La salida de Nicolás Maduro de la sede de la cumbre sudamericana realizada este martes en Brasilia quedó marcada por la violenta agresión a periodistas por parte de su personal de seguridad.
Los incidentes, en los que fueron golpeados una reportera del canal de televisión Globo y otros profesionales de prensa, empezaron cuando Maduro daba declaraciones en medio de una nube de cámaras y reporteros.
El tumulto pasó a mayores cuando custodios venezolanos y brasileños empujaron a algunos de los reporteros y la situación degeneró al punto de que llegó a los golpes.
Maduro fue el último de los mandatarios en abandonar la sede de la Cancillería brasileña, donde este martes se celebró una cumbre de países suramericanos convocada por el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
A la cumbre también asistieron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; Ecuador, Guillermo Lasso; Guyana, Irfaan Ali; Paraguay: Mario Abdo Benítez; Surinam, Chan Santokhi; Uruguay, Luis Lacalle Pou.
La única ausente fue la mandataria peruana Dina Boluarte, quien fue representada por el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola.
Además de ser el último en retirarse, Nicolás Maduro fue el primero en llegar a la Cancillería brasileña para asistir a la cumbre. No hizo declaraciones al entrar al Palacio de Itamaraty, donde fue recibido por Lula da Silva, quien organizó este encuentro internacional con el objetivo de retomar el diálogo y analizar la posibilidad de que la región vuelva a contar con un foro de integración “puramente suramericano”, que sea “permanente, inclusivo y moderno”.
Diferencias sobre Venezuela
Sudamérica ventiló en Brasilia todas sus diferencias, sobre todo las que atañen a Venezuela, en esta cumbre que dejó como resultado una firme apuesta en la integración.
Esta reunión regional, la primera en su tipo en nueve años, concluyó con una declaración bautizada “Consenso de Brasilia” que, como punto principal, incluye un acuerdo entre los doce países de la región para elaborar una “hoja de ruta” para fomentar el comercio y las inversiones, superar asimetrías, eliminar medidas unilaterales y aumentar la cooperación económica, todo con la meta de alcanzar una “efectiva área de libre comercio sudamericana”.
El “Consenso de Brasilia” incluye, en el segundo de sus nueve puntos, un compromiso “con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el Estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos”.
Este punto despertó resquemores en el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien, en su primera intervención en la cumbre, dijo que ese artículo no terminaba de reflejar la situación venezolana. “Obviamente, no tenemos la misma definición, que creo que es una en la Real Academia Española, de lo que son el respeto a las instituciones, a los derechos humanos y a la democracia”, afirmó en un video divulgado en su perfil de Instagram.
Lacalle Pou también le protestó a Lula, quien la víspera, en una reunión bilateral con Maduro, calificó de “narrativas” las críticas sobre la falta de democracia o violaciones de los derechos humanos en Venezuela. El mandatario uruguayo dijo que se sintió “sorprendido” con esa calificación y fue respaldado por el socialista chileno Gabriel Boric, crítico de Maduro, quien sostuvo que lo que ocurre en Venezuela no es una “construcción narrativa”, sino “una realidad seria”.
Sobre ese asunto, Lula declaró en la rueda de prensa final de la cumbre que “no es posible que no haya un mínimo de democracia en Venezuela”, ya que el chavismo ha convocado casi 30 elecciones en los últimos veinte años y, aunque ha ganado casi todas, otras las ha perdido. Aún así, aseguró que Brasil hará “lo que pueda para contribuir con el fortalecimiento de la democracia en Venezuela”.
(Con información de EFE)
Seguir leyendo: