El independiente Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) indicó que la actividad económica del país caribeño se contrajo un 8,3 % en el primer trimestre del año en relación al mismo período de 2022. “Esta situación ha reforzado en comportamiento a la desaceleración del ritmo de la producción de bienes y servicios que se viene apreciando desde el segundo trimestre de 2022″, subrayó en su informe publicado este miércoles.
Advirtió que, si bien hubo un crecimiento de la economía en 2022, cifrado en el 13,3%, el mismo obedeció esencialmente a la recuperación de la producción petrolera desde niveles muy bajos en 2022; mientras que se comenzó a observar desde junio de 2022 una ralentización del impulso que venía registrando la economía, especialmente en el sector del comercio.
“Desde el punto de vista de la oferta, el principal motor que mueve la economía es la producción petrolera; y esta, durante el primer trimestre de 2023, acusó una caída cuando se compara con el primer trimestre de 2022. No obstante, el importante aumento de la extracción de crudo por parte de Chevron, al pasar de 50.000 barriles diarios en 2022 a más de 900.000 barriles diarios durante el primer trimestre de 2023, pone de manifiesto que el esfuerzo propio de PDVSA (la petrolera estatal) cayó de manera pronunciada”, destacó el Observatorio Venezolano de Finanzas.
Luego consignó que Conindustria, la cámara industrial de Venezuela, explicó que el primer trimestre de 2023 no había sido bueno y que esperaba una recuperación para el segundo trimestre. “Su indicador de volumen de reducción correspondiente a enero de 2023 disminuyó 5,3 %”, consignó el ente.
Otro ítem del informe señala que, desde el punto de vista de la demanda agregada —de acuerdo con Ecoanalítica—, “el volumen de ventas del comercio en el Área Metropolitana de Caracas disminuyó un 13,3% respecto a similar período de 2023, lo cual se corresponde con lo reportado por el Observatorio Venezolano de Finanzas, que consignó para 2023 un estancamiento de las remuneraciones de los trabajadores del sector comercio y servicios del Área Metropolitana de Caracas y una fuerte contracción de las remuneraciones en el sector público. Al conjugar los factores de oferta y los de demanda reseñados se entiende esta declinación de la actividad económica en los primeros tres meses de 2023″, apuntó.
Por último, el reporte sostiene que “conviene comentar igualmente que el gasto del gobierno durante el primer trimestre denotó una caída en términos reales, debido a la inflación de 501% en el primer trimestre de 2023″.
“La recaudación del IVA reportada por el superintendente del Seniat (Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria) vía Twitter, presenta graves inconsistencias. Primero porque no se publica en un archivo Excel u otro formato con el suficiente nivel de detalle; y segundo, porque se trata de una referencia nominal que requiere ser ajustada por la inflación, al igual que el crédito bancario. Estos elementos podrían estar indicando el inicio de otro ciclo recesivo de la economía venezolana”, concluyó el informe.
La economía de América Latina en crisis
La semana pasada, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) redujo al 1,2 % la previsión de crecimiento de América Latina para este año. Las nuevas proyecciones estiman que todas las subregiones evidenciarían un menor crecimiento en comparación con 2022.
“Las economías de América Latina y el Caribe enfrentan en 2023 un complejo escenario externo, marcado por bajo crecimiento en la actividad económica y del comercio mundial. Adicionalmente, a las alzas experimentadas por las tasas de interés a nivel mundial se agregaron las turbulencias financieras observadas a comienzos de marzo, lo que ha acentuado la incertidumbre y volatilidad de los mercados financieros. Si bien se han desacelerado las presiones inflacionarias, cabe esperar que las tasas de política monetaria permanezcan altas a lo largo de 2023 en las principales economías desarrolladas”, indicó el organismo de Naciones Unidas, con sede en Santiago de Chile.
Luego manifestó que, en este contexto de “crecientes incertidumbres externas y restricciones internas”, se espera que en América Latina y el Caribe se profundice la desaceleración del crecimiento económico durante este año, que alcanzará una tasa del 1,2%. De esta forma, redujo su proyección de crecimiento del PBI regional del 1,3% estimado en diciembre pasado.
En su informe, la Cepal explicó que los países de la región enfrentan nuevamente “un espacio limitado para la política fiscal y monetaria” y que, si bien al igual que en el resto del mundo, la inflación en la región muestra una tendencia a la baja y que se espera que podría estar próxima la conclusión del proceso de alzas de tasas de interés en varios países de la región, “los efectos de la política restrictiva sobre el consumo privado y la inversión se harán sentir con más fuerza este año, dado los rezagos con que actúa la política monetaria”.
En materia fiscal, el organismo indicó que las autoridades de los distintos países cuentan con poco margen de maniobra, en tanto permanecen altos los niveles de deuda pública. “En un contexto de altas demandas por gasto público, se requerirán medidas para fortalecer la sostenibilidad fiscal y ampliar el espacio fiscal mediante el fortalecimiento de la capacidad recaudatoria y redistributiva de la política tributaria”, advirtió.
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