“Maduro recibido con honores en Brasilia, capital de la República Federativa de Brasil”, anunció el servicio de prensa del régimen chavista. El comunicado incluía las imágenes del dictador y su esposa, Cilia Flores, descendiendo del avión de Conviasa, la aerolínea de bandera venezolana que se encuentra sancionada por los Estados Unidos.
El viaje de Maduro se concretó luego de varios intentos frustrados. Es que desde que Lula da Silva llegó a Planalto, en enero pasado, ha intentado recibir al dictador y rehabilitarlo internacionalmente.
El pasado mes de enero, se especuló durante varios días que Maduro viajaría a la ciudad de Buenos Aires, para participar en la cumbre de la CELAC que se realizaba en la capital argentina. Sin embargo, a última hora anunció que no participaría del evento argumentando razones que escapaban a su “propia voluntad”.
Maduro tampoco asistió a la juramentación de Gustavo Petro en Colombia en julio del año pasado.
De hecho, la visita del venezolano al gigante sudamericano solo pudo concretarse por el cambio de Gobierno, ya que la gestión anterior, la de Jair Bolsonaro, había prohibido la entrada del dictador al país, alineado con las democracias mundiales que condenan la brutalidad del régimen chavista.
Con la asunción de Lula, la relación de Brasil con Venezuela cambió de manera drástica. Y tras la investidura del petista, Brasil también reabrió su embajada en Caracas.
Se espera que Maduro, además de un encuentro bilateral con el brasileño, participe de la cumbre que organizó Lula con presidente Sudamericanos, prevista para el próximo 30 de mayo.
Días atrás, Brasilia anunció que Lula intenta propiciar una nueva integración regional, pero sin ningún tipo de “cargas ideológicas”. El anunció vaticinaba así la inclusión en la cumbre del régimen chavista.
A la cita, además del dictador venezolano, también están invitados los presidentes Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay.
Vuelo con sanciones
El viaje de Nicolás Maduro, desde Caracas hasta Brasilia se realizó en el avión Presidencial de Venezuela operado por la aerolínea Conviasa, que fue sancionada en febrero de 2020 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
“El régimen ilegítimo de Maduro depende de Conviasa para trasladar a funcionarios corruptos del régimen en todo el mundo para impulsar el apoyo a sus esfuerzos antidemocráticos”, dijo al respecto Steven Mnuchin, Secretario de la institución estadounidense.
“La Administración Trump” -entonces presidente de los Estados Unidos- “no permitirá que Maduro y sus representantes continúen robando al pueblo venezolano y abusando de los activos estatales para avanzar en sus propias actividades corruptas y desestabilizadoras”. agregó.
Luego de haber sido sancionado por los Estados Unidos, el régimen del Palacio de Miraflores intentó cambiar la apariencia de la aeronave para poder hacerla volar, al menos donde no podría ser embargado por autoridades norteamericanas. Es por eso que sus viajes son restringidos a aquellas naciones con las que Venezuela mantiene vínculos y sabe que no corre riesgo.
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