llevar claramente, y por eso lo verifican y certifican, quiénes son los presos políticos que han ingresado nuevos, quiénes son los que han sido liberados, y entonces pueden certificar esa lista.
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